la guardaespaldas

Cap 68

-Madre mía esta casa huele a sexo!

-Veronica!!

-Jajaja no les haga caso es pura envidia.

Me dice Ana al entrar en casa.

-Por cierto dónde están tus chicas?

-En la piscina.

-A las diez de la mañana?

-Ya ves tengo una hija y una mujer pez.

-Y tu con lo que te gusta?

-Preparando el desayuno si no salen.

-Prepara  para nosotras dos jajaja.

Me da un beso en la cabeza y se largan las dos.

Yo me vuelvo a la cocina buscando todo lo necesario, acostumbrada a mi cocina en esta no encuentro nada y total solo me queda hoy para que enseñarme.

Mañana a primera hora tengo que volver a la cárcel, ha sido un fin de semana alucinante y hoy lo voy a compartir con mi familia, no quiero pensar en mañana no quiero amargarles hoy tiene que ser todo felicidad Lucía y Vane se lo merecen.

Pongo en el carrito todo lo del desayuno, bollería recién hecha, zumo, cafés suficiente para las cinco.

Empujó el carrito hacia la piscina desde el salón ya se escuchan los gritos hay que ver quien es más cría.

-El desayuno!!!

Grito al entrar.

-Que bien huele Mami!

-Has tardado mucho Malusita.

-Calla Veronica o no desayunas.

Unas manos mojadas envuelven mi cuerpo y besan mi cuello con lo cual me estremezco.

-No les hagas caso amor.... Mmmmm que buena pinta tiene.

Después de eso nos besamos.

-Ehhhh que corra el aire que hay menores.

-Me dice verónica como siempre.

-No pasa nada tita a mi gusta que se besen.

-Ya me habéis pervertido a la cría.

-Con que os habéis metido en la piscina?

-Jajaja con ropa interior.

Los biquinis de tu mujer no nos vienen tienes las tetas muy grandes y tu jajaja.

-Gilipollas.

-No te metas con las tetas de mi mujer son muy muy...

-Vane ya la niña.

Las cuatro miramos a Lucía comía ajena a nuestra conversación de adultas, pero claro mi amiga hoy había venido a que no pensara en mañana costara lo que costara y en un descuido de un empujón fui a parar  dentro del agua por suerte pude agarrarla en el último segundo y vino detrás de mi.

-Capulla!!

La metí de bajo del agua y luego ella a mi, mientras las otras se reían pero poco duro una una fueron tirándose al agua haciéndonos ahogadillas y así pasamos la mañana en remojo, hasta casi la hora de comer cuando llegaron mis padres y Lucía consiguió con sus armas que mis padres entrarán en la piscina les dejamos un poco más mientas Vane y yo preparabamos la comida hoy no había servicio solo la familia.

En la cocina no faltaron besos e interrupciones cuando no Vero a por cervezas y después Ana a por más cervezas la cuestión era molestar.

Llamaron al timbre y suspiré, Vane frunció el ceño.