– ¿Conseguiste la exclusiva de Brown?– dice Will repentinamente para romper el silencio que se había creado desde que hacía unos minutos nos sentáramos en un banco de aquel parque.
– ¿Cómo...? Oh yo lo mato, te lo ha dicho Max.
– No ha sido él – dice emitiendo una leve sonrisa.
– Fuiste directo al parking, alguno de los chicos te tuvo que decir que iba a esa fiesta por trabajo.
– Sí... bueno, pero no te diré el nombre o mañana tendremos un cuerpo que enterrar – añade girando la mirada hacia mí– al parecer, querías evitarme a toda cosa.
– La verdad es que sí..., pero ya ves lo bien que ha funcionado– suspiro
Tras unos segundos de silencio ambos reímos por mi último comentario.
– Te he echado de menos– añade Will.
Ante lo que yo guardo silencio.
–Ya has pensado... si bueno... quieres que sigamos o no.
– No lo sé Will, siento que he renunciado a muchas cosas por nuestra relación.
–¿A qué te refieres?–pregunta con confusión.
– He renunciado a la privacidad, a forjar una carrera por mí misma y no bajo tú sombra...– suspiro– y no siendo poco, has cambiado tu forma de ser por completo debido al éxito.
–¿Me sigues queriendo?– me cuestiona sin rodeo alguno.
– Claro que te quiero, Will– digo entre lágrimas.
– Ey, ey...– susurra– no llores y escúchame.
Él me limpia las lágrimas bajo mi atenta mirada, expectante a su próximo comentario.
– Sé que he sido un idiota contigo– dice Will acariciándome el hombro– pero yo no quiero millones en el banco si no te tengo a tí.
– Sabes que no es cierto Will.
Él toma mi mano y la pone sobre su pecho.
– ¿Notas eso?– pregunta él – así me siento cada vez que paso tiempo a tu lado.
Yo sonrío tímidamente.
– Por eso créeme que no me temblaría el pulso si tengo que decidir entre tú y el dinero.
Él me abraza.
– Te esperaría toda una vida, nena– contesta acariciándome el pelo –toda una vida.
Yo me aferro a su pecho y cierro los ojos escuchando el sonido de su respiración mientras el me acaricia el cabello con delicadeza. Tras unos minutos me separo de él y le miro a los ojos.
Yo sonrío tímidamente.
– Te quiero, pero no puedo estar contigo así, Will. Nuestra relación, de esta forma, me hace daño.
Él asiente con la cabeza.
– Entonces no tenemos nada que hacer aquí – dice con una media sonrisa – será mejor que volvamos a la fiesta.
Yo derramo una lágrima y me levanto dispuesta a conducir hacia el lugar de la fiesta.
Me dolía, pero estaba haciendo lo que Brown me había recomendado hacía apenas unos minutos: o lo tomaba o lo dejaba ir.
Lo estaba dejando ir.
Conduzco hasta el parking en el que hacía unos minutos habíamos emprendido nuestro camino hacia el parque.
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Mi vida con ellos
RomanceLos padres de Emily Jones murieron en un accidente cuando ella era pequeña, lo que le lleva a vivir con si abuela, en un pueblo de Nueva Jersey. Harta de su vida allí, ya que se siente atrapada en a sus recuerdos, Emily decide mudarse a New York...