CAPÍTULO 8

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Aurora

Tres semanas han pasado, el trabajo se ha vuelto el doble y la actitud grosera de Erik me da migrañas cada día, en esos momentos pienso que fue mala idea cancelar la cita.

Me monto en uno de mis carros y conduzco hasta mi firma. Al llegar todos están trabajando como corresponde y contengo mi sonrisa. Aún recuerdo mis palabras al día siguiente de los juegos, cuando muchos quisieron renunciar o ser trasladados.

No les impediré que renuncien o que soliciten un traslado a otra sucursal —había dicho— .Solo les dire una cosa; Los juegos no es por mi propia diversión —aunque un poco sí— ,es para ustedes. Cada juego tiene una enseñanza. El primero, y para muchos el más difícil, es que deben contenerse a las tentaciones, ya que pueden encontrar muchas y eso no ayudaría a la mente. El segundo, deben prestar atención a las palabras y estar alerta ante cualquier posibilidad, son abogados y tienen que leer, investigar, hacer todo por descubrir la verdad y defender. El tercero, hay más que solo un camino, pero deben elegir el correcto. Sé que en el laberinto muchos se han perdido y salieron por otras salidas, pero volvieron hasta encontrar la correcta. En el cuarto juego superaron sus miedos, deberían darme las gracias por eso ya que muchos lo pueden usar en su contra. El quinto... bueno, ese fue por pura diversión, pero ya no importa. El sexto juego ya dije que era algo de la lealtad y bla bla bla. El séptimo, nada es lo que parece y que la envidia mata. Octavo juego, conocerse para trabajar mejor. El noveno juego fue para que se divirtieran, nada más. Y por último, el décimo juego, necesitaban liberarse, gritar. Lo necesitaran mucho en este trabajo. Espero que tomen en consideración cada juego, nada fue en vano.

Mi aprendiz ya me estaba esperando en mi oficina con dos cafés, espero que uno sea para mi porque estoy sedienta.

—Te tardabas —dice apenas me ve. Miro mi reloj de muñeca.

—Llegué cinco minutos antes —me siento en mi silla, enciendo mi portátil y me preparo para trabajar— .¿Qué tenemos hoy?

Me ofrece un café y lo acepto. No me mira cuando se sienta frente a mi escritorio.

—Me encargué de la sección de los testamentos en las últimas dos semanas, está quería comenzar por la sección de los pro bono.

—Perfecto, encárgate.

Bebo mi café y cierro los ojos un breve segundo.

—En eso estaba —gruñe y señala los archivos en mi sofá— .Pero hay un caso en el que necesito ayuda —podría jurar que hasta le costó de decir esa última palabra.

—Dime el caso —mi vista va a la portátil y lo escucho mientras termino unos informes, los cuales me encargo de archivarlos en un lugar seguro.

—Es de un orfanato, el orfanato García —clavo mi vista en él de golpe y siento que palidezco— .Se le acusa de maltrato infantil y de incumplimiento de las normas sanitarias, se necesita que seamos la defensa.

—¿Maltrato infantil? ¿Incumplimiento de las normas sanitarias? —repito sin creermelo. Es...es imposible, cada vez que he ido el lugar estaba en perfecto estado. Lo más absurdo es el maltrato infantil, yo misma he elegido a las personas que cuidan de esos niños— Es una calumnia. Iremos allí en ese mismo momento.

Salgo tan apresurada que apenas tengo mente para buscar las llaves de mi auto y mi móvil. En cuanto Gardner se sube a mi lado comienzo a conducir.

Si llega a ser verdad la denuncia, me veré afectada. Yo soy la responsable de ese orfanato, yo les dono dinero, yo les doy todo lo que necesitan. ¿Acaso ellos no pueden hacer dos cosas bien?

Irresistible Tentación [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora