CAPÍTULO 1

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Aurora

Sonrío al ver mi elegante vestido blanco en el espejo. Retoco mi labial carmesí y peino mi cabello rubio con los dedos antes de salir para la oficina. Mi departamento no está tan lejos de ella, pero estoy tan agotada que prefiero ir en mi Audi rojo.

Anoche el club estuvo agitado, teniendo más gente de la normal, lo cual es extraño en domingo. Estuve de aquí para allá y cuando por fin estuve bailando ese pelinegro de ojos celestes como cielo apareció, ¿Y quién podría resistirse?. Desde la pista pude ver sus mejillas sonrojadas y eso me causó demasiada ternura y a mí nada me causa ternura. Y cuando estuvimos en mi habitación... Ah, me dijo que sería la primera.

Normalmente no me gusta ser la primera, ya que todos se encariñan y quieren una relación. ¡Y vamos! Estoy en el punto más alto de mi carrera, no tengo -ni quiero-, una relación seria, no la he tenido en años. Y si no aceptan sexo sin compromiso, lo siento por ellos, pero que no me jodan a mi con esa cursilería barata del amor.

Me dijo que se llama Erik, lindo nombre, le queda. Para ser su primera vez lo hizo bastante bien ¡Me hizo llegar al orgasmo y casi no hizo falta montarlo! Hace muchísimo que pongo en práctica mi dominación y dejar de hacerlo anoche me fue difícil, pero no tanto como creí. Sin embargo, con él fue diferente, tal vez la manera inocente de sus facciones me pareció excitante, o saber que ha tendría una primera vez maravillosa, aunque comienzo a creer que fue el tamaño de su polla. Aun así no lo sé, solo lo sentí distinto a las otras veces. Más excitante.

Entro a la oficina con la misma expresión de siempre; mentón en el alto, espalda recta y mi rostro que dice que no me vengan a joder. El respeto no se gana sólo y llegar a lo más alto fue la segunda cosa que más me costó en la vida, pero estoy en la cima y de allí, no me baja nadie.

Muchos se quedan viendo mis ojos, tengo heterocromía; el ojo derecho café y el izquierdo de un celeste demasiado claro. Nadie me saluda, no se atreven.

Me siento en mi silla giratoria y mi mejor amiga, y mejor empleada, cruza la puerta. Su cabello castaño se mueve de un lado a otro mientras camina y admiro sus curvas.

—¿Cómo estás? —pregunta Mara y mi máscara de hielo cae. Con ella no es necesario tenerla, me conoce desde niña y siempre ha estado allí.

—Bien, una noche larga —suspiro.

—¿Y el club?

Amara es la única que sabe mi verdadera identidad en el club, siempre que voy llevo peluca y ojos de contacto. Sé que no cambia mucho el hecho de ser reconocida pero se siente bien dejar de ser Aurora Parker, la gran abogada y ser simplemente... Rory, la dueña de un club BDSM. Me siento libre cuando estoy en Tentaciones, nadie me juzga, no hay prejuicios, todos son personas agradables y no hace falta fundir el miedo para ser respetada. Cuando estoy allí es como si volviera a respirar.

—Los ingresos aumentaron y nada se viene en picada, diría que bien —me encojo de hombros.

Sonríe mostrando su hermosa dentadura y sus ojos cafés brillan. Lo que adoro de ella es que siempre se emociona por las cosas buenas que me suceden.

—Y... ¿Has tenido acción? —sube y baja las cejas mientras se sienta en la silla frente a mí escritorio.

—Me conoces —le guiño un ojo.

—¿Te hizo llegar al bendito orgasmo?

—Oh sí —asiento con una sonrisa— .Quedé bastante satisfecha, aunque él no tenía experiencia.

Arruga las cejas y sé lo que dirá.

—¿Virgen? ¿Tú y un chico virgen?

—Sí.

Irresistible Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora