#5O

525 30 22
                                    

-Hey, Cam! Es Royce.-saludó el dominicano tras la línea.

-Royce? Oh, Royce! Hey, man!-balbuceó Camille, intentando respirar y calmarse, teniendo presente lo que Charly le había dicho antes.

El estadounidense rió, y sabiendo que estaba nerviosa ya que el pelinegro le había explicado la situación, logró relajarla un poquito.

-¿Cómo estás?-le preguntó él.

-Muy bien, ¿Y tú?-respondió, intentando sonar lo más normal que pudo.

-Bien, bien. Charly me pasó tu número, me dijo que me querías decir algo.-el ojicafé sonrió a pesar de que ella no podía verlo.

-Ehm, sí. ¿Sigues en Colombia?

-Sí, aquí estoy. Me estoy tomando unos días para descansar. Me voy en dos semanas.

-Qué bueno, Royce. ¿Te parece si nos vemos y te cuento bien lo que te quiero decir?

-Sólo si dejas de decirme Royce de esa forma, siento que me estás regañando.-soltó una pequeña carcajada-Dime Roy, Geoffrey o Prince si quieres.

-Okay, Roy.-Camille rió-¿Mejor?

-Mucho mejor, Cam. ¿Ya desayunaste?

-Uhm, no, aún no desayuno.

-Bueno, entonces, ¿Qué tal si te invito a desayunar y después me cuentas?

-Me parece bien. ¿En dónde nos vemos?

-En el hotel en el que me estoy quedando hay unos restaurantes y la comida es excelente. O no sé, ¿En dónde quieres desayunar tú?-sugirió el dominicano.

-No, tranquilo. Ahí está más que perfecto, Roy. Ya te caigo.

-Okay, te espero a la entrada del hotel y después vemos en qué restaurante comemos. ¿Sí sabes cómo llegar? Ya sabes en qué hotel estoy.

-Sí, sí sé llegar. No me demoro mucho, vivo cerca.

-Perfecto. Entonces, nos vemos, girl.

-Nos vemos, boy.-Camille rió a la par del cantante.

(...)

-Oh my god, you look so beauiful today!-fue lo primero que dijo Royce al ver a Camille acercándose.

-Thanks, man. You look good today too.-la rubia rió con un poco de pena, y lo saludó con un beso en la mejilla, que él correspondió.

-Sólo porque te iba a ver.-el ojicafé le guiñó el ojo y luego pasó su brazo por los hombros de la británica-¿Tienes hambre?-la miró mientras caminaban a donde estaban los restaurantes del hotel.

-Sí, mucha.-la ojiazul rió, mirándolo de reojo y logrando ver su increíble perfil.

Sin duda alguna, era muy bello.

Optaron por entrar al primer restaurante que vieron, y tuvieron un desayuno delicioso y bastante ameno, en medio de conversaciones sobre temas triviales, acompañadas de muchas risas.

Después de comer, tenían planeado ir a caminar, pero como empezó a llover, fueron a hablar a la suite en la que el mayor se estaba hospedando.

-¿Qué es lo que me quieres decir? Me tienes intrigado.-habló el hombre cuando ambos estuvieron sentados.

-Mmm, verás. Te conté que estoy con lo de hacer mi primer álbum, ¿Cierto?

-Sí, me dijiste.

-Pasa que me falta un featuring para completar el álbum y pensé en que sea contigo... ¿Qué dices?-hizo una mueca de nervios.

-Claro, me encantaría.-Prince sonrió ampliamente, y al escuchar eso, la chica también lo hizo-Yo, de hecho, también quiero proponerte algo.

-Te escucho.

-Voy a sacar una canción dentro de poco. Se llama "el clavo". Con mi equipo estuvimos pensando en una modelo para el videoclip y varios pensamos en que podrías ser una opción. ¿Te gustaría?

-¿De verdad pensaron en mí? No lo puedo creer.-espetó con alegría e incredulidad-Sí, a mí me gustaría. La cosa es arreglar con Diego y Charly, pero no creo que se nieguen.

-Listo, entonces va pa' esa. ¿Te puedo mostrar la canción y me das tu opinión?

-Obvio, de una.

El dominicano puso la canción en su celular, a un volumen no muy alto.

-Wow, es diferente a lo que normalmente haces pero me gusta un montón.-opinó la rubia después de escucharla.

Amores que sacan amores. Clavos que sacan clavos. De eso se trataba la canción.

-¿Sí? Del uno al diez, ¿Cuánto?

-Veinte. La amo, te lo juro. Seguro a la gente también le va a fascinar.

-Eso espero.

-¿Ya tienes idea de cómo va a ser el videoclip?

-Aún no, podemos ver eso juntos para sacar cosas con las que los dos estemos cómodos. ¿Te parece?-Royce le sonrió dulcemente.

-Sí, dale.-Camille le devolvió la sonrisa.

-¿Y tú tienes ideas para nuestra canción?

-Sí, tengo por ahí unas, aunque no sé. Pensé en que podríamos hacer una bachata. Me gusta explorar distintos géneros.

-Okay, podemos ir viendo eso y sentarnos a escribir a ver qué sale.

-Está perfecto. ¿Cuándo puedes? Nos podemos reunir en Excelsior, ahí tenemos todo para empezar a buscar la canción.

-Cuando puedas. Eso sí, antes de que me vaya, por favor.

-¿Mañana a las tres está bien?-sugirió la chica.

-Sí. Mañana a esa hora queda perfecto.

Royce se acercó a Camille y con suma delicadeza le acomodó detrás de la oreja un mechón de pelo que tenía en la cara.

Estaban a escasos centímetros, y en un momento sus miradas se conectaron. Podían sentir la respiración del otro.

El más alto le acarició la mejilla a la rubia, y comenzó a acercarse hasta que estuvieron a punto de rozar sus labios.

-¿Puedo?-preguntó él en un tono bajo, casi sin aliento y con la voz entrecortada.

Camille asintió sin mucho esfuerzo y sintió sus labios chocar con los de Prince, que comenzaron a moverse sobre los suyos.

Poco a poco, el beso comenzaba a tornarse salvaje y la temperatura de la habitación aumentaba a pesar de que afuera estuviera muy frío.

Geoffrey tomó a la rubia por las piernas y la levantó del sofá, sin dejar de besarla.

Camille envolvió sus piernas al rededor de la cintura del mayor, y sus manos se enredaron en el cabello del hombre, profundizando el beso.

Royce empezó a caminar hasta la cama, mientras hacían pequeñas pausas para tomar aire entre besos.

La dejó caer con suavidad sobre la cama, y se puso sobre ella, apoyando su peso en las rodillas para no aplastarla, mientras sus manos exploraban con desespero el cuerpo de la ojiazul.

-¿Segura?-cuestionó cuando sintió que necesitaba más, tratando de recuperar un poco de aire-Todavía te puedes arrepentir.

Como respuesta, Camille lo tomó por el cuello de la camisa y lo atrajo hacia ella para besarlo nuevamente.

No sabía porqué lo hacía, pero no le importaba. No estaban haciendo nada malo, y ella lo quería tanto como él.

Lanzaron por diferentes partes de la habitación las prendas de ropa cuando esta comenzó a estorbarles, y en un abrir y cerrar de ojos, lo único que podía escucharse en aquel cuarto de hotel eran sus gemidos y respiraciones entrecortadas rogando por más.

Justo en el momento en el que sus bocas se juntaron y ambos se derrumbaron en el colchón dando un último gemido, Charly se hizo presente al invadir la mente de Camille.

¿Qué demonios había sido eso?

Texting Charly FlowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora