Capítulo Cuarenta Y Cinco

1K 104 28
                                    

NARRA THEO

-Liam, mi amor, ¿¡Podrías quedarte quieto de una maldita vez!? -Gruñí con molestia.

-Sí, lo siento... -Susurró con ternura.

Llevábamos casi una hora en mi cama intentando ver una película, pero el rubio no paraba de moverse ni dos minutos, parecía nervioso pero no entendía porque. Originalmente iríamos a casa del pequeño, pero mis padres me llamaron diciendo que volverían tarde hoy así que le consulté a mi novio si prefería ir a mi casa, él aceptó y todo estaba bien hasta que nos recostamos en la cama a ver una película, de ahí en adelante, el menor estaba inquieto, demasiado para mi gusto. Volvió a moverse hacia un lado así que decidí ponerle pausa a la película, respiré hondo mientras dirigía mi vista hacia él.

-¿Qué pasa? ¿Por qué estás así? Me estás inquietando por sobremanera. -Gruñí con molestia tomándolo suavemente de la mano y acariciando el dorso de ésta con mi pulgar.

-Lo siento, es sólo que... Bueno, somos dos adolescentes en un cuarto solos, con la luz apagada y en una cama sabiendo que tus padres no vendrán hasta tarde y eso me pone un poco... -Sin poder contenerlo, comencé a reír con ternura, en serio que este chico era especial.

-¿Incómodo? ¿Te sientes incómodo? -Pregunté con ternura depositando un suave beso en su mano.

-¡No! -Contestó casi en un grito alejándose un poco de mí.- Nervioso, iba a decir nervioso.

-Pequeño, no tienes que estar nervioso porque nada extraño va a pasar, lo prometo. -Aseguré con voz suave y dulce acercándome a él para rodearlo con mi brazo libre.- Nada que tú no quieras va a pasar, yo estoy contigo porque te quiero, no porque quiero acostarme contigo. Te amo Liam, y no permitiré que nada pase mientras tú no te sientas listo para eso. Así que no tienes porque estar incómodo o nervioso por algo que no tiene sentido.

-Pero... Tú tienes tus cosas, yo las mías, y entiendo que no quieras esperarme por quien sabe cuanto tiempo... -Murmuró bajo con timidez, cada minuto que pasaba con el pequeño, descubría algo nuevo de él y me gustaba más.

-No, no te preocupes por eso, porque te esperaré diez mil soles y diez mil lunas si es necesario, lo único que me importa es estar contigo...

-¿Lo prometes?

-Lo prometo, pequeño... ¿Ahora vas a quedarte quieto para poder ver la película de una vez? -Pregunté sonriente.

-De hecho tengo hambre...

Bufé bajo para luego comenzar a reír, en serio que éste chico era imposible. Decidimos ir a almorzar para que Liam pudiera calmar sus nervios y a su estómago. Nos pasamos el resto del día paseando tomados de la mano y aprovechando que no teníamos deberes pendientes, él porque los hizo temprano y yo porque el menor me obligó a hacerlos. Para cuando decidimos ver la hora, me di cuenta que ya debía llevar a mi novio a su casa o no dejarían que me lo llevara nunca más a dormir a mi casa. Cuando llegamos a su pórtico, mientras el menor buscaba sus llaves, su padre abrió la puerta haciéndome saltar del susto. Al verlo sonreí amablemente como si no acabara de darme un pre infarto.

-Buenas tardes, Señor Dunbar. Traje a su hijo sano y salvo, ya tiene los deberes hechos y llegamos a la escuela con tiempo de sobra. -Comenté con una amplia y amigable sonrisa.

-Espero que hayan disfrutado el día, porque Liam está castigado. -Sentenció con furia en su mirada.

-¿Qué? -Pregunté confundido.- ¿Por qué?

-Tú sabes porqué muchacho, te di mi confianza y me agarraste el hombro. -Gruñó con evidente enojo.

-No entiendo lo que está pasando, lo lamento, pero hice todo lo que usted me dijo y de hecho lo traje dos horas antes de que anochezca. ¿Qué hice mal? -Indagué con la mirada sombría de la tristeza.

-Ah, ¿No lo recuerdas? Bien, te lo recordaré. -Bufó rodando los ojos mientras se cruzaba de brazos.- Encontré un condón usado en el cesto de basura del cuarto de mi hijo. ¿Ahora lo recuerdas?

-Espere... ¿Qué? -Pregunté estupefacto dirigiendo mis ojos hacia el menor como si pudiera matarlo con ellos.- ¿Puedes explicármelo? Porque realmente espero que puedas.

-Theo, por favor, no es lo que crees... -Comenzó a decir el de ojos azules con evidente vergüenza.

-¿Ah no? Entonces explícame porque realmente no lo entiendo. Tú y yo no hicimos nada más que besarnos ocasionalmente, de hecho dije que no iba a hacer nada hasta que tú te sintieras listo, así que explícame que diablos hace eso allí o te juro que no me volverás a ver. -Solté furioso entre dientes mientras mi suegro cambiaba su expresión molesta por otra completamente desconocida para mí.

-Theo, cálmate, en serio no es lo que crees... No hice nada con nadie, ni siquiera contigo, es sólo que... Bueno... ¡No quiero decirlo! -Chilló con el rostro rojo de pena, pero aún así yo no podía calmarme, necesitaba una verdadera respuesta.

-Liam Dunbar, soy tu maldito novio, si no puedes darme una verdadera explicación de como diablos llegó eso ahí, mejor no vuelvas a hablarme, porque yo no soy un maldito jugue...

-¡Está bien! ¡Cállate un momento y escúchame! Está ahí porque no sabía como diablos se usaban o se ponían o algo con respecto a eso y como tampoco habíamos tenido la charla de "Yo puedo esperar" y "No debes preocuparte por eso, Li", yo sólo quería saber por si se daba el momento o algo. Y no quería decirte porque era algo muy humillante, ¿Bien? -Soltó alzando un poco la voz dejándonos, tanto a su padre como a mí, sin palabras.

Amor a primera pelea ||THIAM||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora