Aurora
—Oye, mamá ¿has visto mi zapato rosa? —Lina se asoma por la puerta de mi habitación.
—Creo que debe estar en la habitación de tus hermanos —me termino de colocar mis aretes y me doy la vuelta para verla. Sus iris verdes me miran con aburrimiento y sus pecas resaltan con la luz del sol, al igual que su cabello.
—Agh, esos niños agarran todo lo que ven —sale de mi habitación y suspiro.
—¡No seas grosera con ellos, Lina! —Oliver grita desde el baño.
—¡Lo siento, papá! —le grita la otra desde el pasillo.
Respiro hondo al mismo tiempo que tenso la mandíbula. Nunca me acostumbraré a que lo llamen así, no se siente correcto.
Nos mudamos en cuanto di a luz, es una casa mucho más grande que mi penthouse. Tiene más habitaciones, más espacio, todo es más cómodo aquí.
—¿Tienes mucho trabajo hoy? —me cuestiona cuando sale.
—No —me siento en la cama y me pongo mis tacones— .Tal vez llegue temprano a casa.
—Yo tengo que hacer una diligencia —sabiendo lo que vendrá, me mantengo firme— .Y no podré cuidar a los niños.
—Sabes que la guardaría está a unos pisos de mi oficina, no habrá problema —asiente y se acerca— .No tienes que cuidarlos siempre.
—Pero quiero hacerlo —me besa, tomándome de las mejillas— .Creo que el trabajo puede esperar.
Suelto un gemido cuando sus manos pasan de mis mejillas a mi cintura, apretandome contra su pelvis y refregando su erección.
—Qué pena que no sea así —sonrío contra sus labios y termino el baso con uno casto— .Bien, ya me tengo que ir.
—Llevaré a Lina antes de irme.
Oliver me ayuda desde antes de que nazcan mis hijos, en ningún momento me dejó sola y complació mis apetitos extraños del embarazo, también me complació —y complace— sexualmente. Aún no me cabe que haya venido de Londres. Sin embargo, necesitaba ayuda, así que lo acepté e hicimos una vida juntos. O algo parecido. En realidad, no estaba tan sola, Spencer y Mara me visitaban cada que podían pero no era lo mismo. Aunque ambos me trataran como una más en su relación poligámica con Liam.
Asiento mientras me encamino a la habitación de mis hijos. Toco su puerta antes de entrar, son bastante quisquillosos respecto a eso.
—Buenos días, mis amores —sonrío al verlos ya vestidos y listos— .Oliver tiene que hacer algo importante hoy, pero vendrán a la oficina con mami, ¿Sí?
Mi pequeño sonríe abiertamente y se acerca para abrazar mi pierna, mi hija solo me mira.
—Sí, mami —me acuclillo frente a Jordan y le lleno el rostro con besos. Él ríe y yo sonrío.
Cassie no habla, solo asiente. Saben hablar, de hecho, tienen un vocabulario bastante extenso y el único que habla es Jordan. A Cassie la llevé con varios doctores y todos me dijeron que tiene que hacerlo cuando esté lista, que es cuestión suya y que todo dentro de ella, física y mentalmente, está en orden.
Son bastante diferentes por dentro, pero casi iguales físicamente. Perfectos para mí. Ambos tienen el cabello negro azabache, como el de él, tienen mis ojos pero en el mismo orden de Henry.
Cassie además de no hablar, es bastante observadora y tiene noción de todo, es bastante inteligente y se desmaya seguido, le pasa desde que nació, puede ser por sorprenderse, por el estrés, ansiedad o nervios. No le gusta el contacto físico, lo detesta, pero de vez en cuando me abraza y suelo ser la única con la que entabla una conversación bastante seguida. También es bastante asocial para tener cuatro años. Jordan es todo lo contrario, habla a montones, es bastante juguetón y ama abrazar a las personas. Ambos son buenos, pero cuando se trata del otro se ponen histéricos, se protegen entre sí.
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Irresistible Tentación [+18]
RomanceLas Tentaciones pueden ser difíciles de resistir. Sobre todo para Aurora y Erik, ambos son su Tentación favorita y su perdición también. Un alma con miedo de volver a amar y otra alma que ama con todo lo que tiene. ~TERMINADA~