Capítulo Seis

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NARRA THEO

Por alguna razón me sentí grandioso al hacer temblar a ese chico, a decir verdad no parecía el mismo que me había llamado cerdo en la mañana, ahora se veía como un pequeño niño asustado que en cualquier momento rompería en llanto. Claro que eso no podría durar mucho, automáticamente se alejó de mí y se volteó a verme, mis ojos grises se encontraron con ese mar celeste que llamaba poderosamente mi atención.

-Claro que no. No puedes asustarme, Raeken, y menos si pareces un bebé que acaba de despertarse de su siesta. 

Contestó con una sonrisa en su rostro. Bufé bajo, ¿A caso no podía quedarse callado al menos dos minutos?. Rodeé levemente los ojos y lo tomé con fuerza del brazo comenzando a caminar hacia las escaleras, pude sentir como sus músculos se tensaban sacándome una sonrisa.

-¿Qué haces?. -Preguntó nervioso, no pude evitar soltar una leve risa, ¿Tan asustado estaba?

-A mi cuarto. -Contesté tajante comenzando a subir las escaleras mientras lo arrastraba para que suba.

-¿Por qué?. 

No voy a negarlo, parecía adorable al intentar esconder sus nervios. Me volteé un poco para verlo sin soltar su muñeca, alcé una ceja mientras sonreía de lado, esto sería más divertido de lo que creía.

-A hacer el trabajo. -Suspiré bajo y me acerqué un poco a su rostro.- A menos que quieras hacer otra cosa y ocultes algo que yo no sepa... 

-¡Claro que no!. 

Se apresuró a decir arrancándome una risa para luego soltarlo y seguir caminando. Ese chico es divertido cuando estamos solos, es una pena que esto no pase más seguido. Cuando llegamos a mi cuarto me decidí a prender la luz y abrir las persianas para que no parezca una cripta o algo así. Mi cama estaba hecha un desastre ya que me había pasado las últimas horas durmiendo, pero el resto estaba bien ordenado y limpio. Me acerqué al escritorio de madera alejando la silla para que Liam se sentara mientras yo lo hacía al borde de la cama. El rubio se acercó sin siquiera mirarme, fue directamente al escritorio para luego sacar unas cosas de su mochila, entre ellas un cuaderno y una lapicera, hasta ese momento no me había percatado de su vestimenta, debo reconocer que era un chico atractivo, buen cuerpo y linda cara, si no fuera tan molesto saldría con él, no por una semana o unos días como el resto, quizás un poco más, como un mes. Noté brevemente que se veía incómodo así que me atreví a preguntar.

-¿Qué tienes? No voy a golpearte si es lo que piensas, y menos antes de terminar ésta porquería. -Aclaré riendo.

-¿Podrías vestirte al menos?. Es incómodo verte así cuando no eres de mis personas favoritas precisamente. -Contestó serio aún sin mirarme.

-En serio eres extraño. -Bufé con molestia levantándome de mi lugar para buscar algo que ponerme.

-¿Por qué?. Tú eres el extraño. -Gruñó bajo haciéndome molestar un poco.

-Porque muchos darían lo que fuera para tenerme sin camiseta y estar en mi cuarto, sin embargo tú me dices que me vista porque eres un niño que se pone incómodo, ¿Cuántos años tienes?. -Contesté sin pensar poniéndome la primer camiseta que había encontrado, una azul pegada al cuerpo, sin mangas y cuello en V.- ¿Mejor?. -Pregunté volviendo a sentarme al borde de mi gran cama matrimonial.

-No soy un niño, es sólo que no me caes bien, intento tolerarte pero tú no ayudas. -Murmuró evidentemente molesto, él iba a desesperarme pronto.- Hagamos el trabajo así ambos dejamos de vernos y fingir que nos llevamos bien.

-Yo sí te tolero, sólo que no me caes bien. -Agregué rodando los ojos.- Bien, estaba pensando en elegir el romanticismo alemán. Precisamente "Puesta de sol sobre el mar" de Caspar David Friedrich. ¿Qué opinas?.

-No, me gustaría hacer sobre el romanticismo inglés. La maestra Blake dijo que hiciéramos de "Romeo y Julieta" de William Shakespeare, así que me parece una mejor opción. -Espetó dejando mi idea a un lado sin siquiera considerarla un momento.

-¿Por qué eres así? Te estoy dando una opción y ni siquiera me escuchas. -Pregunté molesto levantándome de mi lugar.

-No es que no te escucho, sólo que quiero hacer bien el trabajo y rápido para irme de aquí de una vez por todas. -Contestó con un suspiro.

-Mira Liam, sé que te caigo mal, pero se puede hacer el trabajo bien y rápido si elegimos un tema que no sea tan conocido, ¿Sabías?. -Expliqué sin darme cuenta que me había parado a su lado. 

-¿Por qué siempre quieres tener la razón todo el tiempo?. -Preguntó con molestia levantándose de su asiento y mirándome directamente a los ojos.

-Porque la tengo y tú no. -Contesté alzando mi voz.

-Claro que no, ¡Tú nunca tienes la razón en nada de lo que dices! Eres sólo un idiota que cree tener la  razón en todo, pero no es así, Theo. -Espetó con enojo haciéndome comenzando a sacarme de mis casillas.

-Bien, resolvamos ésta estupidez de una vez. ¿Cuál es tu maldito problema conmigo? ¿Por qué siempre me llevas la contra en todo y me discutes sin siquiera conocerme?. -Indagué acercándome un poco más a él.

-¿Cuál es mi problema? ¿Cuál es MI problema?. -Fue más una respuesta sarcástica que una pregunta mientras acercaba su rostro al mío.- ¿Cuál es tú problema? Eres un ególatra, narcisista y usas a la gente para tu propia conveniencia. ¿Por qué querría tener algo que ver con un idiota como tú?. 

Estábamos tan cerca que nuestras respiraciones se mezclaban entre sí, su nariz rozaba la mía, sus ojos estaban fijos en los míos. No pude evitar bajar mi vista a sus labios, tan rosas y carnosos, me daban ganas de besarlo aunque él no paraba de insultarme. Éramos muy opuestos entre sí pero algo me hacía acercarme unos milímetros más sin que él lo notara, ¿Estaría mal besarlo?. Sólo una vez, probarlo por unos simples segundos y luego fingir que nada había pasado.

-Eres un ser completamente despreciable e insoportable. Eres un completo...

Amor a primera pelea ||THIAM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora