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—Dejá de mirarme así, Leonardo. Fastidioso.—le reprochó a su primo, mientras cerraba la puerta de la habitación de Jack, en la que habían dejado durmiendo a Charly.

No se había fracturado nada, afortunadamente. Sólo se lastimó la mano, y la sangre es escandalosa.

Camille lo llevó a su casa y lo acostó, pues no iba a dejarlo solo sabiendo el estado en el que se encontraba.

—¿Entonces muy enredadita con Charly Flow y con Diego? No te tenía así, primita. La fama te ha cambiado.—le dijo el castaño, entre risas.

—Así empiezan los chismes, ojo con eso.—Camille empujó suavemente a su familiar, y soltó una risa—De qué hablás, si Diego y yo terminamos.—le informó, mientras bajaban las escaleras.

—¡No jodás! ¿Lo cambiaste por el zarco?—preguntó, sorprendido.

—Qué va. Nada qué ver. Yo no tengo nada con Charly.—negó repetidamente con la cabeza.

—Ay, eso que te lo crean mis tíos. No te lo creés ni vos.—acotó, incrédulo.

Llegaron al sofá y el castaño pudo ver la caja de la loción que él usaba y la pequeña cajita de terciopelo en la que venía el anillo que la chica le regaló la noche anterior al cantante.

—Ay, justo se me acabó la mía, qué linda. ¿Es para mí?—cuestionó el mayor, agarrando la caja que contenía la fragancia y también la cajita de terciopelo, sin prestarle mucha atención a esta.

—Eso es de Charly. Se le quedaron esta mañana con lo dormidos que estábamos.—le dijo la británica a su primo, arrebatándole ambas cosas de las manos para ponerlas en una repisa que estaba cerca.

—¿Y así pretendés que te crea que no tienen nada? Me estás diciendo que pasaron la noche juntos.—se dejó caer en el sofá.

—Seguí con eso y no te hablo más, Leonardo. El me recogió en el aeropuerto y nos quedamos acá viendo una película, nos quedamos dormidos. Dejá de ser morboso.

—Ay, pero qué tiene si te lo comiste, eso es normal. Además, a rey muerto, rey puesto.—se encogió de hombros—¡Y qué rey!

—Primo, es en serio, no tenemos nada. Somos mejores amigos.—renegó la chica, sentándose junto al colombiano.

—¿Cómo así? ¿Y lo de ahorita qué fue?

—No sé, él es así. Llega y me da un pico.—se encogió de hombros.

—Ese man lo que está es más tragado de vos.—soltó lo que rondaba en sus pensamientos desde hacía un par de horas.

—Ay, no. ¿Otro con el mismo cuento?—Camille lo miró con el ceño fruncido.

—¿"Otro"? ¿Entonces no soy el primero que se da cuenta?

—Me agarré con Diego el día que terminamos y de la rabia que tenía me gritó que Charly estaba enamorado de mí y no sé qué más estúpideces.

—Bueno, teniendo en cuenta que son mejores amigos, a lo mejor Charly le dijo algo a Diego y a él se le salió.

—Dizque mejores amigos, si no se pueden ni ver porque se agarran a trompadas.

—¿Pero qué es esto? Vos me vas a dar todo el contexto del chisme, porque no entiendo nada.—exigió

—Te cuento, pero no le vas a decir a nadie.—la rubia lo apuntó con el dedo, como advertencia.

—Me extraña. Si desde la ida a la finca yo ya sabía que vos estabas con Diego. Y al menos por parte mía, nadie se dió cuenta.—confesó el de ojos miel.

Texting Charly FlowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora