17.
El rubio se encontraba moviendo su pierna nerviosamente mientras no deja de sacudir su pluma sobre las carpetas del escritorio. El no quería exagerar las cosas, y mucho menos pensar lo peor de ese encuentro de cafetería que él arregló. Aunque Taehyung no quiso dar detalles de esa cita, él creía que todo había ocurrido de manera normal pues las loncheras seguían llegando después de ello. ¿Por qué ahora la profesora se reusaba a mandarlas? ¿Acaso se rindió?
Y sobre todo, lo que más ansiedad le provocaba era porque la omega castaña lucía muy diferente a como él la recordaba. Era como si de repente su energía se viera consumida y parte de sí misma solo fueran el reflejo de sus ojos tristes.
– Mantenme informado, quiero que ese reporte de operaciones sea enviado a mí oficina antes de finalizar el día. – alzando su mirada azulada, Jimin escuchó al imponente alfa aproximarse a su oficina.
¿Sería muy entrometido insistir nuevamente? El omega sabe que, quizás su Rosie tenga razón y no deba entrometerse pero que tal si por su culpa ha arruinado una gran oportunidad para su mejor amigo. El no podría vivir con eso, y muchos menos pensar que es culpable, de algún modo él tuvo mucho que ver para concretar ese encuentro.
Suspirando pesado y sacudiendo la cabeza esperó a Taehyung estar más cerca para poder hablar con él.
– Tae... - llamó Jimin levantándose del escritorio antes de que el alfa entrase a su oficina.
El alfa checaba su celular ignorando el resto del mundo, lo único que Jeon Taehyung conocía es trabajo y eso no era del todo bueno.
– ¿Qué sucede Jimin?. – la potente mirada miel escaneó la silueta nerviosa y el aroma ser mucho más resaltante. Conocía al rubio tan bien que era de intuirse, Jimin oculta algo.
– Tae... - volvió a pronunciar su nombre sintiendo la garganta seca.
– Yo, yo quisiera hablar contigo. – el alfa levantó una ceja nada convencida de la actitud que él rubio estaba tratando de mantener. Jimin es tan transparente que ser un "mentiroso" jamás sería parte de él.
– ¿Todo en orden?. – el rubio le sonrió con falsa tranquilidad.
– Por supuesto Tae, ¿por qué lo preguntas? No es como si nunca hablase con mi mejor amigo. ¿Desde cuando que no hablamos? Para mí es mucho tiempo, así que, ahora tienes un tiempo en tu agenda... - el omega está hablando tan rápido que Taehyung no evita hacer un gesto. No está entendiendo nada de lo que sale de su boca.
– ¡Jimin!. – levantó la voz solo un poco para que el rubio reaccionará de sus palabras sin sentido. – Por favor cállate y entra a mi oficina. – le pidió el de ojos miel aceptando la propuesta con tal de mantener el silencio que prefería en lugar del parloteo.
Alfa y omega caminaron sobre la extensa oficina mientras toman asiento uno frente a otro, divididos solo por el gran escritorio de vidrio.
– Y bien... - le animó el azabache mientras coloca sus codos sobre la mesa y entrelaza las manos.
– Sé que no te gusta hablar de ello, pero no puedo simplemente olvidar algo tan evidente y que tú ignoras, sabiendo que sino lo haces te arrepentirás.
– Jimin, sé directo. No tengo mucho tiempo y francamente tus palabras llegan a ser todo menos concisas. – no ha sido un buen día para él alfa, el trabajo era exponencial y su atención limitada.
– ¡Taehyung por la diosa luna, olvida el trabajo un momento, esto es importante! – Jimin no podía creer que su amigo no mostrara otro tipo de interés que no fuese su compañía.
– No puedo olvidarlo Park, te he dado tiempo como lo has solicitado, pero hasta ahora no has dicho nada importante. Solo sigues parloteando y dando vuelta a cualquier tontería que tengas que decirme. – alzando las cejas en asombro Taehyung nunca le había hablado así a su mejor amigo.
