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Narra Ashton:

Nos pasamos el segundo día en la piscina, el calor es insoportable en estas épocas en los Estados Unidos, pero no más que en el verano de Sidney.

Necesito admitir esto con mucha intensidad, Chantal. Luce. Jodidamente. Sexy. En. Ese. Bikini. Negro.

Estoy teniendo más de cincuenta visiones sobre cómo podría follarla en el sofá de la habitación, en la cama, en el baño... o incluso en la piscina. Joder, ¿¡Cómo puede ser tan ardiente con dos simples piezas como esas!? Olvidé la parte en la que un bikini es casi como ropa interior y... no se imaginan como luce ella en ropa interior.

Y aquí estoy, en la suite de un lujoso hotel en Las Vegas, esperando a que ella salga de vestirse para que pueda conducir hasta ese restaurante y presentarle a mis viejos amigos. Aunque, yo sé que, solamente quiero hacer esto para demostrarles que no terminé siendo un aburrido como ellos, que logré conseguir muchas más cosas de las que pretendía.

Finalmente Chantal salió de allí dentro, ¡Gracias santo Dios! Trae un escotado vestido color dorado algo largo con un corte en una pierna. Esto debería ser ilegal, ¿A caso sus padres la hicieron con tantas ganas? Podrían haber hecho más hijas mujeres si tuvieron tanto éxito, no sé, sólo digo.

Sus labios estaban cubiertos con una capa de labial brilloso de color piel y sus ojos, mierda... tendré una erección de tan solo ver sus ojos. ¿Azules como el océano? Esa frase queda pequeña frente a los ojos de esta chica.

Me sonrió y tomó mi mano.

Bajamos por las escaleras y noté la mirada de muchos de los huéspedes en los senos de Chantal. Mierda, quizá deba darle mi chaqueta para que se cubra los pechos. Pero, ¿Para qué? Tampoco podría ver yo, aunque, puedo tener una vista increíble de sus tetas cuando está en mi cama... pero se cabreará conmigo y mandaremos todo a la mierda.

Nos condujimos hasta el elegante restaurante que estaba en el centro de la ciudad, logré ver a Kate, Christopher, Brandon y a Theo.

Kate conservaba sus dones de morena seductora, ojos cafés inmensos y cubiertos por una gruesa capa de maquillaje que la hacían lucir ardiente, pechos gigantes (Por supuesto que operados) sonrisa blanca de perra, y su perfume que te decía que no te metas con ella o saldrás perdiendo y eso era real. Christopher seguía en las drogas y sus ojos verdes ahora estaban irritados, al menos, se había vestido formalmente. Su camisa de tela raso negra no cubría sus tatuajes y allí estaba ese estúpido tatuaje de su ex novia que se había hecho, solo que ahora le había agregado sombras y parecía la Mona Lisa. Brandon continuaba siendo un hijo de puta seductor, su cara de niño de mami, sus azules ojos y su pelo negro... todo se asentaba perfectamente a él y su estupidez. Si él quería a una chica, la tendría cueste lo que cueste. "Si te quiero, te tendré", ese era su lema y siempre lo cumplía. Theo continuaba pareciendo un maldito suicida con su ropa negra, su cabello negro, sus ojos negro... ¡Sólo le faltaba que su piel sea negra! Pero no, no es así, es más blanco que un papel. Quizá sea muy pálido, pero le da un toque especial.

Me senté a un lado de Kate y frente a Chantal. Bien, esto se pondrá bueno.

—Chicos, ella es Chantal. —Sonreí orgulloso. —Chantal, ellos son Kate, Theo, Christopher y Brandon. —Señalé a cada uno para que ella no se confundiera.

—Y... ¿Ella es tú novia? —Preguntó Kate, con una burlona sonrisa. Asentí con la cabeza.

—Es muy bonita. —Soltó Brandon, mirando sus tetas. Apreté mi puño y gruñí, no tengo miedo de golpearlo. —Probablemente, la chica más bonita que he visto.

—Brandon, cállate. —Le señalé.

Las mejillas de Chantal se veían de un rojo carmesí demasiado brilloso y Kate se estaba burlando de su reacción.

Psychopath. »ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora