Primero que nada, buenos días, os amo caras de cacahuete.
Ta fuerte el chisme de la Selena :0
__________________________________
POV T/N | CAPÍTULO ANTERIOR
-¿Qué voy a hacer? -estaba desesperada.
-Lo primero y más importante es, decírselo a Sukuna - me miró serio.
-¡Sukuna no puede enterarse de esto! -grité asustada.
De pronto, escuché a alguien carraspear a nuestras espaldas.
Sukuna había entrado en casa silenciosamente horas antes de terminar el turno.
Nos había pillado de lleno.Sukuna parecía realmente enfadado - ¿De qué se supone que no debo enterarme? -
______________________________
POV T/N
Sentí como mi corazón se encogió por el miedo y por los nervios, ¿qué le diría ahora? "Oh Sukuna ¿sabes que? ¡Estoy embarazada! " ni de coña vaya.
Sukuna caminó con lentitud hacia nosotros, más serio que un guardaespaldas, con el uniforme de policía bien pegado a su cuerpo, algo manchado como siempre y con olor a gasolina.
-¡Ey Sukuna! ¿Qué tal? - preguntó Satoru como si nada, el muy idiota no sabía disimular en absoluto.
Sukuna se acercó a Satoru con cierto aire de agresividad -De culo, ahora vete de mi casa - ordenó frío.
-Vaya, veo que no has tenido un buen día - rió nervioso, haciendo que esta situación fuera mucho más sospechosa de lo que ya era.
-De hecho estaba teniendo un buen día hasta que te he visto en mi casa con mi mujer, precisamente cuando estoy trabajando -
-Jeje... ¿Sorpresa? - en estos momentos pagaría por que Satoru tuviera una banda en la boca que le prohibiera hablar.
-Satoru... - se acercó todavía más a Gojo -No... Mejor dicho... Jefe- le sonrió con una falsedad terrorífica.
Prosiguió - ¿Podría irse de mi casa? Es que usted me está causando unas ganas irremediables de coger la pistola que llevo en mi espalda y pegarle un tiro entre las cejas en estos momentos, por eso se lo pido, porque... - Sukuna volvió a ponerse serio -No queremos eso...¿ verdad? -
-Sukuna, basta - ordené
-Cállate - soltó frío, sin dirigirme la mirada
-¿De qué mierda vas? - lo agarré y lo obligué a mirarme.
Él me miraba desde arriba por la diferencia de altura - Esa pregunta te la tengo que hacer yo ¿no crees? -
-Bueno chicos, creo que me voy a ir -dicho esto Satoru corrió hacia la salida y dio un portazo al salir.
-Sukuna no es lo que estás pensando - hablé rápidamente.
-Eso espero... - se acercaba a mí, pero yo retrocedia constantemente, hasta que mi espalda tocó la pared y Sukuna me acorraló, colocando una de sus manos en la pared y tapando mi ser con su enorme cuerpo - Porque que estés casada conmigo significa que como te vea con otro hombre le vuelo la cabeza -
-No seas exagerado - bufé
-¿Exagerado? - se acercó peligrosamente a mi boca - ¿Quieres que salga y me cargue a Satoru? -
-Sukuna me estás asustando - lo miré a los ojos, parecía fuera de sí.
-Deberías estarlo - agarró mi mentón con suavidad -En el momento en el que estés subida al altar y digas "sí", serás mía, y no permitiré que nadie cambie eso. Para mi el casamiento no es una simple celebración, es un pacto -