Tres meses después
—Princesa, vamos a salir. Mañana me voy, y quiero estar con vos la última noche que me queda en esta ciudad.—le dijo Charly a Camille a través de la pantalla, por la cual hacían facetime.
—Char, no vas a ver a tu familia en mucho tiempo, deberías estar con ellos.—respondió la rubia, acomodándose en la hamaca que tenía colgada en el balcón.
—Camille, les veo la cara todos los días, pero a vos no. Hoy estuve con ellos todo el santo día, ya quiero estar con vos, no nos vamos a ver en varios meses y me encantaría que compartiéramos un ratico juntos antes de que me vaya, princesa. Por favor.—hizo un puchero—No le vas a decir que no a tu mejor amigo, ome.
—¿Y Mauro y Mich?
—Estuve con ellos por la tarde. Vamos, por favor.—rogó.
La menor suspiró, rendida.
—Bueno pues, vamos. ¿A dónde me vas a llevar?
—Te quiero mostrar un lugar que te va a encantar, no te digo más. Ah, sólo que te abrigués, está haciendo un poquito de frío.
—Ay, Charly. No me vas a llevar a tirarme de un avión o algo así, ¿Cierto?—la chica frunció ligeramente el ceño.
—Cami, princesa, por favor, no seás estúpida, ome. Ubicáte, son las siete de la noche, cómo se te ocurre que te voy a llevar a que te tirés de un avión.—reprochó el pelinegro, largando una sonora carcajada.
—Hay que descartar posibilidades, querido.—se defendió.
—Tranquila, que no te voy a llevar a hacer nada extremo, hoy no te vas a morir.—anunció él.
—Gracias por la tranquilidad.—sentenció ella con una pizca de ironía, y él se encogió de hombros.
—Bueno, princesa, te dejo. Paso por vos a las ocho y media así que apuráte. Me voy a bañar, estaba haciendo ejercicio y estoy sudando.—espetó, entrando ya semidesnudo al baño.
—Estoy noventa y nueve punto nueve por ciento segura de que estás en bóxer en este momento. Esto de la confianza ya sobrepasó todos los límites existentes.—afirmó Camille, haciendo reír a su contrario.
—Estás en lo correcto, princesa. Me conocés bien. ¿Querés ver?—bromeó.
—No, gracias.
—¿Segura? Bueno, vos te lo perdés. Ahorita nos vemos, te quiero mucho.—le lanzó un beso—Ocho y media, apuráte.—recordó, y colgó la videollamada.
—Será imbécil.—murmuró Camille riendo, mientras negaba con la cabeza y se levantaba de la hamaca para arreglarse.
Estuvo lista justo cuando Charly la llamó a avisarle que estaba afuera de su casa, así que agarró su bolso y salió, viendo el convertible que poseía el pelinegro aparcado a un lado de la vía, mientras él estaba sentado sobre el capó del carro.
—Nadie más y nadie menos que el gran Charly Flow.—espetó ella a modo de juego, y él hizo una pequeña reverencia.
—La princesa.—el de cabello azabache rió suavemente, caminando hasta Camille.
Se saludaron con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla.
—Uy, qué linda. A ver, vueltica.—bromeó Charly, dándole una vuelta a Camille—En serio, estás muy linda, princesa.
—Gracias, vos no te quedás atrás. Qué tal la pinta.—espetó la más baja observando con detenimiento al mayor.
—Gracias, el que es lindo, es lindo... ¿Nos vamos?—cuestionó, recibiendo un asentimiento de cabeza por parte de la chica.
Subieron al vehículo, y tomaron rumbo a las afueras de la ciudad, llegando a su destino una hora más tarde.
—¿Te gustó?—preguntó Charly haciendo referencia al lugar, cuando ambos ya estaban afuera, sentados en el capó del carro.
—Está hermoso, Charly. Qué vista tan linda.—Camille sonrió, observando desde el gran mirador todos los pequeños puntos de luz que adornaban la ciudad.
—Me alegra que te haya gustado. Encontré esto hace días y te quise traer.—el mayor rió, abrazando a la más baja por los hombros.
—Me vas a hacer mucha falta, ¿Cuándo es que volvés?—la chica levantó la cabeza para poderlo mirar a la cara.
—Volvemos en diciembre para navidad y año nuevo, y después volvemos en julio a cerrar la gira acá en Medellín.—anunció el pelinegro, con la cabeza gacha para mirar a su amiga.
—¿"Volvemos"? ¿Vos y quién más?—Camille frunció el ceño.
—Diego y yo, princesa. Él también va, despedíte de tu hermanito.—Cruz rió por la nariz, y ella asintió, riendo a la par de su amigo.
—Hablando de Diego, te quiero contar algo. Pero prometéme que no le vas a contar a nadie, ni a él.—la ojiazul hizo un ademán con la mano.
—Lo juro. Contáme.—pidió el cantante con curiosidad.
—Me gusta Diegui.—confesó, mostrando una sonrisita penosa, y algo se apagó en la mirada de Charly.
Sólo él pudo escuchar su corazón romperse, y aunque le dolía, supo disimularlo.
—Eh... no sé qué decir... ¿No pues que era como tu hermano mayor?—Charly rió con algo de amargura, dejando su mirada perderse en la vista que tenía al frente.
—Ya sé que me llené la boca diciendo eso, pero cuando nos volvimos a ver, yo todavía lo veía como ese muchacho que me gustaba como hermano, y después, con el tiempo y la convivencia, me empezó a gustar como hombre, ¿Me entendés?
—Sí, sí te entiendo. Más de lo que creés.—regresó la mirada a la rubia, queriendo que Camille leyera sus ojos y descubriera que eso era lo mismo que le pasaba a él con ella—Y, bueno, ¿Por qué no le decís?—soltó, arrepintiéndose cuando por su mente rondaron las respuestas a esa pregunta que para él, serían fatales.
—Porque no me voy a arriesgar a que me mande a la friendzone, y de paso, a dañar la amistad.—respondió la menor con obviedad.
—Sí, te entiendo perfecto, princesa.—de nuevo, Cruz quiso que la muchacha le leyera la mirada.
Charly intentó dejar de pensar en eso, pero durante toda la noche, no pudo hacerlo. Se hizo tarde y dejó a Camille en su casa para irse a la suya.
Al poner un pie en su apartamento, corrió a abrir una botella de whisky y se sentó en el sofá a tomársela.
—La perdí.—confirmó con la mirada fija en el vaso, sintiendo sus ojos picar, para luego darle un trago a la bebida alcohólica con el corazón hecho añicos.
Ya había perdido todas las esperanzas con Camille. Se había demorado en darse cuenta de lo que sentía por ella y había perdido la oportunidad de tener su amor.
☆☆☆
BUENAS Y SANTAS, NO ME MATEN POR LO QUE HICE CON DIEGO Y CAMILLE 😭🤍
Parce, qué hpta capítulo tan malo JAJJAJA perdón, cada vez peor de la inspiración.
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Texting Charly Flow
Fanfiction╰► En donde Charly encuentra un número desconocido entre sus contactos, decide escribirle, y al convertirse en mejor amigo de la persona a la que por curiosidad le escribió, se enamora de ella. Los personajes de "La Reina Del Flow" no me pertenecen...