El alfa sabe que él omega de Jimin es extremadamente sensible y sus ojos cristalizarse le hacen aligerar un poco el mal temperamento que llevaba días queriendo explotar. Jimin no tenía la culpa del porque él se sintiera de esa manera, pero sabe que lo ha arruinado cuando el rubio se levanta del asiento y lo ve con el ceño fruncido sin decirle nada.
– Jimin, no quise... - el mencionado niega dándole la espalda.
– Me voy a parlotear a otro maldito lado, solo no digas que no te lo quise advertí, reverendo idiota. – gritó lo ultimo dando un portazo.
El alfa se ha dejado caer sobre el respaldo de su silla, ¿Por qué siente impotencia y enojo? Dentro de sí quería ignorarlo y liberarlo de algún modo menos rudo y exagerado, sabe que esa no era la forma correcta de superar la tensión con el mínimo de provocación.
– Carajo. – da un manotazo al escritorio viendo el celular a un lado.
De nuevo, no ha llegado ningún mensaje de esa omega y tampoco Jimin entró con algún paquete rosado. ¿será que al fin esa omega entrometida se ha dado por vencida? Y de ser así, ¿por siente a su alfa bajar las orejas? Debería sentirse aliviado, pero el sentimiento es asfixiante y ansioso.
Cierra los ojos para suspirar y de nuevo ignorar esas sensaciones tras enfocarse en el trabajo, después trataría de arreglar las cosas con su amigo. Por ahora, una gran montaña de papeles y documentación importante requerían ser leídos por él.
– Jimin... - el omega movió la cabeza haciendo saber que lo escucha.
Habían pasado cinco horas desde la pelea que mantuvieron.
– ¿Necesitas algo Jeon? – con esa palabra Taehyung sabe que Jimin está realmente enojado, siempre suele llamarlo por su apellido cuando las cosas son más que tensas entre ambos.
– Vamos Jimin, lo siento ¿sí?. – tocó el puente de su nariz tratando de encontrar paciencia. – No quise gritarte y tampoco decir esas palabras.
Nunca ha sido bueno disculpándose o tratando de arreglar sus desastres. Por eso es que él prefería silencio antes de que su boca sin filtro lo orillaran a hacer estas clases de escenas que no sabe como se manejan.
– Pues a mi me parece que sí querías. – el omega seguía escribiendo en el teclado. – Yo no tengo la culpa de tu humor ser cada día más de perro. – se desquitó el rubio. – No tengo la maldita culpa. – el omega podía lucir como un ángel, pero sin duda, su vocabulario cuando está enojado no era del todo amable.
– Solo dime como puedo arreglarlo, ¿okay?. – Taehyung ya no quería pelear.
Realmente aprecia a Jimin lo suficiente y sabe, por experiencia que normalmente el omega solía pedirle una gran cantidad de cosas para así al fin otorgarle su perdón.
– Tendrás que ir por Jirosé a la escuela. Gracias a ti y por el coraje que me has hecho pasar tengo miles de pendientes sin atender. – el alfa levantó la ceja.
– ¿Y que te hace pensar que yo tengo tiempo para ir por la pulgosa? – el omega le dedicó la mirada más puntiaguda que poseía haciendo que el lobo de Taehyung incluso se sintiera intimidado.
Los omegas eran como esa raza de perros chihuahuas, tan pequeños y apachurrables pero con un carácter de los mil demonios que sacaban cuando no se hacía lo que ellos querían.
– Está bien, iré por pulgosa. – suspiró derrotado.
Si esa era la única condición para romper esa tensión entre ellos, lo hará.
– Y también debes de traerme dos cajas de chocolates. – completó el pedido. – De los finos. – le señaló. – Si me compras las imitaciones lo sabré y no querrás aumentar tu deuda conmigo. ¿o sí?. –
El azabache negó dándole el pésame a Rosé, ¿Cómo es que la alfa soportaba a ese omega en extremo mandón?
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Teach me to Love | VSOO
ספרות חובבים"Demasiado rosa para alguien que solo usa el negro como sombra de sí mismo"