CAPÍTULO 25

154 12 0
                                    

Aurora

Mis lágrimas salen cuando ya no puedo más, retrocedo hasta que tropiezo con algo y caigo de nalgas al piso. Erik se apresura a ayudarme a ponerme de pie, aunque no lo puedo mirar, no cuando él está frente a mí.

—¿Perdona? ¿Has dicho 'mamá'? —Erik ríe y el ambiente está tan tenso que deja de reír cuando ninguno reacciona— .Pero...

—Erik, ¿Tú también lo ves? ¿O estoy tan drogada que alucino?

—Azul, es real —dice cautelosamente— ¿En verdad tienes un hijo?

—Y-yo... —el miedo se apodera de mí.

Intercambio la mirada entre Erik y el que dice ser mi hijo. Su cabello rizado, tan rubio como yo, sus ojos bi color... Mi respiración se acelera tan descontroladamente en cuanto los recuerdos se apoderan de mi mente, quiero alejarlos pero no puedo, lo que empeora mis nervios.

Por favor, amor, ayúdame —le pedía a Garret, sus ojos no eran los mismos, me intimidaba y me daban miedo— .Mis papás quieren que los tenga pero me los quitarán...

—Oh, Aury, te equivocas —ladeé la cabeza, confusa, y me quite las lágrimas que caían por mis mejillas— .Yo nunca estuve contigo.

—No, Garret, no lo niegues. Por favor.

—Esos bebés no son míos, Aurora.

Pero solo tengo trece años, ¡No puedo sola!

—Ese es tu problema.

Mis manos comienzan a temblar al igual que mis piernas, el hormigueo en todo mi cuerpo me pone incómoda y siento mi corazón latir con fuerza contra mi pecho. Todo me angustia en este momento, siento que podría...

—No pudiste ser más desastrosa, ¿no? —la voz de mi madre hacía eco en mi habitación, ella estaba sobre mí y sujetaba mis manos arriba de mi cabeza, me tenía inmovilizada en el suelo— .Eres inutil hasta para embarazarte, Aurora. Ese chico no tiene ni un centavo.

Me dolía ver en los ojos de Alana, mi propia madre, su desprecio hacía mí. No entendía porque no me quería, no entendía qué era lo que hacía mal. Volteé la cabeza para ver al hombre que me engendró. Nunca olvidaré su rostro sin emociones, sus ojos mirándome como si mi madre no estuviera sobre mí y lastimándome las muñecas y rompiéndome por dentro.

—Por favor, papá —lloriqueaba.

—No le ruegues a él, está de acuerdo conmigo —negaba, quería creer que me ayudaría, que por fin me tratarían bien.

—Así no los quiero tener, por favor. Así no.

—No, Aurora —mi padre se inclinó y bebió de su vaso de cristal, su sonrisa me dió escalofríos— .En esta casa la única bastarda serás tú. Los tendrás, sufrirás en todo el proceso, te dejaremos creer que por fin serás feliz y cuando nazcan... en cuanto nazcan ambos te daremos tu merecido por querer denigrar nuestro apellido.

—¡Rory, escuchame! —la voz de Erik me saca de mis pensamientos. Tiene sus manos sobre mis brazos, sus ojos están abiertos como plato y me asusta todo el pánico que veo en ellos— Es un ataque de pánico, estás bien. Respira.

—Yo sólo quería ser feliz —vuelvo a caer al suelo sobre mi rodillas y cubro mi rostro con mis manos— .Yo no sabía lo que iba a ocurrir.

—Yo... —se relame los labios, nervioso, e intercambia una mirada entre él y yo— .Tranquila, todo pasará.

El llanto sigue como los recuerdos. Mi cuerpo tiembla y refriego mis manos en mis pantalones. Quiero parar el hormigueo, no me gusta, necesito que todo se detenga, necesito estar sola y pensar claramente.

Irresistible Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora