CAPÍTULO 5

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Narrador omnisciente

A la mañana siguiente de esa noche, la rubia de ojos bi color mira el techo desde su cama y repasando sus palabras, se pregunta ¿Por qué le contó todo eso a un chico que conoció hace casi una semana? ¿Por qué sintió esa absurda confianza? No le gusta sentir confianza en las personas porque sabe que tarde o temprano se van a ir... Solo confía en Amara, ella ha estado ahí desde niña y le demostró que nunca se iría. Ella sabe que Erik es alguien pasajero, alguien que solo le importará a ratos, sin embargo, tiene un presentimiento y no le gusta nada.

A la misma hora en la que la rubia se levanta para empezar su día favorito del año, un ligero dolor de cabeza despierta a Erik Gardner. Mientras se da un baño piensa en lo que sucedió anoche, porque si, recuerda todo.

Recuerda que Aurora lo llevó a su casa, recuerda su beso en la frente y en cómo casi se abre ante él. Piensa distintas formas de que ella abra su corazón y le cuente su historia, su pasado, y que confíe. Nota su sufrimiento y quiere cambiar la loca idea de no confiar en nadie, pero ¿Cómo piensa cambiar a alguien que ha sido así desde niña? ¿Alguien que no ha vivido más que desgracias?

Ambos entran a la firma al mismo tiempo y al momento en que sus miradas se cruzan, detienen sus pasos y los recuerdos de anoche vibran en la memoria de ambos.

Un silencio incómodo se instala y es Aurora quien se obliga a romperlo.

—¿Cómo estás? ¿Tienes resaca? —se maldijo internamente por sonar preocupada.

—No, el alcohol no me afectó mucho —le contesta él, insinuando lo que quiere insinuar y ella lo entiende, haciendo que se ponga nerviosa. Mierda, un hombre causando emociones diferentes a la lujuria en años, pensó.

—Vamos, hay mucho trabajo que hacer y quiero terminarlo antes de que comiencen Los Juegos.

Erik asiente y se dirigen a la oficina de Aurora. Miradas van y miradas vienen en la gran oficina que parece pequeña con tanta tensión. Amara ingresa sin tocar y los repasa a ambos, sintiendo su incomodidad y tensión.

—Pero qué incómodo está todo —dice la recién llegada, siempre siendo directa sin importar nada.

Aurora rueda los ojos.

—¿Por qué no tocaste? —le reclama su amiga.

—Es verdad, debería haberlo hecho, por las dudas de que los hubiera encontrado en algo... comprometedor —sonríe.

Erik se remueve incómodo, Aurora lo prende pero tampoco quiere volver a follar con ella porque es su jefa y si lo hace sabe que las cosas se pondrían incómodas y no quiere eso.

—Solo trabajamos aquí — responde Aurora sin inmutarse— .¿Qué quieres?

—Bob Smith quiere actualizar su testamento, el de la esposa también, dijo que se necesitaba de carácter urgente.

—Envíame los detalles —Amara asiente— . ¿Hará un baile este año?

—No comentó nada de un baile en la llamada, dijo algo sobre una nieta y presentarla a sus socios, así que supongo que habrá uno —se encoge de hombros— . Bueno, tengo que irme a preparar todo para esta tarde.

Aurora asiente y su amiga se va.

—¿El verdadero Bob Smith? —le pregunta incrédulo el pelinegro— ¿Él es tu cliente?

—Su familia ha sido cliente de la mía por años, siglos tal vez.

—¿Y qué fue eso de los bailes?

—¿No has oído de ellos? —niega y ella se acomoda en su lugar— .Son bailes y no juntas, puede sonar anticuado pero no para ellos. No son tan seguidos, no me sorprende que haga uno ahora que su nieta ha llegado.

Irresistible Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora