Capítulo 38 - Me recuerdas a Linda

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- Se ha encerrado en sí mismo - afirma Mark.

-Pero... ¿está bien?- pregunto alarmada.

- No lo creo. Se encierra en la habitación y de ahí no sale. Ayer por la noche lo fuimos a ver Brown y yo. Iba con dos copas de más y nos confesó que estaba pensando en dejar el equipo.

Yo suspiro.

- Brown y yo le dijimos que se dejara de tonterías. Pero él insistía con lo mismo.

- Iba borracho - concluyo.

- Iba en serio, te lo aseguro. Va llorando por las esquinas. Detrás de esa imagen de tipo duro hay un chaval al que vuestra ruptura lo ha destrozado. Le diste esperanza.

- ¿Esperanza?- pregunto con curiosidad.

- Me contó acerca de las carreras ilegales en las que participaba y la venta de droga.

- Oh, veo que te ha contado muchas cosas.

Él asiente

- Más de las que tú sabes.

Yo lo miro atentamente esperando obtener más información.

- Antes de que os conocierais Will se sentía un inútil. Se alejaba de las personas a las que quería para no hacerles daño. Es cierto que, aunque salió de la venta de droga un tiempo antes de conocerte, estaba metido en otros muchos asuntos. Will estaba hundido en la miseria. No tenía sueños, ni metas ni aspiraciones. Y llegaste tú. Llegaste tú y cambiaste su vida. Según él, eras muy terca e insistente. Te preocupabas por él como nunca antes lo había hecho nadie, sin importar cómo te tratara tú seguías siendo amable con él.

Yo emito una pequeña sonrisa.

- Se aferró a tí porque, tras mucho tiempo, decidió que tú eras la persona en la que depositar su confianza. Cambiaste su rumbo: se centró en el fútbol, se hizo responsable de su hermana, se alejo de los líos en los que estaba metido, las peleas, las carreras y se acercó a ti.

- En cierto sentido, él también cambio mi rumbo- contesto

- ¿Qué quieres decir?- pregunta Mark.

- Cuando los conocí era nueva en la universidad. También estaba llena de problemas. Ambos hemos tenido una vida difícil. Digamos que cuando llegué al a universidad sufría un trastorno alimenticio muy severo y fumaba demasiado por la ansiedad que todo me producía. Incluso me desmayé delante de Will y el resto de nuestros amigos

- Oh, no lo sabía- dice Mark con preocupación.

Yo asiento.

- Fueron ellos los que me llevaron al hospital. Will se puso como loco. Apenas me conocía y ya se comportaba como si fuera el padre de una adolescente rebelde.

Ambos reímos.

- Es cierto que, al principio, no recibía el mejor trato por su parte, pero si algo valoraba de él es que me decía grandes verdades, verdades que nadie se había atrevido a decirme hasta la fecha. Para la gente siempre he sido demasiado frágil como para oír ciertas cosas. A él le daba igual si me dolían sus palabras. Las soltaba sin pensar. Me decía lo que pensaba de mí y de mi situación en cualquier momento.

Miro al suelo.

- No fue fácil diliar con él al principio. No sabes el carácter que tenía en ese momento. Parecía que yo era la que le sacaba su peor cara.

Suspiro.

- Sin embargo, fui capaz de verbalizar la muerte de mis padres. Will fue la primera persona con la que pude hacer eso, ¿irónico no? - río suavemente.

- Quizá - contesta Mark.

- La verdad es que desde entonces hemos vivido muchas cosas juntos. Supongo que los problemas de ambos se mutiplicaban y con ellos nuestra unión - añado mientras mis ojos se cristalizan.

Mark estudia mi rostro con su mirada. Yo saco un pañuelo del bolso y limpio las dos lágrimas rebeldes que se escapan.

Él pasa su brazo por mis hombros.

- Bueno... quiero que sepas que si en algún momento quieres hablar sobre este tema o sobre cualquier otra cosa... ya sabes que tienes un amigo.

Yo sonrío y asiento.

- Gracias, Mark.

Él le quita importancia.

- ¿Puedo hacerte una pregunta?- interrumpo el silencio

- Claro - contesta

-¿Por qué te preocupas tanto por nosotros?

- Porque me recuerdas a Linda. Supongo que ya habrás visto que mi mujer, al igual que tú, huye de los lujos y el dinero. Aprecio mucho que vaya a mis partidos. Sé que se esfuerza por mi. Si fuera por ella permanecería todo el día en casa con tal de que nadie le espiara o tomara una fotografía de ella.

Mi vida con ellosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora