CAPÍTULO 23

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Aurora

Las dos horas y media pasan rápido. Con Erik nos dormimos la vida y cuando nos despertamos parecemos un par de muertos vivientes.

—Gracias por acompañarme a Seattle —me dice antes de despedirnos. Fue un placer.

Es tarde aquí en San Francisco, por lo que Mara y Lina no pudieron venir a buscarnos, pero no importa, ya que las veo dormidas en el sofá cuando llego a mi casa. Paso a Lina a su habitación y a Mara la acomodo en una mejor posición en el sofá, a cubro con una manta y beso su frente.

Me doy una ducha para sacar toda la suciedad que siento en mi cuerpo y me pongo mi camisón. Mi cama se siente como mi mundo completo luego de dos semanas y suelto un suspiro de alivio. El sueño no tarda en hacerme caer en brazos de Morfeo.

°°°

Es media mañana cuando mi bufete me da la bienvenida, Mara entrelaza su brazo con el mío y entramos al elevador. Ella y Lina no me han dejado ir hasta que no les haya contado todo sobre mi viaje, el pequeño demonio llegó tarde al jardín de infantes pero poco nos ha importado.

—¿Cómo está el bebé? —miro su vientre apenas abultado.

Pone una mano sobre él y sonríe mirándolo.

—Supongo que bien —se encoge de hombros— .Hoy es mi primera cita con la ginecologa, Liam me acompañará.

—Se está empeñando en esto, ¿No?

Suspira y su sonrisa se agranda.

—Demasiado.

Las puertas del elevador se abren cuando llegamos y caminamos a mi oficina, donde nos sentamos en el sofá.

—¿Spencer ha aparecido?

Su sonrisa se desvanece y ambas miramos a la puerta cuando se abre. Ella se lleva una mano a la boca y yo no puedo evitar rodar los ojos.

—Señoritas —inclina la cabeza y me pongo de pie— .Que gusto verlas tan sanas como siempre.

—No es el momento —me le acero y pongo una mano en su pecho, poco le importa y se acerca a Mara— .Spencer...

—Perdoname —me sigue ignorando y cae sobre sus rodillas ante Mara. Su voz se quiebra pero se mantiene firme— .Quería pensar con la mente fría.

—Has desaparecido casi un mes —arrugas las cejas y cubre su vientre, como si eso ayudara de algo— .Me has dejado claro lo que piensas.

—No, no lo he hecho —busca sus manos y las besa.

—Les daré privacidad —digo porque no puedo seguir viendo esto, tampoco me corresponde.

Cierro la puerta de mi oficina para más privacidad y casi sonrío al ver a Erik salir del elevador. No me nota hasta que está frente a la puerta de su oficina, se sobresalta y se apresura a besar mi mejilla.

—Llegas tarde.

Arquea una ceja con una sonrisa divertida.

—No creas que no vi tu auto hace menos de diez minutos en la carretera.

Entrecierro los ojos y sonrío de lado.

—Buen punto.

Unos gritos se oyen desde adentro de mi oficina y Erik frunce el ceño.

—Mara y Spencer —le explico y las expresiones en su rostro se suavizan. Asiente.

Los mencionados salen de mi oficina sin mirar a nadie y discutiendo cosas inentendibles. Les doy una dura mirada aunque sé que no me ven, y Mara se detiene a medio camino, dándose la vuelta y corriendo hacía mí, dejando al moreno solo a medio pasillo y confundido. No demuestro mi desconcierto cuando ignora a Erik y me adentra en mi oficina, cerrando con llave.

Irresistible Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora