VEINTISIETE

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Eran casi las siete de la noche cuando los chicos se marcharon. Los despedí hasta la acera y espere a que girarán en la calle. Había resultado una sorpresa de verdad, y más la conversación de Kyle. Me sentía extraño pensar una vez más en abrirle paso a la sensación de extrañar a Albish. Porque de verdad la sentía, más no quería dejarla salir por que no estaba seguro que como iba a reaccionar.
Esa última vez que estuvimos juntos, fue de verdad una muy buena. Me dolía pensar en que pudiera tenerlo conmigo una vez más, aunque de verdad quería hablar con el.
Había dejado de llover y el cielo tenía un brillo muy extraño, quizá caería nieve, o saldría el sol al día siguiente. Aunque el frío era muy penetrante.
También pensaba en Brayden, y en la idea de hablar con él, al menos para saber si estaba bien. Realmente no quería estar mal con él, me importaba más de lo quería admitir.
Me encamine hasta la entrada de su casa y llame a la puerta. Paso un rato hasta que la puerta se abrió despacio.
Estaba de pie y me miró, la expresión sin ganas y los labios como una línea delgada.
-Hola, ¿puedo pasar? -le pregunte.
No respondió nada y dejo la puerta abierta mientras se daba la vuelta.
Camine dentro de la casa, la luz estaba apagada y se iluminaba con el televisor.
Cerré detrás de mi y me quedé de pie. Se tiro en el sofá. Estaba descalzo, con pantalones cortos y una sudadera.
Me acerque despacio hasta él y me senté a su lado.
Miraba un programa de competencias, pero el volumen estaba demasiado bajo.
Le miré por el rabillo del ojo, luego me volví.
-No quiero estar así contigo -le dije.
-¿Así como? -respondió irritado.
Puse los ojos en blanco, estire mi brazo y lo tome por la barbilla para que me mirara. Sus ojos me miraron sin expresión. Recorrí su rostro, con las marcas en el, los moretones y las puntadas.
-No te puedo odiar, no te odio. Te necesito, como el Brayden que...
-¿El que te beso? -sonrió de manera sombría-. Ese Brayden es débil, no puedo ser débil, tu me volviste débil.
-No, este es el Brayden débil, el que prefiere estar detrás de esa máscara, alejando a todos para no dejar salir lo que realmente sientes, eso es lo que te hace débil.
Sus ojos de volvieron hostiles.
-No necesito que vengas a decirme eso, no necesito...
-Brayden, no estas solo. Yo siempre voy a estar para ti. Lo que sucedió en la escuela, no fue nada, y se que lo hiciste para protegerme -su mano tomó la mía que estaba en su barbilla, y la alejo, me aferre a esta con fuerza-. De verdad, nunca te odiaría. No hagas esto otra vez, no te encierres en esa burbuja de odio hacia todo.
-Será mejor que te vayas -me ordenó. Se puso de pie y se acercó a la puerta. La abrió con brusquedad. Me puse de pie y me encamine fuera de la casa, cerró detrás de mi.
Camine hasta casa y mire la hora, mamá llegaría en cualquier momento a presentarme a quienquiera que sea.
Me enfunde en una camisa y pantalón negro. Me calce con zapatos de vestir y luego fui a arreglarme el cabello. Me espere sentado en el sofá y pensando en los que me acababa de decir. ¿Cuál era su idea de debilidad? Estar sentado ahí odiando se el mismo a todo, detonando la mala actitud y quedándose en la burbuja como al principio.
Escuche el sonido de la camioneta en la entrada, mire atento a la puerta mientras había una conversación que apenas se escucha.
La puerta se abrió y ni madre me miró, estaba con la sonrisa de oreja a oreja y luego camino mientras un hombre la seguía . Se detuvo a cerrar detrás de él y luego me miro.
Mi mamá se acercó hasta mi y me hizo una seña. Me puse de pie sin quitarle la mirada al hombre.
Era de complexión mediana, de jeans y camisa a cuadros. Cabello negro, delgado. Tal vez de unos treinta.
-Jonathan, el es Mark. Estoy saliendo con él desde hace unos meses -Fruncí el entrecejo.
No me lo esperaba. De verdad que no me lo esperaba.
El hombre se acercó con la sonrisa de miedo y tomo mi mano con fuerza, estaba un poco fuera de mi y de lo que sucedía.
-Mucho gusto, Jonathan. Estaba ansioso por conocerte -me soltó.
Asentí despacio. Estas cosas no se hacen así, por lo menos me hubiera dicho que me iba presentar a su novio. O algo.
Me libere de su mano y luego regrese la mirada a mi madre.
-Que bien -es todo lo que pude decir.
Mi madre se encamino hasta el comedor y saco las charolas de comida china de las bolsas.
-Estabas fuera, ¿cierto? Estudiando.¿Que tal? -pregunto.
-Hum. Bien. Si, estaba fuera estudiando, o al menos que me haya perdido de algo -respondí.
-¡Jonathan! -aprendió mi madre.
-No te preocupes, es normal. Yo actúe de la misma manera cuando mi madre me presento a su novio. Yo actúe peor -dijo con una risita.
Camine hasta la cocina e hice como que buscaba algo.
Mi madre entró detras de mi.
Tome una bocanada de aire e intente tomar mis pensamientos para luego, ser carismático y sonreír.
-Jonathan, al menos podrías actuar como si...
-Pudiste decirme que salías con alguien, es una sorpresa.
-Si, bueno, ayer no me diste oportunidad, hablando de Albish y todo eso -tomo los platos y los cubiertos.
Salió de regreso y yo detrás de ella. Me acomode en un sitio y me serví un poco de pasta y pollo. Luego mire como él se servía a mi madre y a él. Luego se sentaron juntos y frente a mi.
-¿Estás emocionado por la excursión? -me pregunto Mark.
-Claro -sonreí de más-. Una navidad fuera de casa, en la montaña. Me hace mucha ilusión.
Mamá me dedico una miradita.
-¿Como se conocieron? -les pregunte.
-Mark es nuevo en la empresa, así que lo pusieron a mi cargo. Salimos un día por un café y...
-Me cautivo por completo, siempre había estado muy ocupado y distante de esa parte de la vida. Luego la conocí y lo sentí, nunca antes lo había sentido, así que supe que era la indicada.
Ella se echo a reír con gracia y le dio una palmada en la espalda.
-Ya veo -dije y sonreí.
-¿Que tal estuvo tu día? -me pregunto.
-Salí por la mañana a explora el bosque, ¿sabías que hay un lago a unos metros de aquí? Cuando estaba de vuelta, Samuel me vino a visitar, Kyle venía con él. Recuperó la memoria por completo y charlamos un rato de Albish y de Brayden, y me dio algunos consejos -Mire mi plato mientras hablaba.
-¿Que clase de consejos? -pregunto con el tono de sorpresa.
Levante la mirada.
-Pues que debería hablar con Albish, y arreglar las cosas. También me dijo que lo que sucedió en mar debía significar algo entre los dos...
-¿Hablaste con Brayden? -inquirió.
-Si. Pero me echo de su casa cuando le dije algunas cosas.
-Brayden es el hijo mayor de Maggie, ha estado muy mal. Ella se divorcio y él no lo tomó tan bien -le explico a Mark-. ¿Que clase de cosas le dijiste para que te echará de su casa?
-¡Yo no soy el malo en esto! -repuse-. Si estuvieras consciente de que fue lo que sucedió entre nosotros, quizá, sería un poco más...
-Entonces dímelo -repuso.
-Creo que esa es una conversación para después -dijo Mark.
-Si, ehmm. No tengo mucho hambre -Tome mi plato y me puse de pie.
Fui hasta la cocina y dejé el plato en la barra, luego salí por la otra entrada de la cocina hasta las escaleras y me eche a correr, me metí a mí cuarto y cerre.
No me sentía bien estado ahí, y mi madre creía de verdad que yo era el malo. Ella dijo que sabía lo que le sucedió a Brayden antes de venir aquí, pero no sabia la historia real y mucho menos Maggie la sabia.
Nos besamos, aunque pensándolo bien, ya lo había besado deseando besar a Albish aquella noche en la playa. Analizando las cosas y los eventos. Albish seguía presente en mi, y besar a Brayden era una sensación muy diferente.
Kyle me había dicho muchas cosas, y algunas me hacían sentir mal y bien, pero no estaba seguro de que hacer. Brayden se empeñaba en retroceder. Estar lejos de aquí le había ayudado por un tiempo, pero yo estaba seguro que volver aquí lo ponía mal.
Luego de casi una hora, estaba dormitando envuelto en la sabana y mi madre entró a la habitación.
-Hijo -se sentó en la orilla de la cama.
Me volví despacio a ella y abrí los ojos despacio.
-Dime, ¿porqué tenemos que estar discutiendo? -pregunto.
