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||Chantal POV ||:
Dejé la maleta sobre la cama. Finalmente había llegado a la casa de mi abuela. Nada había cambiado aquí, absolutamente nada. Mi abuela se veía más emocionada que yo y, eso que no la veo hace un mes... quizá menos. 
––Vendrán a cenar los vecinos. ––Avisó. ––Pero, el lunes...
Asentí. 
––Te haré de almorzar, estas cansada... puedes darte una ducha. 
Le sonreí. 
––Gracias, iré a darme una ducha y, saldré a dar una vuelta...
Subí a la habitación y, me di una rápida ducha. Cambié mi ropa a unos cómodos jeans y, una playera negra lisa, mis cómodos Vans y, volví a bajar para almorzar.
–– ¿A dónde irás? ––Preguntó mi abuela. 
––Quería ir a visitar a mis padres, ya sabes, al cementerio...
Ella asintió. 
––Tengo que decirte algo...
––Ya me haz dicho que vendrán a cenar los vecinos abue. 
Ella negó con la cabeza.
––No eso, otra cosa... acerca de tus padres. Pero, te lo diré en cuanto vuelvas.
Asentí. 
Tomé mi bolso y, besé la frente de mi abuela para marcharme...
Caminé unos tres kilómetros hasta que llegué al cementerio local. Corté unas rosas que encontré en el camino y, formé un pequeño y marchito ramo. Eran demasiado rojas como para ser reales, estaba segura que la dueña de estas al ver como quedó su planta me buscará para fusilarme. Pero, no me importa. No traje dinero como para comprar un ramo de rosas y, a demás, no hay vendedores de esto por aquí. 
Recordaba de memoria donde se encontraban las lápidas familiares. Mamá, papá, el abuelo, mi tío y, mi pequeño hermano. El simple hecho de recordar la muerte de la criatura, me daba ganas de tirarme a una fosa con cocodrilos y, morir. Pero, antes siquiera sentir el dolor que sintió esa pequeña criatura. El era glucosa dependiente y, además tenía un problema que es llamado "Osteogénesis imperfecta" es decir, tenía los huesos de cristal. El tendría cinco años ahora, pero se fue. 
Y, siempre diré que yo tengo la culpa de eso. Probablemente, el seguiría aquí hoy. A no ser por mis caprichos, yo y mi estúpida forma de pensar... 
Era medianoche, yo quería ir a la casa de mi mejor amiga... pero, mamá me había dicho que no. Y entonces, yo huí... huí a la casa de mi amiga. Mamá salió a buscarme y, dejó a Drew en casa, porque, no podía traerlo con ella... papá ya había muerto hacían años, pero mamá quedó embarazada de Drew antes de su muerte y, el nació con defectos porque, mamá tomó demasiados antidepresivos. 
Ella fue por mí, dejando a Drew solo en casa. Con su problema, el podía morir si se golpeaba levemente alguno de los puntos débiles que tenía. En su caso, el punto débil era la cabeza. Si Drew caía y, se golpeaba la cabeza, moriría... pero, eso no me importó. Yo huí sin importarme mi hermano, sin tomar importancia a aquella hermosa criatura que hoy está muerta. Mi hermano cayó de su cuna porque, intentó tomar un juguete que había fuera de esta y, se golpeó fuertemente la cabeza. Cuando llegamos a casa, el estaba muerto. Esa fue la peor noche de mi vida. 
––Jamás te olvidaré Drew. ––Acaricié su pequeña lápida. ––Tú probablemente, fuiste los mejores años que mi madre tuvo. Tú eres un ángel, que murió por mi culpa... no te merecías nada de lo que tenías Drew, siempre estabas feliz... y, siempre lo estarás en mis recuerdos. 
Dejé unas rosas sobre su lápida y, busqué el pequeño oso de peluche que había comprado hacía unos meses. 
––Siempre te amaré pequeño. 
Me acerqué a la lápida de mi madre... "Madre, esposa y una gran guerrera. Que en paz descanses Lorraine Williams". Tomé cinco flores...
––Esta flor es por cuando, tú me ayudaste en el primer grado... era una niña tímida, tú me ayudaste a levantarme y caminar con la cabeza en alto. ––Dejé una sobre la tierra seca. ––Esta es por cada vez que me dijiste que me amabas y, por cada vez que me dijiste que podía hacerlo. Que no me rinda y, siempre dándome tu apoyo. ––Dejé otra. ––Esta, es por cada lágrima que derrochamos juntas. Esta, por cada momento que pasaste a mi lado, por cada risa y, felicidad que tuvimos juntas. Y, la última... por ser tan buena madre y, amarme siempre sin importar nada. Te amaré siempre mamá...
Quité la lágrima de mi mejilla con mi dedo pulgar. 
Dejé el resto de las flores en la lápida de mi padre y, la de mi abuelo... no tenía mucho que decirles a ellos, de todos modos, no responderían. 
¿Qué será lo que mi abuela tenía que decirme? 
No lo sabía realmente. Pero, luego de haber pasado un largo rato en el cementerio lamentándome y, lloriqueando... pasé por mi antigua escuela. Los niños estaban en receso, estaría muy bien saludar a la hermana de mi madre.
