CAPÍTULO LARGUÍSIMO DE 3400 PALABRAS, PERO EN FIN, MERECE LA PENA MIS QUERIDAS CARAS DE CEBOLLA.
OS AMO Y NO PELIEN
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POV T/N
Me encontraba abrazada a Gojo, llorando desconsoladamente en su hombro. Todo esto me dolía desmesuradamente, era como si el pecho me ardiera,literalmente. El mundo se me estaba cayendo a pedazos en ese preciso instante y no podía hacer nada por evitarlo.
Sentía rabia e impotencia, siempre me habían enseñado a ser la mejor en todo y ser útil en cualquier cosa que me propusiera, pero esta vez, tan solo esto, se me escapaba,no podía hacer nada para evitar la muerte de mi propio jefe, y más importante, uno de mis mejores amigos.
-No me puedes hacer esto... - rogué abrazandolo más a mí, sus músculos cada vez se contraían más por el veneno -No puedes morir ahora... No puedo sin ti -
Nobara entró corriendo en la sala - ¡Aquí está! - guió a los médicos que habían llegado.
Entraron con una camilla y cargaron a Gojo en ella para llevarlo hasta la ambulancia.
Nobara se lanzó a mis brazos y rompió a llorar - No va a morir ¿verdad? Dime que no - suplicó.
-No lo sé -casi no me salía la voz a estas alturas.
Me separé de Nobara - Iré con el en la ambulancia, te ire informando - sabía que a Nobara le hacía falta cariño, y de verdad que no miento cuando digo que me dolía no poder dárselo, pero... El que me necesitaba era Satoru ahora.
Se abrazó a ella misma, intentando calmarse - De acuerdo ,protégelo ¿vale?-
-Lo haré - le sonreí antes de salir detrás de los médicos.
Escuchar sus comentarios sobre el estado de Satoru me ponía enferma.
Todos los comentarios eran del tipo :
No llegamos a tiempo
Ni siquiera llegará vivo a la ambulancia en ese estado
Lo perdemos
Aunque lleguemos, todo pinta mal
Solo tenía ganas de gritar y decir que se callasen, pero no podía, en ese momento no.
Subieron a Satoru entre todos a la ambulancia, y después de ello subieron los médicos. Sin siquiera preguntar, me subí con ellos. Ni siquiera rechistaron, solo tenían que verme para entender que necesitaba estar ahí.
Si algo tenía claro, era sin duda que si estos eran sus últimos momentos, yo estaría a su lado hasta su último respiro.
Uno de los médicos le quitó la camisa a Satoru para poder inspeccionar su cuerpo, mientras observaba, aproveché para informales de lo poco que sabía.
Me hice el ánimo de hablar -El veneno estaba en el café, las hormigas no tardaban más de 30 segundos en morir al beberlo -
-¿En el café dices? - preguntó uno de ellos con una expresión de preocupación claramente notoria.
Asentí y uno de los médicos le colocó una inyección al instante - Me temo que... - el médico levantó la mirada para mirarme con algo de pena - No creo que se salve -
Me negaba a aceptar la realidad - Sé que podrá con esto, él... - por un momento, lo miré con los mismos ojos llenos de amor que hacia unos meses -Él es realmente fuerte-agarré su mano con fuerza.
-Bueno... - el médico me sonrió - me gusta tu forma de pensar, creeme que lo daremos todo por salvarlo -
-No lo dudo - bajé mí vista hacia Satoru, sorprendentemente había despertado.
