Las profesoras se mantenían alineadas en la entrada del prescolar en espera de la llegada de sus nuevos alumnos, tenían puesto un gafete que ayudaría a los niños a identificar quienes serían sus educadoras en el nuevo ciclo, ya que, a los padres se les había dado el nombre de la profesora con anterioridad.
La línea de lujosos autos empezaba a parquearse en la entrada del instituto privado. EunWoo es él hijo del director de ese kínder clasificado como uno de los mejores del país. Normalmente, los niños de padres con altos puestos de gobierno o con puestos empresariales asistían allí.
Así que, mientras el alfa aprendía a dirigir la institución, el rubio estaba lejos de las actividades de enseñanza. Sin embargo, para la omega Jisoo sus pequeños alumnos eran como cualquier otro niño a pesar de su nivel socioeconómico prestigiado.
– Buenos días maeta, Jichu. – algunos niños de grados más avanzados saludaban con su manita a la profesora que alguna vez estuvo a su cargo.
– Hola Freddy, ¿Qué tal los cursos de verano?. – animó la mayor al preguntar a su ex alumno.
– Muy bien maeta, hice nuevos amiguitos. – alzando el pulgar y mostrando su sonrisa, el niño hizo un puchero al ver como su profesora no sería la bonita omega de suéter colorido y mejillas rositas.
– Muy bien cachorro ¡animo! – brinco haciendo un gesto gracioso haciendo reír incluso a la madre del menor que sabía de antemano su hijito tener un cariño muy grande a la profesora.
– Es una lastima que no le haya tocado el grupo de mi cachorro, Miss Kim. – la madre se acercó rápidamente a la educadora mientras la contraria le sonreía y se agachaba para recibir el gran abrazo de niño con orejitas de lobito gris.
– Su nueva profesora también es muy buena, señora Lee. – sacudiendo algunos cabellitos rebeldes de la cabellera del cachorro, la madre le sonrió con aprecio. La profesora era todo un encanto natural.
Y así pasaron algún par de minutos mientras enseñaba la dinámica de bienvenida que todos los días tendría a sus nuevos aprendices. Un auto elegante se parqueo casi enfrente de ella mientras a la distancia un pequeño niño de orejitas negritas se aferraba a la pierna de su madre. El niño derramaba lagrimas al negarse separar.
Su instinto de omega le hacía inmune a ese tipo de escena, la castaña podía empatizar con la madre y el cachorro porque entendía lo tan complicado que era. La familia de tres, acompañado del alfa, omega y su cachorro estaban a pocos metros de distancia de ella. Jisoo sentía la necesidad de ayudar al alfa que veía con incertidumbre la actitud de su pareja e hijo, ambos estaban llorando por negarse a romper el lazo familiar.
–Cucú, cucú, cantaba la rana. – la profesora se acercaba a la pareja llamando la atención de algunos padres tras escucharla cantar. –Cucú, cucú, debajo del agua. – simuló un salto
– Cucú, cucú, pasó un caballero. – el niño retiro un poco su rostro de la pierna de su madre para ver a la bonita chica y su tan melodiosa voz.
– ¿Como te llamas, cachorro? – se arrodillo para estar a la altura del infante.
– Mauri. – con sus puñitos, el lobito limpio sus lagrimitas. Su mamita siempre le decía que, cuando un mayor pedía su nombre debía de dirigirse con respeto.
– Mauri Hye Kan. – dio una inclinación hacia la chica.
– Que educado polizonte tenemos por aquí. – la omega miró a la madre quien la veía con consternación.
– ¿No quieres entrar para saber qué pasó con el cucú, cucú caballo?. – le preguntó mientras el niño negó volviendo a su posición. – Puedo enseñarte el resto de la canción. – animó mientras él lo pensó.
El niño realmente quería saber quien era cucú caballo, pero para eso debía despedirse de su mami. No estaba dispuesto.
– Te puedo enseñar más canciones para que se las cantes a tu mami. – le susurro, como una especie de secreto que claramente los padres del cachorro escucharon.
No se habían equivocado en elegir esa institución, porque veían la pasión de esa colorida profesora. Realmente el prestigio no era en vano.
– ¿Tabien podemos bailal?. – el niño se dirigió a la profesora.
– Claro, es un trato. – le extendió su blanquecina mano esperando la del niño que deducía sus padres se dedicaban a alguna clase de oficio artístico. Los cachorros y sus intereses desde pequeño solo eran reflejos de lo que veían en su hogar.
– Adios mami, adios papi. – se despidió el niño con un besito a sus progenitores y tomando la mano de su nueva profesora.
– ¿Es usted Miss Kim?. – la mencionada asintió
Por suerte, el pequeño lobito había quedado en su grupo.
El viento soplaba moviendo la cabellera de los presentes y con ello intensificando y expandiendo el aroma de todos los licántropos. Fue cuando lo sintió, sintió el agradable aroma chocolate amargo y café.
– Alfa. – su omega se levantó rápidamente levantando las orejas y agudizando su olfato.
La bonita chica de mejillas rosaditas se quedó en shock tras reconocer a su pareja.
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Teach me to Love | VSOO
Fanfiction"Demasiado rosa para alguien que solo usa el negro como sombra de sí mismo"