CAPÍTULO 13

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Erik

Sonrío nuevamente al recordar las palabras de Aurora. Porque me gustas. Lo ha admitido, lo ha admitido en voz alta y pensé que lo había imaginado pero no, y no me pude resistir dar saltos por la habitación y a chillar en silencio.

Ayer no fue un buen día para ella y creo que el único momento en el que disfrutó, al menos un poco, fue cuando vimos una película juntos. Es decir, al menos le saqué sonrisas y risas, parecía que en verdad lo necesitaba y me alegra que se yo quien haya provocado eso.

Vuelvo a la realidad cuando la empleada del Starbucks me dice el precio de los cafés y las donas. Salí a comprarle el desayuno mientras duerme, como hizo ella ayer conmigo. Termino de pagar el café y regreso al hotel, cuando entro a la habitación me acerco a la cama y me siento en la esquina, sin llegar a tocarla o molestarla.

—Rory —con mi dedo índice le quito un mechón de cabello de su rostro, ella se remueve un poco y se queja— .Es hora de despertar.

—Es domingo, no es necesario despertar temprano —se da la vuelta, dándome la espalda y rio un poco.

—Traje café... —segundos después se vuelve a dar la vuelta y me mira con una pequeña sonrisa— Aunque si no quieres levantarte, está bien.

—Quiero café —se pasa la mano por el rostro y luego se estira, haciendo que algunos de sus huesos truenen.

—Es como tu droga —ruedo los ojos— .Anda, arriba.

Me pongo de pie y voy a la sala.

Ayer cuando Aurora se encerró en la habitación, estuve leyendo los documentos del caso que me otorgó. No me pude concentrar mucho, estaba más preocupado por ella que por el caso. Y hoy en la mañana, antes de salir a comprar el desayuno, traté de hacer una estrategia y una buena defensa, la tengo que pulir pero creo que lo lograré. No lo veo como un caso tan complejo, como me han dicho.

La rubia sale de la habitación con tan solo una camiseta mía. Sus largas piernas se deslizan por el lugar hasta quedar frente a mí, subo la vista por sus muslos, la camiseta le queda holgada pero justa, por lo que noto sus pezones endurecerse. Sonríe, divertida al verme tensar la mandíbula y desviar la vista.

Joder, Aurora sabe el efecto que tiene sobre mi y lo disfruta.

Se sienta sobre mí, sus piernas están de un solo lado y las mueve de un lado al otro, ya que no llega al piso. Respiro hondo cuando se remueve, mis manos pican al resistirme de tocarla, sin embargo, con algo de miedo coloco mis manos en su cintura.

—Creo que ya hablamos que puedes tocarme sin miedo.

Mis mejillas se calientan.

—Es que no me acostumbro.

Ella pasa los brazos alrededor de mi cuello y me da un pequeño beso en la frente.

—Eres muy tierno a veces —susurra— .Bueno, en realidad lo eres siempre.

Mis mejillas responden por mí, calentándose aún más. Busco sus labios sin prisa y la beso, lenta y largamente. Sus manos se aferran a mi nuca y me pega aún más contra su cuerpo. Mi cuerpo se relaja con su tacto y una sensación cálida se extiende por mi pecho.

—El sexo es una mejor droga que el café —dice contra mis labios, sus palabras tardo en procesarlas pero cuando lo hago sonrío y la vuelvo a besar.

Rompo el beso y acaricio su nariz con la mía.

—Nos iremos en unas horas, Rory.

—Hay tiempo de sobra... —me vuelve a besar y le sigo el beso unos segundos.

Irresistible Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora