Empezamos fuerte mis niños
Os amo y espero que estéis teniendo un buen día, y si no es así, que este capítulo os entretenga algunos minutos <3
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POV ITADORI
Llegué a casa completamente cansado después de un largo día de trabajo.
Hoy la cafetería había estado especialmente ruidosa y ahora mismo tenía la cabeza al borde de estallar.Al entrar por la puerta noté un aura rara en la casa, no sabría explicarlo exactamente, es esa sensación de incomodidad e inquietud, un palpito en el corazón que te avisa de que algo no va como debería.
Intenté no darle demasiada importancia, colgué mi chaqueta en el perchero de la entrada y dejé mis llaves sobre la mesita.
Subí hasta mi habitación con la bolsa del trabajo en el hombro, con los pies como si me pesaran toneladas y de verdad que parecía que pesaban esa cantidad, había momentos en los que no sabía ni siquiera si podría subir un escalón más.
Al llegar a la planta de arriba algo llamó mi atención.
La puerta de mi habitación estaba abierta
Me gustaba tener privacidad con mis cosas, así que siempre cerraba la puerta por si acaso venían visitas, la verdad, no me apetecía que vieran mi cama sin hacer o mi ropa interior tirada por ahí.
Me asomé con cautela a la habitación y lo que vi no tenía ningún sentido.
Sukuna estaba metiendo mi ropa y pertenencias en maletas.
-¿Se puede saber que haces? - pregunté con preocupación, llamando fácilmente su atención.
El se giró para mirarme. Estaba horrible, tenía el pelo despeinado de mala manera y iba peor vestido que nunca.
-Oh, ya estás aquí - intentó recomponerse, pero su frecuencia respiratoria mostraba lo cansado que estaba.
-Efectivamente - rodé los ojos y entré en la habitación - ¿Me puedes explicar a que viene todo esto? No sé, es un poco raro entrar después del trabajo a mi habitación con ganas de descansar y ver todas mis cosas en maletas,¿hace falta que te recuerde que me voy la semana que viene? - reí por lo bajo.
En lugar de seguirme la broma en algún momento él solo mantenía esa mirada fría y sin vida que tanto miedo me daba.
-¿Necesitas... Ayuda? -pregunté con calma, o bueno, un intento de calma.
-Te vas hoy mismo - soltó como si nada.
Todo mi mundo se desconectó por un instante. Ahora sabía que mi presentimiento no era solo eso, algo malo pasaba.
Intenté no desmoronarme ahí mismo - ¿Qué mierda te has fumado ahora? -
Cerró una de las maletas de mala manera y se levantó bastante molesto- No me he fumado nada así que coge tus cosas y sube a mi coche - clavó sus ojos en mí, intimidandome - Ahora -
Me mantuve firme - Si te piensas que voy acceder así de fácil sin una maldita explicación antes estás muy equivocado -
Frunció el ceño - Creeme que lo harás, sube al maldito coche -
-No - solté bruscamente.
Sin esperarlo un fuerte golpe me impactó en la cara, haciéndome retroceder y prácticamente caer. Sukuna me había dado con él puño con todas sus fuerzas, hasta el punto de hacerme sangre en la boca -¡No es una maldita pregunta! ¡Sube al puto coche! -