Cap 37

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Malú intentaba abrazarme y yo intentaba deshacerme de él, estaba muy cabreada con ella pero también tenía mucho miedo, estaba acojonada y al final me deshice llorando en sus brazos, mientras Malú intentaba calmarme, me susurraba que todo iba a estar bien pero no podía creerla, volvían a intentar matarme, algún día lo conseguirían algún día alguien me pegaría un tiro, me aferre más a ella más a su cuerpo hasta que ella agarro mi cara con sus dos manos saco mi cara de su cuello empapado por mis lágrimas pero al mirarla no era solo yo la que lloraba Malú también lo había también sufría.

-No voy a dejar que nadie te haga daño te lo prometo....

Y me volví a hundir en su cuerpo abrazandonos llorando, no me di cuenta ni cuánto tiempo había pasado.

-Será mejor que nos vayamos Vane, por favor vente a mi casa unos días hasta que esto se tranquilice, tu casa estará plagado de prensa y no es lo que más necesitas ahora, necesitas tranquilidad.

-Esta bien, sabes quien está detrás de esto?

-En casa lo hablaremos.

Mire alrededor y no vi a Ana ni Vero.

-Y estás?

-Vieron el espectáculo que estábamos dando y se han ido no te preucupes estarán bien.

Nos subimos al coche, todo el trayecto hasta su casa fuimos en silencio, mi cabeza mirando por la ventana, no sabía donde vivía, al llegar entre en un pàrquing de un edificio alto yo diría que uno de los más altos de Madrid, no era un barrio pobre, era un barrio que estaba muy bien.

-Ya hemos llegado.

-No me imaginaba que vivías aquí.

-No me va tan mal me pagan bien.

Al decir esto me guiño un ojo.

Subimos al ascensor y pulso el último veinte pisos.

-Vives en el último?

-Si no es muy grande pero para Lucía y para mí es suficiente.

-También vive Vero?

-Si..... Siempre ha estado a mi lado aunque creo que no tardara en volar... La hechare de menos, fue de muy buena ayuda cuando nació Lucía.

Iba a preguntar más, tenía muchas dudas pero el ascensor se abrió y su madre nos esperaba ya en la puerta la cual se abalanzó a los brazos de su hija y luego me abrazo a mi, me quede sorprendida por ese acto una mujer que apenas conocía me daba su calor cosa que la mía nunca lo había hecho ni ahora había sido capaz y Pepi era tan diferente a Malú.

-Como estáis?

-Asustada...

-Pasar tengo preparadas unas enfusiones calentitas que os vendrá muy bien.

Su padre esperaba impasible en la puerta el se veía más del mismo carácter que Malú serio pero solo eran apariencias por que se acerco a su hija estrechandola en sus brazos un abrazo que duro varios minutos, después de soltarla me miró a mi acarició mi brazo.

-Estas en buenas manos confía en ella.

-Lo se....

Pasamos dentro de casa quede parada en el pequeño salón abierto a la cocina, llena de color y juguetes de la pequeña, muchas fotos de ella, con su madre, con sus abuelos y Vero pero nada de un posible padre.

Pepi me ofreció la infusión y me dijo que me sentará  lo hice, Malú no estaba cerca, Pepi se dio cuenta de que la buscaba con la mirada.

-Esta en la habitación de Lucía.

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