TREINTA Y CUATRO

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Albish se detuvo en una estación de servicio, a unos tres kilómetros de distancia del Motel.
Brayden se había alejado más de la cuenta en la camioneta y aunque estaba un poco frustrado, Albish tenía razón respecto al plan seguro y no ir a ciegas. Era más que arriesgado ir a encontrarnos con él, aunque, la verdad era que si podíamos acabar esto por completo, era lo mejor, no sólo para mi, incluso para él. Podíamos matar dos pájaros de un tiro, y si eso funcionaba para los dos, lo iba a aceptar.
Conocíamos los riesgos, y entre más los conocíamos, era mejor estar preparado.
Albish salió de la tienda, me paso una bolsa de papas luego, se recargo a mi lado sobre el vehículo.
-Brayden viene para acá, esta molesto por esto -me informo.
El sol pegaba directo sobre su rostro, sus ojos brillaban y me hacia sentir abrumado. En realidad, debía aceptar que él me daba confianza, dejando de lado lo que pasó los últimos días en la escuela, ahora, luego de unas semanas sin verlo, me sentía bien.
Se dio cuenta de mi mirada y solo sonrió.
De pronto, escuché el sonido de las ruedas sobre el pavimento. Luego la camioneta paso al lado del pequeño auto y se detuvo en seco. Detrás, un par de vehículos lo seguían.
Me volví de un salto tragando saliva y mirando como se bajaba de la camioneta. Albish camino unos pasos delante.
-¿Te vas a ir con él? -me pregunto con recelo.
Sus pasos fueros fuerte acercándose de manera amenazante hacia mi. Albish lo sujeto del hombro izquierdo y lo detuvo, Brayden sujeto su mano y la empujó fuera.
-Tranquilo -le dijo-. Escucha primero lo que vamos a hacer.
-No tengo nada que escuchar de ti -su mirada hostil se posó en la mía.
Apreté la mandíbula y lo fulmine de la misma manera.
-Albish tiene un plan -mi voz sonó demasiado baja.
-¡Yo tengo un plan! -me soltó de nuevo. Intenté caminar otra vez, Albish no se movió.
-Tu plan es arriesgado, pueden estar aquí mirándonos. Escucha lo que vamos a hacer -Albish mantuvo el tono calmado, aún con la cara de Brayden y la mirada retorcida.
-¡¿Vamos a hacer?! -soltó una risa-. ¿Desde cuando el "vamos" aplica aquí?
-Desde ahora, tu querías que te ayudara a mantener a Jonathan a salvo, y eso es lo que voy a hacer -le explico.
-¡Brayden, si no lo quieres escuchar a él, entonces escúchame a mi! -Me acerque hasta Albish, y luego hasta él. Lo tomé por el pecho empujándolo despacio hacia atrás. Chocó contra la camioneta, lo mantuve un momento ahí.
-Buscaremos a Brandon, mi padre, lo vamos a acorralar para que nos diga lo que está sucediendo, donde está mi madre, si lo atrapamos... -puso su dedo índice en mis labios.
-No quiero perderte, no quiero... Te estoy alejando de toda esta basura lo más que puedo para que estas bien. No se que fue lo que te dijo, no vayas con él -me dijo.
Sus ojos recorrieron mi rostro, sus ojos que se llenaban de lágrimas. Apretó los labios y luego se mordió el inferior.
-Se lo que intentas hacer, pero, evadiendo el problema no llegaremos a nada. No iremos solos, Albish tiene un equipo completo. Ven con nosotros -sujete su mano.
Los hombres surgieron a nuestro alrededor, uno de ellos era idéntico a Brayden, unos años por encima, grande. Nos echo una mirada al vernos de esa manera.
-No. Si te vas, hazlo de una vez... -se libero de mis manos y frunció el ceño.
-Brayden, no hagas...
-¡Vete al diablo! -agitó la cabeza-. No me digas que no haga esto, no lo digas por que lo voy hacer peor. Estoy intentando luchar con los malditos pensamientos, los malditos impulsos. La sensación de mandar a la mierda todo esto...
Me apreté el pecho, y esa sensación extraña de agonía me dolió, no sólo por esto. Quizá me arrepentiría más tarde, quizá, pero ahora estaba demasiado irritado, desesperado y aterrado. La idea de ver a mi madre me mataba despacio.
Albish se acercó hasta el padre de Brayden y él lo saludo.
-Zane Yancey, estas muy lejos de casa -le dijo.
-Lo se, Jonathan, él es de quien le hable. ¿Lo recuerda? -Albish me señaló-. Sobre lo que le hablamos de Mar, su madre es a quien se la llevaron. Iremos a buscar a Brandon -le explico.
Mire fijamente a ambos, parecía que se conocían.
-No hemos tenido rastro de nada, desde que salieron de su casa. Deberías llevarlo a Mar, estarán a salvo con la cuadrilla por allá -le dijo el hombre.
-Creemos que Brandon puede ayudarnos, si en realidad tiene bajo su poder la información sobre Strider, podemos hacer un intercambio -Albish sonaba confiado y era obvio que se conocían.
-Gracias por todo -le dije a Brayden.
-Adelante. Una de la patrulla te escoltara hasta Mar, hasta que estén seguros.
-Le agradezco, en verdad -Albish se despido apretando su mano.
-Más tarde me pasaré por allá -el hombre se acercó hasta Brayden.
Albish fue directo al auto y yo a mi sitio.
Hundí la cabeza en el respaldo del asiento, abroche mi cinturón de seguridad y mire el cristal.
El auto arranco, salió hacia la carretera de regreso a la Autopista, y no dije nada, ni él. El camino se hizo a nuestro silencio, y me agradaba demasiado que no me dijera nada. Sinceramente, me sentía mejor estar de esta manera. Tenía todas las emociones dentro de mi, las estaba guardando, y luchaba con mis ideas, las que​ daban vueltas y vueltas, una tras otra sin llegar a nada. Debía guardarme esta también, no tenía tiempo para pensar en lo que había pasado.
Simplemente me quede ahí, mirando los autos. El cielo azul libre de nubes, las montañas tan cercanas.

QUÉDATE CONMIGO© #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora