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El alfa pelinegro despertó abruptamente dando una profunda respiración que le hizo incorporarse de la camilla que sostiene su cuerpo. La sensación de inquietud de su alfa le hizo recobrar la conciencia como si anticipara lo que el francamente ignora.
El ultimo de sus recuerdos es haberse desmayado en la oficina después de sentir como su alrededor se movía, es evidente que se había mareado antes de salir de esas cuatros paredes.
– Taehyung ¡has despertado! – la voz rápidamente la reconoce, es Jimin, quien lo ve levantarse de la pequeña sala que la habitación privada posee.
La expresión del chico de ojos azules le hace fruncir el ceño, está un poco confundido porque no recuerda ser descuidado en su salud para que un incidente de este tipo pudiese pasarle. De hecho, era todo lo contrario pues cierta omega castaña se encargaba de cuidarlo y siempre darle consejos para mantener su estabilidad física y emocional. Jisoo es una esplendida cuidadora.
Su alfa se regocijó de solo pensarla, así que miró con mayor detenimiento para ver si había una señal de la pequeña chica.
– Si buscas a Jisoo no está, la pobrecita te estuvo cuidado la mayor parte del día de ayer y la madrugada. Le he pedido que se fuese a su casa a descansar. – explica Jimin como si le hubiese leído los pensamientos
El pelinegro se mantiene callado y asiente mientras con ayuda de su amigo se incorpora mejor sobre la cama buscando una posición cómoda.
– ¿Llevo demasiado tiempo en estas condiciones? – quiere hacer una evaluación de sí mismo.
Desde hace días que algo se siente diferente como si dentro de sí despertase instintos primitivos que él desconocía; la mayor parte del tiempo su humor despegaba de ser soportable a irritante, el instinto de posesividad hacia sus cosas le provocaban querer arrancarle la cabeza a las personas que tocan sus cosas, así como el naciente apetito de solo comida que prepara su bonita omega. En definitiva, creía que él estaba perdiendo la cordura.
–Solo él día de ayer que estuviste prácticamente inconsciente hasta hoy. –
Era muy temprano, Jimin no sabía como expresarle a su amigo lo que su medico de cabecera habló con ellos. No sabía si debía atribuirse esa información y ser el primero en dársela, aunque fuese una situación un tanto incomoda o la madre del pelinegro debía de hablarlo directamente con él. Lo que sí sabe es que la presencia de Manoban Jennie no le gusta, siempre pegada como una garrapata a la señora Jeon.
Aunque la omega siempre se mostraba cordial ante ojos ajenos parecía que Jimin era el único que podía sentir y ver algo extraño en ese rostro gatuno.
– No sé porque he terminado en un hospital sabes que he reducido mi tiempo de trabajo. – Jimin le escucha sacándolo de sus pensamientos. – No salto mis comidas. – ese aspecto es cierto, gracias a cierta omega. – Duermo bien y también trato de pasar tiempo con Jisoo. –
