Capítulo 24- Volverte a ver

4.7K 289 16
                                    

- ¿Seguro que no te dejas nada?- dice mi amiga revolviendo en el armario.

- Seguro- digo poniendo los ojos en blanco- tengo que irme.

Niko y Amy me llevaron al aeropuerto a las diez de la mañana, ya que mi vuelo salía a las once.

- Cuidate y llámame cuando llegues- dice ella- ¿Harás lo que me prometiste?

- No dejaré de comer bajo ningún concepto durante estos siete días, mamá- digo enfatizando la última palabra.

- Deja de hacer el tonto y hazle caso- dice Niko- esta vez tiene razón.

- Si papá- digo poniendo los ojos en blanco.

- Se nos va la niña- dice Amy fingiendo que llora y abrazando a Niko.

- Ya ves, cómo crecen de rápido ni si quiera recuerdo cuando nació- dice él.

- Bueno ahorraros el drama- digo yo- me voy.

Digo retirándome.

- Adiós pequeña Emily, vuela alto- dice Amy gritando por el aeropuerto.

Mucha gente se vuelve y yo maldigo por tener amigos tan idiotas.

Hoy era la gran noche de Will.

Will se había empeñado en comprarme los billetes de avión con la excusa de que trabajaba mucho y a él le habían dado el primer cheque. Yo me negué rotundamente pero finalmente tuve que aceptar a regañadientes ya que dijo que él había insistido en que yo fuera.

Cuando fuí a embarcar me dispuse a colocarme en la puerta de clase turista. 

- Señorita, debe embarcar por la puerta de primera clase, es esa de aquí al lado- dice señalándola.

- Perdone debe haber un error- digo yo sorprendida.

- No hay ninguno, por favor, vaya a la otra puerta, el avión despegará en unos minutos.

Hice lo que me indicó y en apenas minutos me encontraba en el avión.

Nunca había viajado en primera clase. Los asientos parecían camas, se veía comida por todas partes.

La gente iba muy elegante.

- Señorita su asiento es ese de ahí- dice señalándome un asiento libre al lado de un hombre musculado.

- He hablado ya con el entrenador, el avión se desvia a Philadelphia, hace escala y va a New York, no voy a llegar para el partido.

- Oh dios mio- digo sentándome en el asiento asustada.

Cojo el teléfono y llamo corriendo a Will.

El hombre de unos treinta años, cuelga en ese instante el teléfono.

- Will, para empezar, ¿desde cuando compras billetes en primera clase?- le digo un tanto molesta- deben de haberte costado mucho dinero.

- Em, los compro desde que recibí un cheque con 100.000 dólares- dice él riéndose- ¿te gusta?

- Will, quiero ser normal, porque juegues en la liga en New York y ganes mucho dinero no quiero saber nada de él. No estoy contigo por eso, y me siento como si lo hiciera.

- Se que no estás conmigo por eso- dice él- pero solo quería que mi novia viajará siete horas en un avión de la forma más cómoda- dice un tanto molesto.

- Perdón, sé que lo has hecho con buena intención- digo al darme cuenta de que he sido una desagradecida. Él lo ha hecho por mí.- lo siento.

- No pidas perdón princesa, debería habertelo dicho- dice a través del móvil.

Mi vida con ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora