DOS

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Eche un ojo en la ventanilla al gentío que se atiborraba fuera. Estaba ansioso.
Espere en mi lugar hasta que Brayden tomara sus cosas de la plataforma superior. Y también para que el resto de los chicos bajaran del autobús, no quería enredarme con ellos en la bajada en un intento desesperado de correr. Observe una vez más por la ventanilla los alrededores, la verdad, una parte de mi esperaba ver a Albish de pie en algún sitio a mi alcance.
Luego de unos minutos me di cuenta de que Brayden estaba esperándome, se quedó con la mirada clavada en mi. Lo bueno es que no necesita de mi ni de nadie más, porque si no, estuviera sentado junto a mi todavía. Me puse de pie, tome mis maletas y me encamine por el pasillo mientras Brayden me seguía. Pise con cuidado la bajada del autobús. Estábamos en una zona apartada del resto del estacionamiento, parecía una zona exclusiva para los autobuses ya que había otros cuatro en ese lugar. El resto estaba lleno de vehículos aparcados y otros más dando vueltas, lleno de gente, padres, chicos. Nos pasamos por la acera pegada a la valla.
El primer cambio notorio era la entrada de la escuela. La estructura fue modificada en forma de arco recto irregular que le daba un tono moderno, estaba pintado de un color guinda que resaltaba muy bien. Había arboles y flores entre las jardineras del estacionamiento, en las puertas de la entrada y se extendían en la escuela. Cruzamos la puerta y entramos en el patio principal que se extendía por caminos de concreto en todas direcciones, bajaba hasta la zona de las canchas y el gimnasio. Hacia los edificio viejos donde se encontraba las Oficinas Principales, la Enfermería -que se había convertido en mi segundo hogar-, las Aulas y la Biblioteca. Habían distribuido bancas de aluminio pintadas de gris en todo lo largo de los caminos, al igual que Jardineras enormes, jardines con flores coloridas. A la lejanía se veía la Arboleda.
Una vez mas inicie la búsqueda de Albish en esas direcciones, pero sin éxito como la última vez. Había una pizarra enorme al frente de nosotros donde parecía que estaban las listas. La multitud ocupaba una gran parte frente a ella, a un costado se encontraba un hombre frente a un escritorio y una computadora que tecleaba cosas de manera veloz sin mirar a los chicos. Me volví hacia atrás para ver a Brayden quien recorría con la mirada todos los alrededores. Di un paso hacia atrás para quedarme cerca de él.
Él se dio cuenta, movió sus ojos que me parecían muy oscuros y malignos, sin exagerar tenía una pinta de chico malo que me daba escalofríos cada vez. Me mantuve quieto y decidí entrar en la multitud de la pizarra para ver de qué se trataba. Puse las manos al frente para protegerme y hacer un camino. Cuando logre llegar al frente, me di cuenta de que Brayden aprovecho mi camino entrando detrás de mí.
Las listas estaban clasificadas, las primeras de las izquierda eran de los nuevos ingresos, del centro a la derecha eran de los que ya estaban dentro. Comencé a buscar mi nombre entre cada uno de los renglones de las listas. Mire por el rabillo a Brayden que rebuscaba con el dedo índice sobre el papel entornando los ojos. Pase lentamente mi mirada hasta encontrarme con mi nombre:
Septien Jonathan - Edificio Dos, Habitación Seis.
Me acerque a Brayden y espere que terminara.
-Mi nombre no está -dijo-. Revise dos veces.
-¿Eres nuevo? -pregunto un chico detrás de Nosotros.
Me volví para ver, no lo conocía. Era alto de cabello color arena. Las mejillas coloradas llenas de pecas y los ojos color miel. Tenía una playera color verde agua.
-Si -Brayden respondió sin ganas. Con un dejo de obviedad en la mirada.
-Todos los nuevos fueron colocados en el Edificio Cuatro, el hombre -señalo al hombre de la computadora- dice que es para tener un control más total, y que luego serán transferidos cuando tengan un empleo oficial, por cierto, me llamo Dan
-Hummm. Soy Brayden -intento sonreír-. Este es Jonathan -Me señalo con el brazo.
-Hola, ¿Qué tal? -sonreí y estuve a punto de echarme a reír cuando vi su cara totalmente roja.
-Pues hola, ¿tú eres nuevo también? -Me pregunto Dan con entusiasmo.
-No, nada de eso. Yo ya...
-¡Gracias al cielo! -Un brazo me rodeo el cuello, su fuera me arrastro entre el gentío-. ¡Estas vivo!
Samuel apareció frente a mí. Era muy diferente a como lo recordaba, se veía mucho más alto. Tenía un nuevo corte de cabello, tenía mucho mas cuerpo, había crecido. La última vez que lo vi, nos despedimos como si no fuéramos a vernos nunca más. El se fue junto con Mike a buscar ayuda mientras nosotros planeábamos como rescatar a Albish. Me dio una punzada de dolor en el pecho que se extendió. Solté mis cosas al suelo y sin pensármelo dos veces lo rodeé con los brazos. El también lo hizo y soltó una carcajada. Samuel estaba aquí.
- ¿Como estas? -pregunto alejándome amablemente-. Me entere de que estuviste en la explosión. Al igual que Kyle, todo sucedió muy deprisa en ese pequeño momento, ni me entere de donde estuviste para poder visitarte.
-Lo sé, fue muy confuso, cuando desperté ya estaba en el hospital de mi casa. Perdí comunicación con todos.
-De todas maneras mi madre se puso un poco paranoica, y no me hubiera dejado -se puso la mano en la cabeza y se echo a reír una vez más.
-¿Viste a Albish por algún lado? -le pregunte. También revise un par de veces mis alrededores buscándolo entre cada rincón del patio, entre los montones de chicos que estaban dispersos por todas parte en busca de Albish, sin tener éxito. Caminamos fuera de la multitud en dirección hacia una de las jardineras bajo la sombra de un árbol cerca de la fila de Edificios viejos. Samuel se sentó a mi lado y Brayden apareció junto su nuevo amigo Dan
-¿Ellos son tus amigos? -Si claro, son como mis hermanos, al menos uno, aunque me dijo que él no me necesitaba, pero sigue detrás de mí.
-No, uno es mi vecino, el otro lo conocí en la pizarra -Me puse de pie-. Brayden, este es mi amigo Samuel. Samuel, este es Brayden, y el es Dan.
-Hola, mucho gusto -respondió Samuel saludando con la mano en el aire.
Brayden no respondió nada, y Dan saludo con la mano. Una vez mas rebusque a mi novio en todas partes mientras sentía que la desesperación me invadía. Tome una bocanada de aire mientras comenzaba a hiperventilar.
-No, no he visto a nadie -me respondió-. Tal vez deberíamos ir a nuestros dormitorios, me estoy muriendo de hambre -Samuel se puso de pie-. Podemos ir al comedor después de que nos instalemos.
Esa era una buena idea pero aun no encontraba a Albish en ninguna parte, tal vez aun no llegaba y yo debía quedarme cerca de la pizarra para verlo en el momento que el revisara su nombre. Pero la mayoría de los chicos ya había llegado, si no es que todos. No quería pensar cosas malas, el me dijo un día mientras hablábamos sobre lo que hizo, cuando estábamos en la colina cerca de la casa grande, dijo que no estaba seguro de regresar a la escuela por esos asuntos de su hogar y de lo que tenía que hacer. Pero durante todo el tiempo que se quedo conmigo en mi recuperación después de que desperté, jamás hablo otra vez sobre eso, ni cuando me llamaba todas las mañanas de todos los días. Al contrario, hablábamos de cosas como que nos veríamos en la escuela, y que estaríamos más tiempo juntos. Por eso mismo yo estaba tan emocionado de volver, tan solo porque estaría con él, trabajaría con él.
Mire una vez más en dirección a la pizarra, hacia el camino en dirección a los dormitorios, pero no lo encontré en ninguna parte. Estaba seguro que mi mente ponía las imágenes de su recuerdo en mis ojos y de vez en cuando sentía que lo veía parado en donde miraba.
-De acuerdo -Tome mis cosas y me las puse al hombro, me encamine con Samuel-. Brayden, nosotros nos vamos a instalar, nos veremos más tarde en el comedor.
No estaba de más que lo invitara.
-Si, nosotros también nos vamos a instalar, nos vemos más tarde -respondió Dan con una sonrisa que devolví mecánicamente. Brayden solo me miro.
Caminamos un poco en dirección a los edificios.
Le di un vistazo a la enfermería, sentí un escalofrío al recordar la ocasión en que terminé ahí  por Ben, me provocó un golpe en la cabeza cuando me ataco mientras me daba un baño. O esa vez que Albish se cayó del árbol y se lastimo la pierna.
-Tu amigo es muy simpático -dijo Samuel con un tono de burla.
-Hum. No es mi amigo, lo conocí ayer -respondí.
- ¿Qué pasa con su ropa? No estamos en un colegio Británico, aquí ni frio hace -Pase mis ojos en él. Me detuve, eche mis cosas al piso y me quite la sudadera que mi madre me compro y la metí dentro de una de las mochilas y me las volví a colgar a los hombros.
-Pues no lo sé, ya te dije que lo acabo de conocer.
-Ya. Tranquilo, relájate. Seguro que Albish aparece en cualquier momento.
Me obligaba a mi mismo en creer que Albish ya estaba instalado en su dormitorio. ¿Por qué no se me ocurrió buscar su nombre en la pizarra? No tenía porque desesperarme, él aparecería en cualquier momento, al menos tenía de plazo él tiempo en que tardaría en encontrar mi habitación e instalarme, si no aparecía en la próxima media hora activaría una alerta Amber para iniciar un brigada de búsqueda, reportaría a mi novio como desaparecido, y llamaría a la policía. Porque eso significaría que de alguna manera, le sucedió algo las veinticuatro horas anteriores al día de hoy, él no se comunico conmigo, pero estaba seguro de que el vendría otra vez a la escuela, y si no estaba, Padre pudo secuestrarlo, o cualquier otro maldito que estaba en contra de él.
Recorrí la mirada hacia los montoncitos de gente que se encontraban en la fila de bancas bajo los árboles por el camino nuevo que conducía a los edificios y de pronto lo vi, estaba seguro que era él. Respire muy profundo cuando sentí que la sangre abandonaba mi rostro, mi corazón latía mucho más rápido de normal y las rodillas me temblaron mientras seguía caminado a ciegas.
No esperaba que él estuviera aquí. Tenía tantas ganas de verlo, de una manera distinta a como lo hacía en mis pesadillas, aunque estaba consciente de que él no me recordaba. Me bastaba con verlo, con saber que él estaba bien, o al menos no tan mal para yo no sentirme así con todo esto. Había sido una suerte que las bombas estuvieran en sitios como los pasillos de contenedores, las cajas que usaban como cuartos sucios repletos de cosas. El túnel que llevaba a las Jaulas donde nos encerraron, los pasadizos hacia la salida. Porque el resultado hubiera sido bien diferente si las bombas hubieran estado en la zona abierta del patio donde él y yo nos encontrábamos.
Sentí como el pecho me estrujaba las entrañas y la agonía se apoderaba de mi. Me rodeé el cuerpo con el brazo y respire hondo. Kyle estaba sentado en una de las bancas con las manos sobre las piernas, la espalda recta pegada al respaldo de la banca metálica con la mirada perdida en el infinito.
-Es Kyle -solté un suspiro tan bajo que apenas lo pude escuchar.
- ¡¿Qué?! -preguntó Samuel dándose cuenta que me quede parado un par de pasos detrás de él.
Atravesé la jardinera de un salto, pase hacia la fila de bancas. No estaba seguro de si era una buena idea ir a hablar con él, no sabía que era, ni quién era. Lo que le provocaría o lo que sucedería si no me recordaba, que eso era lo más seguro. Pero de todas maneras no me importo por que cuando me di cuenta estaba a unos metros de la banca donde estaba sentado.
- ¿Que crees que haces? -Zarth apareció de pronto, me sujeto del brazo lo suficientemente fuerte para detenerme.
-Si, a mí también me da gusto verte -respondí intentando liberarme de su mano que me apretaba. Lo mire con el ceño fruncido, ¿de que me había perdido?
-Pues a mí no me da gusto verte, así que será mejor que te marches -Me ordenó de mala gana. Estaba enfurecido.
- ¿Qué sucede? -Samuel apareció detrás de mi- ¿Por qué no lo dejas?
-Esto no es asunto tuyo, Sammy. Mejor vete y llévate a tu amigo.
Analicé un momento su mirada histérica, lo empuje lejos de mi con mi otra mano. Solté mis maletas por ahí.
-Tú no tienes ningún derecho a negarme hablar con él -Estaba molesto.
-Tú no tienes derecho a decirme lo que debo hacer -volvió a sujetarme.
Samuel se acerco y lo tomo del brazo para que me soltara. Luche por liberarme una vez mas pero Zarth empujo a Samuel fuera de nosotros, luego me tomo a mi por el cuello de mi playera y me empujo al borde de la jardinera. Sentí un golpazo en la cabeza cuando choque con el tronco del árbol que sobre salía. Sus ojos parecían que intentaban salir de sus orbitas, apretó la mandíbula. Puse mis manos en su pecho para alejarlo de mi.
-No te le acerques -dijo lleno de rabia-. Te lo advierto.
- ¿Qué diablos te ocurre? -respondí mientras el malestar me dolía. Apreté la mandíbula furioso. Empujé a Zarth lejos de mi, salió disparado hacia atrás, Samuel se coloco entre los dos con las manos hacia los costados.
