POV T/N
Notaba mi cuerpo ser zarandeado de un lado a otro,pero no ,e apetecía despertar.Quería ignorar a quien sea que estuviera intentando despertarme,pero era muy insistente,hasta el punto de ser realmente molesto.
Notaba mi cuerpo ser zarandeado de un lado a otro, pero no me apetecía despertar. Quería ignorar a quién sea que estuviera intentando despertarme, pero era muy insistente, hasta el punto de ser molesto.
Abrí mis ojos lentamente— ¿Mmm? —
Noté un golpe en la frente —Despierta mocosa —
Terminé de abrir mis ojos, encontrándome con Sukuna, que para colmo, estaba demasiado atractivo ,con cara de sueño, sin camiseta y despeinado.
—Al final te voy a tirar por la ventana— gruñó.
—Déjame, ayer trabajé demasiado y para colmo me dieron la noticia de Megumi, estoy agotada —me hice una bola con las sábanas y me acurruqué.
—Puedes seguir durmiendo, pero Itadori está a punto de despertar y tienes que tapar eso, no me apetece que me esté preguntando todo el día— me señaló el cuello.
Encendí mi teléfono que por suerte estaba en la mesita de noche y encendí la cámara. Decir que mi cuello estaba lleno de marcas era ser generosa. Habían mordidas, moretones e incluso un leve arañazo,que se veían perfectamente sobre mi piel.
—Bruto — gruñí
Me enderecé un poco para ponerme una Sudadera de Sukuna con cuello alto, que tapaba todas las marcas sin problema. Al ponérmela volví a tumbarme en la cama, pero...
Espera,¿qué? - los recuerdos de la noche anterior me azotaron con fuerza
¡¿Cómo llegamos a eso?! Espera...
Empecé a gritar internamente:
¡¿Como se supone que le tengo que hablar ahora?!
¡Casi me lo tiro!
¡Estas marcas realmente las ha hecho él!
Justamente, Sukuna se levantó de la cama para beber agua, dejándome ver su espalda arañada por completo.
¡Eso se lo he hecho yo! ¡¿En que estaba pensando?! - Me di un golpe en la cara mentalmente.
—¿Estas bien? Te has quedado un poco... ¿Pálida? — su voz ronca me hizo dar un pequeño brinco.
—Siento... Siento lo de anoche... Yo no estaba...— Intenté excusarme, pero me temblaban hasta los labios.
Me dedicó una sonrisa con malicia — No es nada personal, no tienes de que preocuparte —hizo una pausa —Somos amigos, y no pasa nada por pasarnos con un par de besos una noche—
¡No me gusta tenerlo tan cerca! ¿O... Si? —Entonces bien — le sonreí falsamente, estaba muerta de nervios.
Volvió a ponerse serio—¿Te traigo algo para desayunar? ¿O vas a seguir ensayando tu papel de bella durmiente? —
—Será mejor que me levante ya — dicho eso, me levanté.
—Si mi hermano pregunta, he dormido en él sofá — soltó una pícara risa, que consiguió erizarme la piel.
—E-entiendo —
Sukuna se puso las zapatillas de andar por casa y se dirigió a la puerta junto a mi, pero antes de abrir...