-¿Crees que lo hago a propósito? -Fruncí el entrecejo.
-No, pero algo te está molestando y necesito saber que sucede.
Me incorporé sobre codos y me recargue.
-Mamá, le pediste a Albish que terminará conmigo. Yo estaba dispuesto a luchar para que quien fuera que estuviera detrás de nosotros no se saliera con la suya. Pero él se alejo, cambió de trabajo y yo fui quien termino las cosas. Si Albish no hubiera decidido llamarte, si tu no le hubieras dicho nada... -hice una pausa-. ¿Cuál es la historia que sabes sobre Brayden?
-Su padre es policía, y se topo con alguien peligroso, llegaron a su casa y Brayden los confrontó, salvo a su familia y mato a su mejor amigo que entró a la casa en ese momento -respondió y analizo mi expresión.
-Brayden y yo no nos llevábamos bien al principio y tu estabas consciente de eso. El día que termine con Albish, alguien me atacó, huí, pero, estaba un poco desorientado, acababa de terminar con él y me sentía mal. Me caí y perdí el conocimiento. Brayden me ayudo y me saco de ahí, pero yo no quería estar cerca de él, me caía mal. Tenía esa actitud, miles de facetas, un día era amable otro era tu peor enemigo y hacia bromas fastidiosas -expliqué-. Otra noche, me atacaron de nuevo y me eche a correr, me lo encontré en el patio y le pedí que me acompañara hasta mi habitación y se quedo esa noche conmigo. Le conté un poco acerca de lo que pase con Albish en Mar. Con los días, hablaba un poco más con él y una vez intento contarme sobre él, pero era como si hubiera enloquecido, se fue y no lo vi después de dos días, entro a mi cuarto por la noche y empezó a decirme que el había matado e intente calmarlo, se quedó conmigo y luego ese día me contó la historia: Brayden estaba enamorado de su mejor amigo, Ryan, y ala vez, salía con una chica, a la cual también amaba, a la chica la mataron en un problema con sujetos peligrosos y fueron a buscar lo a él a su casa, no a su padre, cuando el llegó tomó el arma y los mato, pero también a Ryan, a quien amaba...
-¡Dios mío! -soltó-.¿Te atacaron y nadie me dijo nada?
-Fue un par de veces, Carter, el director, lo sabía. Estuvimos hablando unas veces, aunque también creíamos que eran los mismo que atacaron a Brayden.
Me deshice de las sábanas y me acomode a su lado.
-El problema es mucho mayor, entonces. ¿Maggie no sabe de eso?
-Nadie lo sabe, me lo contó a mi. Nunca lo había sacado de sí, era como si viviera en su burbuja, de odio, odiandose a él, a todo, incluso a la misma vida. Después de eso, actuó diferente, como si fuera el mismo, como si fuera feliz otra vez. Hasta que sucedió lo de Jackson...
-Conozco los detalles, aún que no estaba muy enterada del resto.
Le explique lo que había ocurrido, con el grupo de chicos que, Brayden siendo amenazado y lo que sucedió entre el el y yo, en el comedor. La golpiza que le dieron a él.
-¿Por que te echo de su casa? -pregunto.
-Le dije que no debía estar así, que me gustaba esa parte de él, pero el cree que estando así es ser fuerte, y el Brayden que me beso es el débil -Suspiré.
-Lo siento mucho. Creí que alejarte de Albish era lo correcto, pero, fueron demasiadas cosas las que te sucedieron. Brayden tiene demasiados problemas, ahora que me contaste toda la historia, estoy consciente que mato a su mejor amigo... Y a su novio. Pero, su novia también murió, se siente culpable por eso y por lo que te dijo. Debería ir a hablar con Maggie...
-No, no hagas, él me odiaría por eso, no se lo ha dicho a nadie -repuse.
-Si, pero Brayden necesita ayuda.
-Si, pero, no le digas nada de lo que te dije, solo...
-Jonathan, será mejor que descanses. Yo me encargaré de esto con ella, voy a omitir las partes obvias, pero, no te prometo nada -se puso de pie se encamino directamente a la puerta y cerró detrás de ella.
Una parte de mi se arrepentía de haberle contado a mamá. Aunque también me sentía aliviado, mamá siempre había sido muy accesible y entendía perfectamente a la primera, siempre tenía facilidad de palabras y de verdad creo que Brayden si necesitaba ayuda.

QUÉDATE CONMIGO© #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora