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La semana pasó rápidamente y, no tuve señales de vida ni por parte de Ashton, ni de Charlotte. ¿Habré hecho algo mal?

Estoy más que ocupada estudiando para unos exámenes que debo desde unos días.

He estado ocupada con mi empleo, y no he tenido tiempo de estudiar. Para mi suerte, le he caído bien al maestro. Por lo que, decidió poner otra fecha para mí y otros alumnos que no habían realizado el examen.

Mi madre estaría orgullosa de mí, lo sé. Nunca había tenido tantas Buenas calificaciones en mi vida.

Entré en mi vestido, de color blanco, que llegaba por arriba de mis rodillas. Con mi cabello, no hice nada más que alisarlo.

El día en el trabajo, marchó normalmente.

-Chantal, el señor Chadwick te quiere en su oficina. -Dijo la secretaria, Naya.

-Claro, enseguida estaré.

Mi oficina no era nada más que una simple habitación, de cuatro paredes, pintadas con pintura beige y algo de blanco. Unos cuadros variados y, mi ordenador y la biblioteca con algunos papeles.

Mientras que, la oficina del jefe, es increíblemente grande y elegante. No me quejo, me ha dado una buena oficina.

-Hola, siéntate. -El indicó, obedecí. -Bien, te preguntarás, ¿Para qué te he llamado? Sinceramente, necesito que, vengas conmigo a Perth la próxima semana.

Fruncí el ceño. ¿Por qué yo?

-Naya, vendrá. -Agregó. -También Tristán.

Tengo diecinueve, sé que puedo hacerlo.

-Claro, lo haré. -Dije, en modo de respuesta.

Me ayudará con el empleo, quizá mejore, no sólo como empleada, conoceré la otra parte de Australia. Nunca he estado en Perth, ni me lo he imaginado... pero, he querido ir allí.

-Genial, le diré a Naya que te envíe los detalles por correo.

Le sonreí.

-Está bien, gracias señor...

-Sólo dime Derek, por favor.

Asentí con la cabeza.

En mi apartamento, me encontré con Ashton.

-¿Qué haces tú aquí? -Le pregunté.

El se encogió de hombros.

-Quería visitarte, ¿Eso te molesta?

Negué con la cabeza.

-No...

Dejé mi bolso sobre la mesa y, me quité los tacones. Mi gato, Pinky apareció de repente. Al parecer, alguien estuvo metido en peleas.

-¿Cómo entraste? -Pregunté, el rió.

-Dejaste la puerta abierta, debes ser más cuidadosa. -Respondió. -Estaba pasando por aquí y, la puerta estaba entreabierta, debes tener cuidado.

Ha de haber sido el gato, debí haber dejado la puerta mal abierta y, el la empujó para entrar y, luego... la dejó abierta, porque, no es un gato robot inteligente.

Ashton se sentó a mi lado. Pasó su brazo detrás de mi nuca y, me acercó a él.

-Luces bonita y, hueles bien.

Reí.

-Huelo a... no sé, ¿Perfume?

Soltó una risa.

-Bueno, tú perfume es rico.

-¿Gracias?

Puse mi cabeza en su hombro y, el me sonrió. Ambos nos quedamos viéndonos, a los ojos.

Psychopath. »ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora