Había esperado aquel día por el último año; la jueza decidió dejarme en libertad por buena conducta. Era algo nuevo para mí el hecho de poder ver la luz del sol sin la necesidad de que los guardias me obliguen a despertar, pero la verdad era que aún había algo que le hacía mucha falta a mi vida.
Mi hijo y yo nos habíamos estado viendo por el último año, él había crecido mucho y me ponía más que feliz verle así de sonriente y guapo; Chantal parecía no preocuparse por el cabello largo del niño, el cual casi estaba tocando sus hombros, tenía el mismo color de ojos que su madre y sus dientes ahora estaban en su sitio. Es que a los cuatro años, todos los niños se vuelven mucho más bonitos de lo que eran antes y mi hijo no era la excepción.
Él jamás mencionaba a su madre, de hecho, siempre iba acompañado por su abuela Sally quién se mostraba feliz de visitarme y de vez en cuando compartíamos algunas palabras sobre Chantal. Pero a decir verdad, yo quería verla, quería verla más que nada en el planeta tierra... deseaba estar nuevamente en sus brazos y no haber sido tan imbécil de dejarla ir. Oí por parte de Michael, que ella había comenzado desde cero... pero jamás me especificó cómo; también supe que Eric se había mudado a Moscú en Rusia y también había decidido comenzar desde cero, con un gran empleo para la mafia rusa.
Regresar a aquel edificio me traía muchos buenos recuerdos, allí había pasado muchas cosas junto a Chantal... allí la había conocido. Y ahora ella se encontraba en Bondi Beach, mucho más lejos de mí. Decidí malgastar mi primer día de libertad remodelando aquel lugar, después de todo viviría allí antes de que vuelva a comprar un apartamento o quizás una casa. Muchos de ustedes se preguntarán ¿Qué pasó con Anne Marie? Básicamente ocurrió un milagro, creí que debía perdonarla porque había sido un completo imbécil y ahora reconstruimos nuestra relación madre-hijo. Ella expresó que había muchas cosas de las cuales tendría que mantenerme al tanto y una que no podría ocultar sin importar que pasara.
— ¿Regresó el viejo Irwin? —La voz de Michael preguntó, dejando salir una risita.
— ¡Hey! No puedes juzgarme, cualquiera en mi posición haría lo mismo —Respondí, abriendo el sobre con múltiples fotografías.
—Eres un maldito stalker, Ashton —Negó con la cabeza, acto seguido rascó su nuca con algo de nerviosismo. Fruncí el entrecejo pero preferí no tomarle atención a su extraño y repentino comportamiento, al ver aquellas imágenes casi las destruyo.
Chantal estaba junto a su prima Brianna, una niña que parecía ser la hija de Brianna pero a decir verdad no era tan parecida a ella después de todo; Michelle, Angus y otros dos niños iban con ellas acompañadas por Finn y dos tipos más. Uno sostenía a Mikie de la mano y ambos se veían felices, no había visto aquella sonrisa en años... pero Chantal, ella estaba acompañada por Calum y en una de las fotografías se veían muy enamorados. Intenté mantener la calma, en los últimos años que compartí con esas dos mujeres, ninguna de ellas se había visto tan feliz y sonriente; Chantal estaba mejor que nunca y cargaba a otro bebé en sus brazos, podría estar entre el año o quizás simplemente meses. Los bebés que iban junto a Michelle eran idénticos a ella, cabello rubio y ojos azules junto con un rostro sacado de revistas. Ellas habían cambiado demasiado, más de lo esperado.
— ¿Y bien? —Mike cuestionó, trayéndome nuevamente hacia la tierra. — ¿Qué has visto?
—Solo es mierda —Gruñí. —Al parecer Chantal ha tenido un jodido hijo con ese imbécil de Calum. Siempre creí que tarde o temprano me la robaría, ¿Sabes? Ahora mismo creo que permanecer en prisión era lo mejor.
— ¿Para qué demonios le has pedido las fotografías a Louis, entonces? —Suspiré, mirándolo a los ojos.
—Quería creer que ella seguiría mal sin mí, pero al parecer, me he confundido —Comenté, jugando con mis dedos. — ¿Tienes su Instagram, Facebook o Snapchat?
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Psychopath. »ashton irwin
FanfictionHermoso como jamás me lo creí; Peligroso, justo como jugar con un arma cargada, sabiendo que tarde o temprano esta te disparará y acabarás muerto. Aún recuerdo a aquel muchacho de sonrisa sádica, ojos hazel y su particular y enmarañado cabello rubio...