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Guardé la ropa sucia dentro del maletero de mi auto y le grité a Zack que subiera, me he vuelto poco paciente con el paso del tiempo. Tenía dos mensajes de voz y eran del mismo número telefónico: Michelle.

—Bea, bebé —Su voz se escuchó en todo el solitario automóvil— no podré ir a la playa con ustedes porque he tenido un pequeño problema en mi nuevo apartamento, ¿Puedes creerlo? Lo siento, te veré después.

Ella está con Eric; fue lo único que mi mente pudo procesar, ella está con él y piensan pasar todo este día, juntos como pareja. Después de que la última noche presenciamos con Zack la fuerte pelea de Alex y Ashton supuse que ahora, la odiaba como odio a Charlotte.

Dejé caer torpemente mi cabeza sobre el volante de mi automóvil mientras esperaba que Zack salga de mi casa, la bocina comenzó a sonar y oí su grito de "aquí estoy". Habíamos regresado esta mañana para que yo pudiera cambiarme y desayunáramos juntos en alguno de los pequeños bares que hay por la zona de Bondi, mi nuevo y hermoso vecindario.

—Hey, ¿Qué pasa? —Me mira con una ceja alzada— ¿No has dormido bien?

—Tus putos vecinos son unos gilipollas, deberíamos de haber ido a su apartamento y golpearlos fuerte para que cerraran la puta boca —Me quejo— ni siquiera conozco a esa chica y ya la odio, ¿¡Quién chilla así de fuerte!? Joder.

Le agradecía a la vida que Zack esté un poco drogado con los medicamentos que le dieron en el hospital, porque quizás hubiese ido a golpear la puerta de ellos dos y nos llevaríamos una inmensa sorpresa. Además, ¿Cómo es posible que él esté en cada puto lugar en el que estoy yo? ¡El destino es una basura!

Conduje hacia el bar/restaurante La posada de Nessie (vaya nombre, ¡Como el del monstruo del lago Ness!) y allí nos bajamos a desayunar. El sitio tenía un ambiente demasiado playero, las paredes estaban cubiertas con papel tapiz blanco y tenía unas rayas verticales de color azul sobre este; las cerámicas del piso eran de color arena y estaban algo resbaladizos porque, al parecer, recién las habían limpiado. Sobre las paredes colgaban unos pocos cuadros que detallaban la belleza del paisaje australiano, las mesas estaban compuestas desde dos sillas hasta seis, parecían ser de color blanco pero había manteles azulinos sobre estas.

—Buenos días, bienvenidos a la posada de Nessie. Mi nombre es Theresa, ¿En qué puedo ayudarlos? —La chica movió su cabello de lado y tomó la libreta para anotar nuestros pedidos—.

—Yo quiero un café, tostadas y yogurt —Le respondió Zachary, los ojos de la rubia se posaron en mí en cuanto acabó de anotar el pedido de él—.

—Quiero pan danés, una taza de té sin leche, fruta y unos panqueques —Le sonrío—.

—Vale, en un instante estarán listas sus cosas —Sonríe— que tengan buenos días.

En cuanto ella se marcha, mi teléfono comienza a sonar con el ridículo tono que Chloe escogió para sus llamadas.

— ¡Chloe! —Respondo rápidamente— ¿Qué pasa, cariño?

—Aiden y yo estamos en camino, ¿A dónde están tú y Zack?

—En la posada de Nessie, ya sabes, está a unas cinco cuadras de mi casa —Respondo— ¿Te ubicas? Introduce el nombre en el GPS y te aparecerá.

—Oh, oh, claro. Vale, nos vemos... —Sonrío y corto la llamada primero—.

—Era Chloe —Le indico a Zack— ella y Aiden están en camino.

—Aiden me dijo lo de Michelle —Él se encoje de hombros— ¿Es por el tipo de la última noche, verdad?

—No lo sé, Zack —Mi vista se dirige a las dos personas que están entrando y, sinceramente, no me alegra mucho verlos aquí después de lo que pasó la última noche—.

Psychopath. »ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora