CAPÍTULO 27

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Aurora

El pequeño demonio no tarda en venir a mí y aferrarse a mi cuello, repitiendo una y otra vez lo mucho que me extrañó y que no la vuelva a dejar porque le pondría mocos a mi sopa. ¿De dónde saca estas asquerosidades está niña? Henry sonríe divertido y cuando ella se separa sus ojos parecen notarlo por primera vez, noto como traga duro y se esconde detrás de mí.

—¿Le tiene miedo o qué? —Mara se sienta en el sofá, al lado de mi hijo.

—Lo siento —se disculpa él y Mara frunce el ceño.

—¿Por qué?

—Pues, no sé —se encoge de hombros y la castaña rueda los ojos.

—Mara, ¿No tienes un embarazo que atender? —pestañeo en su dirección y entrecierra los ojos.

—Sí, claro. Ya me voy.

Se pone de pie, se despide de Lina con un beso en la coronilla y de Henry revolviendole el cabello, a mi me da una mirada y tira un beso al aire. Imito el gesto y la pierdo de vista en cuanto las puertas del elevador se cierran. Miro de reojo a la niña que se esconde en mi espalda y luego a mi hijo, sonriéndole.

—Lina, no debes tener miedo.

—Pero, mami —susurra para que solo lo escuche yo, pero hay tanto silencio que estoy segura que Henry oye cada palabra— .El hombre da miedo.

—No es un hombre, Lina —me doy la vuelta y me acuclillo frente a ella— .Es un adolecente y es mi hijo.

—¿A él también lo adoptaste? —se lleva las manos a la cadera y frunce el ceño— ¿Qué no bastaba conmigo aquí? —Henry suelta varias carcajadas que hacen que el pequeño demonio se enoje un poquito— ¿Y tu de que te ríes, lady dolores?

Cubro mi boca para amortiguar mi risa y me hago a un lado cuando Henry se acerca y ahora es él quien se acuclilla frente a la niña.

—¿Lady dolores? —repite. Lina asiente y señala los tatuajes de sus brazos— Pues déjame informarte que no me dolieron nada.

—¿Y? —arquea una ceja y se cruza de brazos.

Henry arruga las cejas en su dirección y se pone de pie sin quitarle la mirada de encima.

—Tenías razón cuando dijiste que podría ser un grano en el culo —me susurra.

—¿¡Qué has dicho!? —patea el suelo y me mira— ¿¡Mami, que ha dicho!?

—Cuidado con esos modales, Lina —advierto poniéndome seria— .No levantes la voz, no es correcto.

Relaja sus expresiones y respira hondo varias veces hasta que se calma. Sonríe inocentemente y me abraza las piernas.

—Mami, explicame quien es él y qué hace aquí.

—Ya te dije quien es, mi cielo —la cargo y quito algunos mechones de cabello de su rostro— .Es mi hijo y se quedará con nosotras un tiempo.

—¿Por qué?

—Porque no tiene otro lugar donde ir.

—¿Por qué?

—Porque viene desde muy, muy lejos.

—¿Por qué?

—Lina —suspiro y ella hace puchero.

—Quiero ver a Erik —se cruza de brazos y siento la mirada de Henry sobre mí.

Me relamo los labios.

—Está enfermo —lo excuso— .En cuanto pueda vendrá a verte, ¿Sí?

—¡Y veremos pelis y comeremos chocolates!

Irresistible Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora