POV T/N
Después de llegar a la conclusión de que Sukuna era inocente, volví a arrancar el coche, tenía que darme prisa.
Miré a Toji - De verdad, muchas gracias - se lo decía desde el fondo de mi corazón con toda la sinceridad del mundo.
-De nada mujer - se encogió de hombros,
-En agradecimiento te facilitaré la libertad permanente lo más rápido posible - ofrecí.
-Estupendo - me sonrió, marcando más la cicatriz de su labio
-Y por cierto... - me sonrió algo melancólico - Arregla las cosas con tu chico antes de que te arrepientas de no haberlo hecho antes -
-Lo haré - le sonreí de vuelta.
Conducí directamente hasta comisaría, una vez allí entré junto a Toji y le hice todo el papeleo de la libertad en un abrir y cerrar de ojos.
-Aquí tienes- le entregué los papeles y salí corriendo hasta la puerta, necesitaba hablar con Sukuna.
-Ey espera - ordenó Toji.
Me paré en seco - ¿Ocurre algo? -
-Al menos dime tu nombre ¿no? - vaciló.
-Oh, es cierto, me llamo T/N- le sonreí.
De un momento a otro, su cara cambio a una de sorpresa, y seguidamente a una de tristeza. Me miraba fijamente a los ojos, con algo de nostalgia.
-¿Pasa algo? Pareces un cocodrilo intentando ser adorable, la verdad - reí.
-Espera... ¿Qué? - estaba incrédulo.
-Es algo que siempre digo ¿pasa algo con eso? - alcé mis hombros en forma de desentendimiento.
Se quedó callado unos segundos y después habló -No, no es nada - me volvió a sonreír.
-Bueno si tu lo dices... ¡Nos vemos y gracias de nuevo! - grité antes de salir corriendo por la puerta.
De pronto, sentí un frío extremo en el cuello obligándome a parar - ¿Pero qué...? - agarré mi cuello con las manos.
Al mirarme a mi misma en un retrovisor, por tan solo menos de un segundo, me vi con el cuello cortado y llena de sangre - Que mal rollo...- lo ignoré y seguí corriendo hasta el coche.
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POV SUKUNA
Salí de la discoteca con la cabeza dándome vueltas, necesitaba algo de aire fresco, de lo contrario acabaría en el suelo por el mareo.
Me apoyé contra la pared del parking y dejé que mi cuerpo se deslizara por esta hasta caer al suelo y quedarme sentado.Me encendí un cigarro con algo de magia, por así decirlo, y cerré los ojos para fumarmelo.
La música del interior de la discoteca todavía se escuchaba, en mi caso, algo distorsionada por las vueltas que me daba la cabeza.De pronto, comenzó a sonar idfc, una canción que sin duda alguna, me recordaba a ella más que ninguna otra.
Con los ojos cerrados me imaginé su cara, que después de tanto tiempo sin verla, estaba comenzando a olvidar. No recordar con exactitud la cara que tanto me había empeñado en memorizar me mataba por dentro. Mi corazón era como una vela que se consumía poco a poco, pero al contrario que las velas normales, la mía se fundía por la falta de calor.
Me sentía solo, más solo que nunca. Tenía un gran peso sobre los hombros y no podía quitarmelo ni a golpes.
Me encantaría contarle a T/N todo lo que pasaba en mi cabeza, contarle toda esta situación, pero... Nunca me creería.
Tenía ganas de gritar, de soltar a voces todo lo que llevaba aguantando desde la muerte de Megumi, o incluso... Antes de eso.