- Te ha visto sufrir con cada noticia que salía de vosotros y, ¿se le ocurre besarte?- No es mi Will, ¿vale?- digo finalmente llorando- ¿Queréis que reconozca que estoy dejando de sentir lo mismo por él?
- ¿Y qué sientes Em?- oigo la voz de Will a mis espaldas - porque que yo sepa soy el único que no se ha enterado de lo que sientes o de lo que ya no sientes- dice muy molesto.
El teléfono se me cae de las manos al pensar que Will me había escuchado.
Los minutos pasan y seguimos en silencio: yo dándole la espalda mientras lloraba y el parado en la puerta.
Comienzo a oír pasos acercarse y Will se posiciona en frente mío.
- Te he hecho una pregunta- dice cruzándose de brazos.
- Yo...- digo entre sollozos.
El se echa a reír irónicamente.
- Déjalo Em me ha quedado claro- grita pegándole una patada a una taquilla próxima.
La taquilla se deforma y yo suspiro.
Él se sienta en una de las sillas y pasa sus manos por el pelo mostrando nerviosismo.
Tras unos minutos, cuando nos habíamos tranquilizado, se levanta repentinamente.
- Vamos... te llevaré a la fraternidad- dice con una expresión que me parte el alma.
Por un momento habría jurado que Will iba a llorar, sin embargo, si algo conservaba, era su dignidad y su orgullo siempre hasta el final.
- Pensaba que querías ir a cenar - digo tratando de manejar la situación.
- Quería - dice fijando su mirada - pero ahora mismo mi novia me acaba de decir que no está enamorada de mi.
- Yo... no he dicho eso- digo tratando de aclarar la situación- venga, vamos al restaurante, te hacía ilusión.
- Se me han quitado las ganas de ir al restaurante, sinceramente- dice frustrado- quiero volver a casa cuanto antes, mañana tengo que entrenar.
Yo asiento apenada y sin decir nada sigo sus pasos hasta el exterior del estadio, dónde algunos fotógrafos esperaban para sacar la fotografía de la "pareja del momento".
Sin embargo, la escena era muy distinta a la de veces anteriores: Will y yo no íbamos de la mano y yo tenía los ojos llorosos.
Will me dio la mano para disimular al momento en el que vislumbró el primer flash.
Entramos en el coche y Will arrancó lo más rápido que pudo.
El camino de regreso a la fraternidad fueron cinco minutos de silencio incómodo entre ambos.
- Will - digo cuando se detiene.
Sin embargo, este no fija su mirada en mi.
- Baja Em- dice el en tono firme.
- Will, puedo explicarlo - digo con la esperanza que me escuche.
- Emily, baja del puto coche - insiste él.
- No lo haré - digo en tono firme - no hasta que no hablemos de esto.
- Está bien - dice él arrancando el coche.
Al principio no se a dónde se dirige, pero después de un par de calles veo que toma la ruta hacia su casa.
Tras unos minutos nos encontrábamos frente a su puerta, él introduce la llave y la abre entrando el primero, dejándola entreabierta para que pase.
Yo entro y cierro la puerta.
- ¿Podemos hablar?- digo cruzándome de brazos.
- No hay nada que hablar Emily, uno no duda de estas cosas después de meses con una persona - dice él enfadado- o sientes algo por mí o no lo sientes, no hay un término medio.
Él saca una almohada y una manta y se echa en el sofá.
- Lo primero, no vas a dormir aquí mañana tienes entrenamiento y debes descansar- digo sentándome en un borde del sofá a su lado- lo segundo, quiero hablar contigo sobre lo que ha pasado.
- Adelante- dice al cabo de un minuto.
- Will yo te quiero, de echo eres una de las personas más importantes de mi vida- digo llorando mientras contemplo como se relajan sus rasgos- Te quiero mucho, pero el dinero te está cambiando.
-¿Es por eso?- dice levantándose bruscamente - sigo siendo el mismo, solo que ahora en vez de tener una camioneta de hace veinte años tengo un coche mucho mejor, en vez de vivir en la fraternidad me he comprado este sitio y en vez de no tener dinero, tengo unos millones en el bolsillo- dice él- no me está cambiando el dinero, de hecho quiero que tú también lo disfrutes.
- Pero es que yo no quiero disfrutarlo- digo yo con expresión decaída.
Él asiente serio.
- Ello no quita a que quiera mejorar mi calidad de vida - dice él- y más ahora que me tengo que hacer cargo de mi hermana.
Él suspira.
- Quiero que nos demos un tiempo - digo incrédula al pensar que esas palabras han salido de mi boca- será mejor para ambos, yo en la televisión seré quién soy y no la novia de... Y tú por tu parte, no tendrás distracciones y podrás centrarte en tu carrera.
- ¿Una distracción?- dice haciendo una mueca- ¿A eso te reduces dentro de mi vida?
Yo guardo silencio y bajo la mirada.
- ¿En serio? ¿Una distracción?- insiste- mírame Emily.
Me toma la barbilla y me obliga a mirarle.
Las lágrimas caen por mi rostro y él trata de retirarlas con sus dedos.
Él se incorpora y me abraza.
- Si el dinero es el problema juro que mañana mismo me deshago de todo con tal de que sigas a mi lado - susurra en mi oído.
- Necesito un tiempo- digo alterada - prometo que no será mucho, simplemente necesito pensar en todo lo que está pasando, asimilarlo y tratar de adaptarme. Necesito hacer eso antes de estar contigo.
Él se separa de mí y asiente.
Se levanta sin decir nada y entra en el baño dando un portazo.
Yo suspiro y me aproximo hacia la puerta de salida y bajo a la calle.
Ahí saco mi vieja caja de cigarros, de la que me había conseguido desprender desde que estaba con Will, y enciendo uno.
El humo recorre mis pulmones y, segundos más tarde, inicia su camino hacia el exterior.
Fumar me recuerda que Will es un arma de doble filo: es la razón que me hizo aferrarme a la vida y la razón que me hizo soltarla.
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¡Holaaa!
Lo siento por la demora, pero juro que estoy tratando de actualizar con más frecuencia.
Y por cierto, muchas gracias por esas 61k lecturas. Para mí es una cifra impensable.
Espero que os guste el nuevo capítulo :)
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Mi vida con ellos
RomanceLos padres de Emily Jones murieron en un accidente cuando ella era pequeña, lo que le lleva a vivir con si abuela, en un pueblo de Nueva Jersey. Harta de su vida allí, ya que se siente atrapada en a sus recuerdos, Emily decide mudarse a New York...