–– ¿Marie? ––Pregunté viendo a la mujer de espaldas, su larga cabellera negra, y sus largas piernas me recordaban demasiado a mi madre.
Ella sonrió y, sus ojos se iluminaron. 
––Oh mi dios, ¡Chantal! ––Exclamó para abrazarme. –– ¿Cómo te está yendo cariño? 
Le sonreí.
––Muy bien, en menos de tres meses me graduaré... seré una psicóloga. 
Ella me inspeccionó de pies a cabeza y, me sonrió aún más.
––Dios, ¡Es increíble! Eres idéntica a Lorraine, te miro y no lo creo... no puedo creer que te estés por graduar ya... dime, ¿La universidad ha sido difícil? 
Negué con la cabeza.
––Oh niña, ¡Heredaste el gran cerebro de tu padre! ––Exclamó. ––Estás idénticamente hermosa a tu madre, no lo creo Chantal. La pubertad si que te cambió, no recuerdo cuando fue la última vez que te vi vestir así... siempre eran pantalones gigantes y, ropa holgada. 
Me sonrojé.
––Ya sabes, con un poco de gimnasia... adelgacé y, el resto del trabajo se lo dejé al tiempo. 
Ella rió.
Un pequeño niño de cabellera rubia apareció con lágrimas en los ojos. ¡Es el vecino de mi abuela! Oh dios, que tierno luce con lágrimas...
––Harry, ¿Qué pasó? ––Preguntó mi tía, el niño solo lloriqueó algo que no logré entender. ––A ver, respira y suéltalo. 
El niño obedeció.
––Paul me empujó del columpio. Me duele el brazo señorita. 
Un involuntario 'aw' salió de mis labios. El niño se volteó a verme y, me sonrió.
–– ¿Chantal? ––Preguntó, asentí con una sonrisa. 
El me sonrió. Me acerqué para besar su mejilla y se sonrojó. 
–– ¿Se conocen? ––Mi tía nos miró atónita. 
––Es el vecino de mi abuela. ––Respondí. 
––Oh eso es genial... Harry, hablaré con tu compañero, ven conmigo. Chantal, ¿Crees que puedas visitarme o que yo lo haga por ti? 
––Te visitaré. ––Dije, ella asintió.
––Ha sido un encanto volver a verte Chantal. 
––Lo mismo digo, tía. 
Nos dimos un abrazo y, tomé mi bolso... no me marché de allí sin besar la mejilla del pequeño niño. 
Pobre criatura, ¿Qué clase de niño malo empujaría a un niño como Harry de un columpio? La sociedad cada día empeora más y más. Me gustaría hablar con ese niño. Hablar seriamente. 
Nunca supe si Harry tiene un hermano, pero si que tiene una hermana... Lauren, Lauren iba conmigo a la escuela, me lleva cuatro años de diferencia, es una chica muy agradable y, me caía bien, quizá lo sigue haciendo... solo que necesito hablar con ella sobre un tema que nos interese a ambas.
Yo estaba más que segura que mi abuela me ve con gafas y, un traje ejecutivo mientras analizo el comportamiento de las personas en un consultorio y, las ayudo con sus problemas... pero no, no haré eso. Tengo una cita de empleo en un mes, y si todo sale bien... ni bien me gradúe, tendré empleo fijo. 
¿Qué ha pasado con Luke? Oh si, Luke y yo tuvimos una pequeña cita... fue increíble, es un chico realmente atento y, no puedo negar que es guapo. Pero, no es mi tipo. No y no. Sería como el agua y el aceite. Podríamos estar juntos pero, jamás unidos, ni a la fuerza me enamoraría de el como hace unos años. 
Al llegar a la casa de mi abuela, ella se encontraba tejiendo. Eran las ocho de la noche, me había encargado de hacer las compras y, arreglar algunos asuntos que tenía en esta ciudad. 
Estaba agotada.
Tenía sueño, quería dormir y dormir. 
Ni siquiera tenía ganas de comer luego de haberme tomado aquel café en el viejo bar que está frente a la iglesia.
––Oh, ¡Chantal! ––Exclamó mi abuela, emocionada. ––Regresaste cariño...
––Abue, no comeré... tengo demasiado sueño. Que tengas buenas noches.
Ella acarició mi cabello y, me sonrió. 
––Espera... antes de irte a dormir, te dejé una caja en la mesa del comedor... súbela, hay cosas de tus padres que quizá te interesen mucho.
Besé la frente de mi abuela y asentí.
––Gracias, muchas gracias. Perdona por no haberme quedado aquí, pasas todo el día sola y yo llego de visita y me voy... soy tan mala nieta.
––No te disculpes, está todo bien. No te preocupes, tenemos dos semanas para estar juntas. 
Le sonreí. 
––Gracias. Que tengas unas buenas noches.
Besé su mejilla y, fui por la caja. Se encontraba tan solitaria sobre la mesa, con un envoltorio de color rosa claro y, una escritura a mano realmente horrible, que me recordaba a la de mi abuelo. Oh, es la de mi abuelo. Que decía "Memorias de Lorraine". 
Sonreí y, la subí a mi habitación.


Psychopath. »ashton irwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora