-Hey, Cam! Es Royce.-saludó el dominicano tras la línea.
-Royce? Oh, Royce! Hey, man!-balbuceó Camille, intentando respirar y calmarse, teniendo presente lo que Charly le había dicho antes.
El estadounidense rió, y sabiendo que estaba nerviosa ya que el pelinegro le había explicado la situación, logró relajarla un poquito.
-¿Cómo estás?-le preguntó él.
-Muy bien, ¿Y tú?-respondió, intentando sonar lo más normal que pudo.
-Bien, bien. Charly me pasó tu número, me dijo que me querías decir algo.-el ojicafé sonrió a pesar de que ella no podía verlo.
-Ehm, sí. ¿Sigues en Colombia?
-Sí, aquí estoy. Me estoy tomando unos días para descansar. Me voy en dos semanas.
-Qué bueno, Royce. ¿Te parece si nos vemos y te cuento bien lo que te quiero decir?
-Sólo si dejas de decirme Royce de esa forma, siento que me estás regañando.-soltó una pequeña carcajada-Dime Roy, Geoffrey o Prince si quieres.
-Okay, Roy.-Camille rió-¿Mejor?
-Mucho mejor, Cam. ¿Ya desayunaste?
-Uhm, no, aún no desayuno.
-Bueno, entonces, ¿Qué tal si te invito a desayunar y después me cuentas?
-Me parece bien. ¿En dónde nos vemos?
-En el hotel en el que me estoy quedando hay unos restaurantes y la comida es excelente. O no sé, ¿En dónde quieres desayunar tú?-sugirió el dominicano.
-No, tranquilo. Ahí está más que perfecto, Roy. Ya te caigo.
-Okay, te espero a la entrada del hotel y después vemos en qué restaurante comemos. ¿Sí sabes cómo llegar? Ya sabes en qué hotel estoy.
-Sí, sí sé llegar. No me demoro mucho, vivo cerca.
-Perfecto. Entonces, nos vemos, girl.
-Nos vemos, boy.-Camille rió a la par del cantante.
(...)
-Oh my god, you look so beauiful today!-fue lo primero que dijo Royce al ver a Camille acercándose.
-Thanks, man. You look good today too.-la rubia rió con un poco de pena, y lo saludó con un beso en la mejilla, que él correspondió.
-Sólo porque te iba a ver.-el ojicafé le guiñó el ojo y luego pasó su brazo por los hombros de la británica-¿Tienes hambre?-la miró mientras caminaban a donde estaban los restaurantes del hotel.
-Sí, mucha.-la ojiazul rió, mirándolo de reojo y logrando ver su increíble perfil.
Sin duda alguna, era muy bello.
Optaron por entrar al primer restaurante que vieron, y tuvieron un desayuno delicioso y bastante ameno, en medio de conversaciones sobre temas triviales, acompañadas de muchas risas.
Después de comer, tenían planeado ir a caminar, pero como empezó a llover, fueron a hablar a la suite en la que el mayor se estaba hospedando.
-¿Qué es lo que me quieres decir? Me tienes intrigado.-habló el hombre cuando ambos estuvieron sentados.
-Mmm, verás. Te conté que estoy con lo de hacer mi primer álbum, ¿Cierto?
-Sí, me dijiste.
-Pasa que me falta un featuring para completar el álbum y pensé en que sea contigo... ¿Qué dices?-hizo una mueca de nervios.
-Claro, me encantaría.-Prince sonrió ampliamente, y al escuchar eso, la chica también lo hizo-Yo, de hecho, también quiero proponerte algo.
-Te escucho.
-Voy a sacar una canción dentro de poco. Se llama "el clavo". Con mi equipo estuvimos pensando en una modelo para el videoclip y varios pensamos en que podrías ser una opción. ¿Te gustaría?
-¿De verdad pensaron en mí? No lo puedo creer.-espetó con alegría e incredulidad-Sí, a mí me gustaría. La cosa es arreglar con Diego y Charly, pero no creo que se nieguen.
-Listo, entonces va pa' esa. ¿Te puedo mostrar la canción y me das tu opinión?
-Obvio, de una.
El dominicano puso la canción en su celular, a un volumen no muy alto.
-Wow, es diferente a lo que normalmente haces pero me gusta un montón.-opinó la rubia después de escucharla.
Amores que sacan amores. Clavos que sacan clavos. De eso se trataba la canción.
-¿Sí? Del uno al diez, ¿Cuánto?
-Veinte. La amo, te lo juro. Seguro a la gente también le va a fascinar.
-Eso espero.
-¿Ya tienes idea de cómo va a ser el videoclip?
-Aún no, podemos ver eso juntos para sacar cosas con las que los dos estemos cómodos. ¿Te parece?-Royce le sonrió dulcemente.
-Sí, dale.-Camille le devolvió la sonrisa.
-¿Y tú tienes ideas para nuestra canción?
-Sí, tengo por ahí unas, aunque no sé. Pensé en que podríamos hacer una bachata. Me gusta explorar distintos géneros.
-Okay, podemos ir viendo eso y sentarnos a escribir a ver qué sale.
-Está perfecto. ¿Cuándo puedes? Nos podemos reunir en Excelsior, ahí tenemos todo para empezar a buscar la canción.
-Cuando puedas. Eso sí, antes de que me vaya, por favor.
-¿Mañana a las tres está bien?-sugirió la chica.
-Sí. Mañana a esa hora queda perfecto.
Royce se acercó a Camille y con suma delicadeza le acomodó detrás de la oreja un mechón de pelo que tenía en la cara.
Estaban a escasos centímetros, y en un momento sus miradas se conectaron. Podían sentir la respiración del otro.
El más alto le acarició la mejilla a la rubia, y comenzó a acercarse hasta que estuvieron a punto de rozar sus labios.
-¿Puedo?-preguntó él en un tono bajo, casi sin aliento y con la voz entrecortada.
Camille asintió sin mucho esfuerzo y sintió sus labios chocar con los de Prince, que comenzaron a moverse sobre los suyos.
Poco a poco, el beso comenzaba a tornarse salvaje y la temperatura de la habitación aumentaba a pesar de que afuera estuviera muy frío.
Geoffrey tomó a la rubia por las piernas y la levantó del sofá, sin dejar de besarla.
Camille envolvió sus piernas al rededor de la cintura del mayor, y sus manos se enredaron en el cabello del hombre, profundizando el beso.
Royce empezó a caminar hasta la cama, mientras hacían pequeñas pausas para tomar aire entre besos.
La dejó caer con suavidad sobre la cama, y se puso sobre ella, apoyando su peso en las rodillas para no aplastarla, mientras sus manos exploraban con desespero el cuerpo de la ojiazul.
-¿Segura?-cuestionó cuando sintió que necesitaba más, tratando de recuperar un poco de aire-Todavía te puedes arrepentir.
Como respuesta, Camille lo tomó por el cuello de la camisa y lo atrajo hacia ella para besarlo nuevamente.
No sabía porqué lo hacía, pero no le importaba. No estaban haciendo nada malo, y ella lo quería tanto como él.
Lanzaron por diferentes partes de la habitación las prendas de ropa cuando esta comenzó a estorbarles, y en un abrir y cerrar de ojos, lo único que podía escucharse en aquel cuarto de hotel eran sus gemidos y respiraciones entrecortadas rogando por más.
Justo en el momento en el que sus bocas se juntaron y ambos se derrumbaron en el colchón dando un último gemido, Charly se hizo presente al invadir la mente de Camille.
¿Qué demonios había sido eso?
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Texting Charly Flow
Fanfiction╰► En donde Charly encuentra un número desconocido entre sus contactos, decide escribirle, y al convertirse en mejor amigo de la persona a la que por curiosidad le escribió, se enamora de ella. Los personajes de "La Reina Del Flow" no me pertenecen...