- ¡Basta! -Grito-. ¿Qué les pasa a ambos?
Me incorpore y entorné los ojos, sentí que me temblaban los labios. Respire una vez más para que no me fuera a dar un colapso y me prepare para moverme. Él no podía prohibirme ir a ver a mi amigo. Las cosas jamás volverían a ser las mismas entre él y yo, lo peor era que deseaba con tantas ganas darle un buen golpe por idiota y por ser un hijo de puta.
Di un paso hacia la banca que me parecía más lejana cada vez. No me importó nada y me acerque a él. Me quede de pie frente a Kyle, sus ojos se entrecerraron y sus labios se movieron, pero no pude escuchar nada. Kyle se puso de pie, me analizo con la mirada. Lo envolví con los brazos con  fuerza. Se quedo quieto, no intento alejarme. Luego sentí sus brazos envolverme y sus manos se movieron por mi espalda lentamente, sentí su aliento en mi cuello y se quejo. Puse mis manos en su cabeza y enrede mis dedos en su cabello.
-Estas bien -susurre contra su cuello.
-Se que te conozco, pero no logro recordarte -respondió.
De pronto, Zarth me alejo de su amigo con brusquedad. Me hice hacia atrás y lo filme con la mirada. Comenzaba a irritar me.
-¡Diablos! Te dije que no te le acercaras, no sabes lo que puedes provocar -me grito enfurecido.
-Solo quería verlo -agite la cabeza-. ¿Es tan difícil de entenderlo?
-Después de lo que le hiciste, tu le provocas te eso, no te sientes mal -sus ojos me acusaban.
Una punzada me atacó. Me relajé un poco y me acerque despacio hacia Kyle. Sus ojos me analizaron despacio, me recorrieron un montón de veces.
-Kyle, soy Jonathan, solo quería saludarte. Me da mucha alegría verte de nuevo -le dije.
Zarth volvió a acercarse a mi.
-¡Maldita sea! - le dedique una mirada furtiva.
Recogí mis cosas del suelo y volví a encaminar me. Seguí por la fila de bancas hacia la parte donde estaban los edificios de los dormitorios.
No fue una buena idea ir a ver a Kyle después de todo. Lo primero que estaba deseando, y lo primero que pasa, no quería problemas con nadie, Ben no estaba. Pero veo que después de todo, Zarth y yo no nos llevaremos bien de hoy en adelante, una parte de mí, lo odiaba y la otra aun sentía alguna clase de aprecio, después de todo era un amigo, era el amigo de mi novio. Y me parecía que se había aprovechado de la situación de Kyle para entrar en su vida de una nueva manera, mientras no recuperara la memoria, el podría encajarle las garras lentamente para que Kyle volviera a estar con él.
Samuel me alcanzó. Caminamos hacia los edificios. Había una parte de dormitorios nuevos, busque entre los anuncios el número Dos, era el edificio de la orilla al final del camino en donde me encontraba. Samuel se fue al edificio Tres. El estaría solo en la Jardinería, Mike no estaba, ni tampoco Kyle, ni mucho menos Jasón. Me pregunté el motivo por el cual Kyle estaría aquí en la escuela, aun no estaba en condiciones de regresar. Me sentía un tanto mal, por lo que paso con Zarth, lo que hice frente a Kyle, espero que eso no sea nada malo para mis recuerdos, o sus recuerdos de mi.
Me pase dentro del Edificio, era un tanto parecido al anterior. Había una sala de recreación con sofás, mesa, sillas. Un mueble con una pantalla, una consola de Xbox, dos pares de palancas. Un librero con cajas de juegos de mesas, la única diferencia era que, tenía tres pisos, el baño estaba en la planta baja, tenia regaderas y vestidores. Las camas no eran literas, o al menos no lo veía todavía porque las habitaciones eran separadas, tenían puertas. Busque la habitación seis, estaba al final del pasillo junto a la puerta del baño.
Abrí despacio, la luz iluminaba la habitación, había una figura al centro de la ventana al fondo de la amplia habitación. La figura se oscurecía por la luz, pero ni corazón de agitó a verlo.
Un alivio me recorrió con un escalofrió. Sentí como si un peso se hubiera levantado de mi, era una sorpresa tenerlo en mi habitación. Me acerque lentamente, tire las cosas por enésima vez al suelo durante mi trayecto hasta él, me detuve un poco para ver si realmente se trataba de mi novio, pero de verdad era él. Pase mis manos alrededor de él y lo abrace desde el estómago, me pegue a su espalda y deje caer mi cabeza encima de su cuello. Su piel era cálida, se quedo quieto y suspiro profundamente.

QUÉDATE CONMIGO© #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora