Seis meses...
Siete meses...
Ocho meses...
Nueve meses....
Cuatro meses los cuales el hombre se sentía estar en una encrucijada, las personas que estuvieran detrás de él parecían tener los recursos y la constancia de seguirle para no desistir hasta encontrarlo. El primer intentó falló, pudo despistar a los policías y salir ileso por unos meses más hasta que ese día se quedó profundamente dormido sin darse cuenta que su plan de rastreo para no estar más de tres horas en un lugar había fallado.
Solo escuchó el fuerte sonido de la puerta abrirse rompiéndola y luego de eso intensas luces de linterna apuntarle al rostro. Su corazón latió rápidamente mientras intentó escapar por la ventana pero no contaba con que otro comando lo estuviese esperando.
Estaba rodeado.
– ¿Por qué lo hiciste? – el detective mira al beta quien parece indiferente a su interrogatorio.
– No pienso hablar sin mi abogado. – se excusa.
– Ante la ley es tu derecho, pero puedes salir ileso de esto si nos dice el porqué. – el hombre esposado lo pensó.
– ¿Ileso?. – se burla.
No es la primera vez que está en una situación como esas, quizás en otra ciudad, pero puede confirmar que nunca salen ilesos y el protocolo siempre es el mismo. Solo son mentiras de los policías para persuadirlo a hablar.
– No lo creo oficial. – el hombre de chamarra de cuero rueda los ojos.
Lleva más de dos horas intentando negociar con el beta pero parece ser que no quiere cooperar.
– Si tiene mucha urgencia de que abra la boca propóngame algo que realmente me interese. –
Su plan es simple, quizás puede manipular la situación y sacarle otros millones a esa niña rica porque esta seguro que su "cliente" es alguien importante, con la capacidad de vaciar grandes cantidades de ceros sin ningún tipo de problema
Se aferraría a esa idea, claro, hasta que no exista una mejor porque a pesar de nunca ver a la mujer o hacer el trato directamente con ella puede identificarla rápidamente con algo muy poderoso; su voz.
Si de todos modos va a ir a la cárcel se asegurará de cargarse buenos billetes y salir sin preocupación a su futuro.
Perfecto.
– No estas para poner tus condiciones. – el beta levanta la ceja.
– A ustedes les importa que hable, a mí no. – mira despreocupado las esposas.
– ¿Es decir que prefieres pasar años en prisión que decir la verdad? – el contrario levanta los hombros.
Está tentando de ver a quien realmente está a cargo.
– Yo no he dicho que me declaro culpable, ustedes me inculpan de algo que desconozco. – se hizo el desentendido.
Antes de que el detective pueda continuar el megáfono interrumpe la conversación para hacerle salir rápidamente de la sala de interrogatorio.
Taehyung ha llegado a la comisaría tan rápido cual se enteró que finalmente tenían al responsable, o al menos ellos lo aseguran pues el hombre parece desentender la situación.
– No pienso seguir perdiendo mi tiempo, necesitan hacer que hable. – el alfa ha perdido la paciencia
Con actitud desinteresada, arrogante y sin duda demencia está harto de que el responsable siga libre y se burle en frente a sus caras.
– Yo quiero hablar con él. – los policías se vieron y negaron. – Señor Jeon, deje hacer nuestro trabajo usted no puede intervenir. – el alfa les ignoró.
Toda su vida trató con ese tipo de gente, personas con la misma señal en la mirada; avaricia.
– Solo cinco minutos. – insistió.
– No haré nada, solo quiero hablar con él. – los policías seguían sin aceptar.
No está en los protocolos que involucrados se filtren en un proceso policiaco.
– Lo sentimos señor Jeon pero tendrá que esperar a nuestros compañeros hacer su trabajo. – azotando la palma sobre la mesa de metal los presentes se quedan callados.
– No, ya no puedo seguir viviendo con esta incertidumbre, ¿acaso no entiende que mientras este hombre siga aquí dan el tiempo perfecto a sus cómplices de escapar?. – los híbridos se ven
Tiene razón.
– Denme cinco minutos y les prometo que ese hombre hablará y con ello caerán todos los involucrados. –
Los presentes miran a su superior, solo requieren su autorización.
– Ni un minuto más. – suficiente para que uno guie al alfa al interior de la habitación.
Frente a él está el hombre que muchas veces quiso someter entre sus propias manos, su mirada de burla parece creer que se trata de otro policía quien se rendirá ante su inteligencia, pero no sabe que ante él está el hombre que se prometió hacer pagar a quienes intentaron hacer daño a las personas que ama.
– Si no me da algo por lo cual dudar de mi palabra, mejor váyase. – canturreo.
– Bien, que tal 5 millones para que nos digas si realmente eres uno de los involucrados. – el beta casi se cae de la silla con la que juguetea al escuchar dicha suma.
– 2 millones de dólares. – recalca. – Por decirnos quienes más están involucrados. – llega hasta la mesa de aluminio. – Y 10 millones por confesar el verdadero plan de ese accidente. –
No lo puede creer, el beta no pensó que ese hombre estuviese dispuesto a pagar una suma de dinero tan alta solo por hablar. Pero no es tonto, es demasiado fácil para que acepte y no dude de que todo sea una mentira.
– ¿Y tu eres?. – pregunta mientras puede detallar la apariencia del alfa.
Ahora que lo ve de cerca anticipa que es alguien de poder.
– Soy el alfa de la mujer que atropellaste. – el beta abre los ojos mientras es consciente de como el lobo del opuesto está en un estado de contención.
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Teach me to Love | VSOO
Hayran Kurgu"Demasiado rosa para alguien que solo usa el negro como sombra de sí mismo"