la guardaespaldas

Cap 26

-Que le has dicho para que me deje salir a cenar?

Le pregunto a mi amiga Ana.

-La verdad Vane, que llevas mucho tiempo en casa y que en un día nos esperan unos meses de carretera entrevistas, galas, cenas benéficas y toda esa mierda de promociones.

-Y te dijo que si así sin más, si que debe follar bien Veronica.

-Vero es una gran tía y una gran profesional y nuestra vida sexual es  muy pero muy buena y no me dijo que si se lo tenía que preguntar a la estirada que es la que manda en este cotarro.

-Le dijiste que eras tu mi acompañante.

-Si tuve que mentirle y no me hace ninguna gracia haberlo hecho por tu culpa la voy a tener con ella.

-Vais en serio Ana?

-No lo se no lo hemos hablado, el poco tiempo que nos vemos a solas lo empleamos en tu ya sabes.

-No necesito detalles de tu vida amorosa.

-Ni yo la tuya, y con tantas tías tenías que ir con Isabel?

-Hace mucho que no la veo.

-Tu sabes perfectamente que lo que quieres es tirartela.

-Con ella no tengo que ir con rodeos terminamos en la cama.

-Así dándole celos a Malú no vas a conseguir retenerla.

-Ella ya me lo ha dejado claro no quiere nada pues nada va a tener.

-Y la vas a cabrear restregandole tus amoríos.

-Que se joda Ana.

Termine de arreglarme me puse un vestido corto provocador con un buen escote donde mis pechos pedían salir.

-Te dejamos en algún sitio?

-Si en mi casa también por tu culpa no saldré.

-Para eso es tan las amigas para cubrirse.

-Se van a enterar igual.

-Me muero por ver su cara.

Subimos al coche, que me dejarán salir no significaba que lo iba hacer sola dos de mi seguridad Iban en mi coche uno conducía y el otro de copiloto con sus pinganillos en las orejas, no se si podré acostumbrarse a esto.

Dejamos a Ana en su casa con un ten cuidado en la despedida,luego le di la dirección de Isabel esta ya me esperaba, que diria de Isabel era todo un pivon, los de mi seguridad se la comieron con los ojos no menos que yo, se me levanto el hambre y no de comida de comerme a esa tía como otras tantas veces.

La tía ni corta ni perezosa entro en el coche y ya me comió la boca sin miramientos cosa que yo también lo segui, mientras los de seguridad no sabían donde mirar.

Nos separamos sonreímos me cogió la mano y el coche arranco, teníamos quince minutos hasta llegar al restaurante donde tenía hecha la reserva, en un reservado donde estaríamos tranquilas.

En esos quince minutos nos dio tiempo a unos pocos reproches por parte de Isabel.

-Hacia tres meses que no sabía nada podías haber llamado.

-He estado muy ocupada.

-Eso he visto por las redes.

-Isabel tengamos la fiesta en paz, no estropes la velada.

-Tienes razón es que tengo tantas ganas de ti..... Con ese vestido tía solo pienso en quitártelo....

Su mano acarició mi muslo me acerque a su oído.