CUATRO

202 19 1
                                    

Cuando el sol se asomo por la ventana, y comencé a percibir los sonidos de la mañana escolar. Supe que era momento de levantarme. Deje que mis ojos se acostumbraran a la luz brillante de la ventana abierta, me acomode apoyándome con las codos, Albish dormia con suavidad a mi lado, su rostro perfecto era tranquilo, sin nada que lo despertará. Parece que las cosas suceden a la inversa, él, anteriormente sufría de pesadillas constantes que lo hacían terminar bajo el chorro de las regaderas, despertaba gritando. Ahora, yo soy el que sufre de pesadillas, con la gran diferencia que lo tengo junto a mi para que me tranquilice. Tomé su rostro perfecto entre mis manos, y sentí su calor, acerque mis labios despacio hacia los suyos y lo besé. Sus ojos se abrieron de sopetón y sentí su mano sobre mi cabeza, empujó con fuerza hacia él y su lengua acarició la mía y un escalofrío me recorrió..
Una vez más, me detuve en seco. Me apeé del colchón y lo cruce de un salto.
Camine al mueble donde busque entre la ropa que tenía guardada en los cajones, esta ocasión no nos proporcionaron un uniforme de clases como la vez pasada. Por un momento me preocupe de no haber traído más cambios de ropa para todo los días de clases. Me quite la camiseta y me puse una playera color negro con estampado y pantalones de mezclilla azul claro, lisos sin ningún tipo de adornos. Me puse el calzado.
Albish se vistió sin despegarme la mirada, yo le copie y lo mire despacio mientras se pasaba la playera por el cuerpo musculado, se subió los pantalones como si intentará provocarme.
Metí libretas a la mochila nueva que me compro mi madre.
Salimos al pasillo mientras los demás chicos se amontonaban a la salida. Pasamos hacia las aulas y revise el horario: Español con Joseph Fitch. Le eche una mirada al croquis, los edificios de las aulas se dividen en cuatro, el salón de Español estaba en el último piso del edificio tres.
Albish me acompañó hasta el salón, y después se marchó a la clase de Biología.
Camine dentro en el salón, mire un poco y analice el asiento que quería tomar, la mayoría, estaba ocupados. Recorrí con la mirada la fila de asientos delante de mi y vi a Brayden sentado en el asiento de la esquina derecha junto a la ventana. Tenía los audífonos puestos y golpeaba el borde de la mesa con la pluma como si se tratara de una batería.
Decidí sentarme en la parte delantera, pero no hasta delante, un lugar detrás de tres lugares de adelante. Puse la mochila en el respaldo.
Me pregunté que tendría que estar haciendo él en esta clase, por que no es clase de primer grado, la mayoría de los chicos ya estaban aquí antes que yo, a no ser que le hayan revalidado las materias de su antigua escuela, más bien como si hubiera sido transferido.
No había hablado con él desde el comedor. Pero me parecía que estaba bien no hacerlo. Zarth ya no me importaba, ahora que se había peleado con Albish, no me importaba lo que sucediera con el hasta que lo viera en la Huerta en unas horas, seguro que se armaria la gorda. Sin mencionar que tendremos la visita de unos cuantos chicos de prueba para el reclutamiento.
Cuando el profesor, Joseph, entro al salón y dejo sus cosas en el escritorio. Se acercó a la pizarra y escribió su nombre, estaba seguro que todos sabíamos su nombre por el simple hecho de que estaba impreso en el horario que todo mundo recibió.
-Muy buenos días -comenzó. Al menos tenia una voz firme y fuerte-. Necesito conocerlos, así que deberían presentarse.
Mire la fila que señalaba, la primera frente a él. Donde Brayden estaba sentado. El primer chico se puso de pie y miró a todos.
-¿Cuál es tu nombre? ¿Tu edad? ¿Que te motiva día a día?
El chico se puso colorado y luego dijo en voz baja.
-Soy Abraham Robertson, tengo dieciocho y creo que me motiva saber que... Creo en todo lo que hago, soy seguro de lo quiero.
-Esa no es la respuesta que esperaba, pero la voy a aceptar. El siguiente - mire al siguiente chico y le eche una ojeada a Brayden, teniendo el auricular su oído izquierdo puesto, y del otro no para que no lo descubrieran.
Escuche a los otros chicos detrás del primero, yo solo esperaba el momento en que fuera el turno de Brayden y saber cual es su motivación día a día, el tiene aire de rudeza y parece muy reservado.
Cuando fue su turno, se puso de pie y miró al frente con el entrecejo fruncido, se rascó la mejilla con un dedo y comenzo:
-Mi nombre es Brayden Henderson, tengo dieciocho y no tengo ninguna motivación día a día - lo dijo con tono burlón.
-Esa no es una respuesta - el profesor sonrió irritado.
-Claro que lo es, solo que todos ustedes necesitan siempre de una porque para justificar todo.
-Señor Henderson, es el primer día ¿ya se canso tan pronto? - El profesor no parecía detenerse, a pesar de que era un profesor de nuevo ingreso.
-Como sea, yo ya respondí -Brayden regreso a su lugar, se cruzó de brazos.
El profesor continuo con los demás chicos, comenzó con un breve repaso de lo que debimos y vimos el semestre pasado en las de español, luego nos paso el programa de estudio, forma de calificar y todas esas cosas aburridas del primer día de clases. Pase todo a la libreta. Después de que la campana sonó, me levante de mi sitio con la mochila al hombro. Albish me esperaba fuera del aula con las manos sobre la barandilla del pasillo. Caminamos juntos en dirección a mi siguiente clase. Supongo que debía ser demasiado agotador para Albish el salir de su clase, venir a buscarme y caminar hasta mi siguiente clase y después volver a su salón a tiempo.
Revisé el horario y seguía Estadística con el profesor Philips, el salón quedaba en la primera planta del difícil dos, Albish entro conmigo al salón y se sentó a mi lado en las mesas dobles.
-¿Tienes clases aquí? -pregunté sabiendo la respuesta.
-La vez pasada compartimos Matemáticas, es lo mismo - me dedico una amplia sonrisa, tomó mi mano por debajo de la mesa.
Una punzada de dolor me dio tirones en el pecho cuando recordé la terrible y extraña pesadilla que tuve esa noche. También me hizo recordar lo que hice para salvar a los chicos en la Fortaleza, estaba claro que nunca en la vida pasaría página de todo, incluido a mi padre.
Una vez más, las presentaciones con los chicos nuevos, para mi sorpresa, Brayden estaba sentado en la orilla contraria a la última vez. Solo dijo su nombre, se veía demasiado frustrado para decir algo más. El profesor nos dio el programa de estudio, y formar de evaluar. Una breve introducción al mundo de la Estadística.
En el almuerzo, nos dirigimos al comedor. Tomamos nuestras charolas y nos servimos de la barra. Pasamos a la mesa donde estaban Samuel y Dan en una de ellas, había otro par de chicos.
Albish me miró dudando si debíamos ir a esa mesa o comer en otro lugar mucho más privado. Yo no dije nada, mi respuesta fue seguir caminando a la mesa.
-Hola, chicos. ¿Cómo les va en su primer día? -grito Samuel al acercarnos.
-Hola, Sammy. Muy bien, ¿como te va a ti? -respondí.
Coloque la charola en la mesa y me senté. Albish la colocó despacio junto a mi y se sentó, una de sus manos se acomodo en mi pierna y la dejo quieta ahí.
-Hola, Dan. ¿Como te va?
-Genial, ya tengo amigos, en menos de un día, ellos son Matt y David -señaló a los chicos de la mesa, uno era de cabello rubio rizado y el otro de cabello negro. Ambos eran muy jóvenes como Dan.
-Mucho gusto -respondí.
Le di un trago a mi Coca-Cola y seguí comíendo.
A unas cuantas mesas a la derecha, Zarth estaba sentado con otros cuatro chicos. También rebusque a Brayden entre el gentío, pero no estaba por ningún lado.
-¿Quién era el chico a quien veías en la clase de Philips? - Albish interrumpió mi búsqueda y lo mire a los ojos.
-Se llama Brayden, y si, también estuvo en mi primera clase.
-¿De dónde conoces a ese chico? -sus ojos me inspeccionaron.
-Lo conocí el último día antes de venir a aquí, se acaba de mudar, es hermano de Molly, yo no lo sabía -le explique-. No es de mi agrado.
-¿La pequeña Molly?
-Si. Mi madre y la suya conspiraron para que viniera a esta escuela. Tienes muchos problemas, según lo que escuche, así que me pidieron que le echará un ojo -Fruncí el ceño-. ¿Estas celoso?
-Si, me muero de los celos, Jonathan -hizo una mueca.
Seguí comiendo lo restante de la charola. Dan y sus nuevos amigos estaban en una conversación sobre la profesora de Historia del mundo, al parecer los equipos establecidos para el primer Parcial no era lo bastante agradables para trabajar de forma adecuada, a mí me parecía que no podía quejarse en su primer día de clases cuando ni siquiera se habian puesto a trabajar.
Regresamos a las clases al final del almuerzo, descubrí lo que me temía: Brayden estaba en todas mis clases. Compartíamos el mismo horario, y lo peor era que estaba dentro de mi equipo de voleibol en educación física.
Al menos ya habia pasado el horario aburrido escolar del primer día. Me encontré con Albish que me esperaba sentado en una de las bancas metálicas en el camino a la Huerta.
Habían extendido la casita, pintaron los muros y agregaron más ventanas. Los campos de cultivos estaban cubiertos de maleza, a lo lejos se veía la arboleda repleta de hierba y maleza crecida que tapizaba los caminos hacia ese lugar.
Albish abrió la nueva puerta, dentro, había una estantería, una pequeña bodega. Un perchero donde estaban nuestros uniformes. Las mesas eran más grandes y firmes, las sillas acomodadas y olía a limpio.
-Al menos hay algo bueno de todo esto - dijo Albish en voz baja.
-Si, seguro -deje salir.
Su mano tomo mi barbilla y levanto mi rostro, sus ojos grises me miraron y curvo los labios para hacer una sonrisa.
-Tenemos mucho trabajo.
-¿Y Zarth?
-Creo que no va a venir.
-¿Y eso porque? -volví a dejar salir a pesar de que ya sabía la respuesta. Pero me parecía muy infantil.
Albish se alejo y se fue por nuestros uniforme, me tendió uno de ellos y luego se dirigió a la puerta, la cerro con llave desde dentro y regreso a mi lado.
Se paso la playera por encima de la cabeza y la arrojó a la mesa. Lo miré con una sonrisa, y el me miraba de forma atrevida, se paso una mano por el pecho, descendió despacio hasta su ombligo, se llevó ambos manos al cinturón.
Yo me quite la ropa, sin dejar de ver su actuación, demasiado increíble para no prestarle atención. Se bajo los pantalones moviendo las caderas. Sus manos pasaron por sus grandes piernas y me miró.
-¿Acaso tratas de seducirme? -pregunté.
-No, tú eres el pervertido que no deja de mirarme.
Me eche a reír a carcajadas, tire la playera en una de las sillas y me acerque a él de un salto, lo tome de la cabeza y lo pegue a mis labios.
De pronto, alguien llamo a la puerta.
Salí disparado, me quite el pantalón y me coloque el uniforme: pantalones cafés, camisa y una chaqueta. Me calce las botas industriales.
Albish fue a abrir la puerta mientras acomodaba la ropa en el perchero. Me asome un poco a ver que sucedía. Vi a uno de los hombres charlando con Albish y a un grupo de chicos de pie, seguro se trataba del primer grupo para reclutamiento.
Después de un momento, salí con Albish a fuera y mire a los chicos.
Nos dividimos los chicos en dos grupos, el se quedo en los campos y yo me lleve a mi grupo a la Arboleda. Me sentía extraño, yo anteriormente era el novato, Zarth se encargó de mi el primer día que trabaje en la Huerta. Y ahora tengo que instruir a los nuevos.
Comenzamos a quitar la maleza que se extendía en todas direcciones, la amontonamos en un apartado, cortamos las malas hierbas que no se podían quitar con las manos, lo bueno era que había un equipo nuevo completo de herramientas de trabajo, protectores y uniformes nuevos en la bodega.
Podamos los árboles y quitamos ramas secas, pasamos la manguera para regar. Después, nos fuimos de vuelta a la casa y Albish fue por una jarra de agua.
Al menos Albish ya no era tan huraño, o al menos me quedaba claro que lo fue conmigo, pero, también sentía que gracias a mi, ya no sentía tanto esa inseguridad.
Cuando terminó la hora de trabajo, nos fuimos al edificio.
Me metí a la habitación y me quite el uniforme, tome ropa interior y salí de regreso al pasillo para meterme a bañar. Albish ya estaba dentro, deje las cosas en una de las bancas y en el perchero. Lo ubique en una de las regaderas, no preste atención al otro montón de chicos que estaba dentro de las regaderas.
Albish termino pronto, o más bien lo hizo por que entro antes que yo. Me quede solo en las regaderas, me envuelvo en la toalla y fui a la banca por mis cosas, entonces lo vi.
Había una hoja de papel sobre mi ropa interior , la hoja estaba arrugada y lo bastante maltratada para darse cuenta de que había sido una bola de papel y fue extendida en mi ropa interior.
Una oleada de pánico me invadió y tome la hoja en mis manos:

Alejate de Albish. Por tu bien y el de él, estoy vigilandote. Espero que no creyeran que estabas a salvo...

Me quede helado, me deje caer en la banca con un dolor en el pecho, lo bastante fuerte como para que la agonía y el dolor se volviera un vacío que me comía las entrañas. Hice una bola con la hoja y la dejé a mi lado. Me vestí y camine al espejo con la bola en mi puño.
No quería pensar en lo que significaba, quizá lo sabía y debí de haberlo imaginado como la última vez. Otro Ben como un alumno MS esperando para hacernos daño.
¡Mierda! ¿Ahora que?

QUÉDATE CONMIGO© #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora