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Kim Taehyung se levantó de la silla en medio de esa mesa directiva, la reunión había acabo por completo mientras el resto de sujetos se limpiaban el sudor de las frentes ante la presencia del alfa. Estar en el mismo lugar que él era una experiencia estresante, jamás se podía deducir que es lo que pensaba el de ojos miel, o si en algún momento estaba en desacuerdo con algún proyecto.
Los miembros de la mesa directiva, solo podían deducir cuando él se levantaba, al fin la torturar llegar a su final. Justamente como ahora, donde llevaban más de cuadro horas encerrados en la proyección de proyectos y propuestas. Parecía que él alfa se complacía al percibir los rostros cansados de sus colegas. Sin embargo, la persistencia y compromiso de un hombre como Kim Taehyung lo han posicionado ser todo un icono, el hibrido tenía todo en la vida convirtiéndolo en un fuerte candidato que toda compañera querría. Pues a pesar de la civilización de su especie como cambia formas, los instintos primitivos se mantenían buscando la fuerza, estabilidad y protección que otorgaran los alfas, así como el cariño, familia y amor dado por los omegas o betas.
Muy clasista a pesar del amplio pensamiento, pero lamentablemente, en un mundo de elite y lujo, Taehyung ya se había hecho a la idea de que terminaría casado por conveniencia, no por amor. Como la mayoría de su círculo social a excepción de Jimin, su mejor amigo y la arquitecta quienes eran los únicos que habían logrado encontrar a su alma gemela y quienes conocía podían dar testimonio de que si era posible encontrar ese amor incondicional.
Taehyung antes no creía en ese concepto, hasta que su omega amigo le confesó lo que sentía por la alfa que parecía igual de interesada a él, un sentimiento al instante, un reconocimiento de alma que ellos narraban ser único. Jimin representaba la perfecta imagen andrógina de una omega masculino, ojos profundamente azules, labios abultados y rasgos delicados. Además, el rubio parecía totalmente perdido con la inteligencia y belleza de la alfa de cabellera violeta. Él aun recuerda lo traumático que fue escuchar cada noche a Jimin hablar sobre la mujer en su etapa de cortejo.
Siendo antiguamente compañeros de apartamento, era horrible tener que fingir interés en temas que siempre se le enseñó ser una perdida de tiempo a su éxito.
– Adelante. – dijo el azabache mientras retiraba sus manos de la sien.
El dolor de cabeza algunas veces solo eran leves síntomas de su estrés constante y vida ocupada.
– Tae... - Jimin entró a la gran oficina del magnate.
El dejó las gafas que usaba para trabajar mientras miró como su amigo se dirigía hasta él con un enorme bulto rosado.
–¿Qué carajo traes allí?. – le preguntó mientras el aroma empezaba a desplegarse invadiendo el lugar tan pulcro y limpio. El aroma neutro era aquel que él alfa siempre trataba de mantener en su oficina pero ahora se había perdido gracias a ese extraño objeto que llevaba el omega entre sus manos.
