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Me quedé debajo de ella, viendo como su trasero se movía debajo de esos ajustados pantalones jeans blancos. Demonios, debería ser ilegal verse tan bien con una simple prenda como esa.

Cargué la última caja y cerré la puerta detrás de mí, con mi pie izquierdo. Ella me sonrió emocionada, sin dudas, había sido una rápida mudanza... me pondría en contacto con alguien para alquilar nuestros viejos apartamentos así de algún modo, ella puede tener un ingreso más... pero de todos modos, para mí, el dinero es lo último que necesito en este momento. Gale me paga lo suficientemente bien como para mantenerme a flote en una gran ciudad e incluso, podría alimentar a tres o cinco niños  y a una mujer por semana, con todo el dinero que ese viejo me da.

Cada trabajo sucio que hago por él, me da una buena paga.

Todo era justo como yo quería que sea. La sala estaba pintada con un color amarillo claro y una de las paredes, dónde un bonito cuadro que había comprado hace poco colgaba, estaba pintada de naranja fuerte. La gran televisión colgando de la pared, la pequeña mesa de café frente al gran sofá en forma de "L", cuero legitimo, cuero negro... esto es una locura. Nuestro comedor se basa en una mesa con seis sillas, todas de color negro, combinando entre sí y con los sofás. Otro cuadro colgaba detrás de una de las sillas.

Una pequeña habitación con una cama, asumo que es un cuarto de invitados. El closet es demasiado grande, justo como el que una mujer necesitaría solo para sus zapatos. Esto será llenado por Chantal en menos de lo que espero, lo sé.

La cocina está pintada de tres diferentes tonos de rojo y el techo es blanco, la estufa es un completo lujo y ni siquiera hablar de las alacenas, todas son de una madera opaca que resalta el color rojo a la perfección. El granito de la mesada es de color negro y me encanta ese toque que le dan los detalles de griferías plateados. EL balcón nos dirige a una gran terraza, sólo para nosotros... ¡Esto es más grande que un cuarto de hotel costoso en Las Vegas! Probablemente si hubiese una piscina allí, todo sería mejor, aunque podrían verme o ver a Chantal todos los tipos que viven en los edificios que nos rodean y eso sería molesto, muy molesto. No quiero que nadie vea a mi chica en bikini, nadie más que no sea yo.

El baño era completamente blanco y negro, justo como yo estaba buscando hace un largo tiempo... me encanta eso de combinar los dos colores más opuestos en la escala y decorar un lugar de este modo, de una manera tan elegante. Realmente me esperaba que el cuarto fuera así, una puerta nos conducía a la gran terraza, y la cama era alucinante... jodidamente grande y cómoda. Chantal me regañó en cuanto salté a la cama, dios, que mujer más molesta, ¡Yo quiero saltar a mi nueva cama!

—Esto es alucinante. —Dice, aún boquiabierta. —Seguramente has gastado mucho dinero con esto... deberías dejarme ayudarte a pagar las cuentas.

—Chantal... cállate. —Supliqué, ella soltó una risa y yo me uní. Joder, su risa es adorable y muy contagiosa. —Te he dicho que no importa el dinero.

—Bueno... yo no quiero que tú pagues todo, déjame pagar algo. —Ruega, revoloteando sus pestañas dramáticamente, en modo de suplica.

Yo no puedo resistirme a esa maldita mirada de niña inocente que aún tiene en sus azules ojos.

—Probablemente si te arrodillaras... y me hicieras una mamada.

Sus mejillas están a punto de explotar a causa del exceso de sangre en ellas y yo estoy muriendo de risa.

—¡¡¡No es gracioso!!! —Se cruza de brazos, molesta. —Eres un asco.

—Siempre he sido así, bebé. —Susurro contra su oído y ella se estremece.

Debo admitirlo, me encanta causar estas sensaciones sobre su cuerpo... ella es tan virginal aún, que, ya no sé que mierda hacer con esa puta inocencia que sigue conservando a pesar de que hayamos follado hace tan poco tiempo.

Psychopath. »ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora