CATORCE

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Abrí los ojos despacio y me cegó los primeros indicios de luz del amanecer. Por un momento me sentí extraño e intente pensar donde me encontraba, estaba tan dormido como nunca lo había estado desde hace mucho tiempo, ni siquiera las pesadillas había atacado esta noche.
Recorrí la mirada por mi cuerpo medio cubierto por la sábanas y me volví hacia el colchón donde Brayden estaba durmiendo.
La espalda descubierta y la ropa interior oscura. Los ronquidos leves que soltaba me decían que estaba durmiendo muy bien.
De pronto, alguien llamó a la puerta, un ligero golpeteo en la madera.
Me quede un momento vacilando en que era muy temprano para que estuvieran tocando. Volvió el golpeteo y me puse de pie, me acomode la camiseta arrugada.
Abrí despacio y eche una mirada. Un escalofrío me recorrió la espalda y se me erizo la piel, sentí como la sangre abandonaba mi cuerpo e intente tomar una bocanada e aire, un mareo me tomo por sorpresa y me sujeto del marco.
Albish estaba de pie frente a mi, la marca de la barba estaba en su rostro perfecto, sus ojos grises me miraron fijamente. Hizo una media sonrisa a regañadientes.
-H-hola. Se que es muy temprano, solo pasaba a ver si te encontrabas bien -su voz recorrió mis oidos. Se aceleró mi corazón.
Asentí despacio y solo pude decir:
-Estoy bien.
-Ayer, no te vi en todo el día, tampoco los chicos supieron nada de ti. Y hoy quise asegurarme de que te encontraras bien, espero que no te moleste, es decir, se que han estado intentado hacer daño...
-Si, estoy bien, gracias.
Estaba totalmente confundido, a punto de un colapso general, me estaba costando tanto estar parado frente a él, me dolía el pecho y me invadían por acercarme a él, quería besarle y provocar su dulce sabor una vez más. Quería recorrer su cuerpo y sentir su calor. Su piel. Quería tenerlo una vez más conmigo.
Me mordí los labios ante ese deseo.
-Me sentí un poco mal, y no acudí a clases, ni a la Huerta. Pero estoy bien, gracias por venir hasta aquí.
-De acuerdo, nos... vemos luego.
Asentí y sonreí.
Cerré la puerta despacio y me senté en la orilla del colchón para recuperar el aliento y todo lo que ese chico me había robado con tan solo verlo y escucharlo hablar directamente conmigo.
-¿Quien era? -Brayden me sacó de mis cavilaciones y levante la mirada.
Se puso de pie repentinamente y camino hasta el mueble.
-Hum. Era Albish -Incluso sonó extraño de mi voz.
Saco la cajetilla de cigarros de uno de los cajones y luego se sentó sobre la orilla. Abrió la ventana y encendió el cigarro.
-¿Que quería? -repuso con un tono de indiferencia,pero luego me miro fijamente sin prestar mucha atención al encendido del cigarro.
-Quería saber si me encontraba bien. Le pareció extraño que faltara a clases.
-Hum -musito-. ¿Estás bien?
-Si -Asentí despacio. La verdad era que una oleada de nervios me había atacado, y me sentí muy raro.
-No me mientas, noto tu ansiedad. Pareciera que acabarás de ver un fantasma.
Apreté los labios y sacudí la cabeza.
Me encamine al mueble para vestirme. Saque ropa limpia y me enfundó en ella despacio.
-No esperaba verlo aquí. Es... Tenerlo frente a mi, verlo, escucharlo...
-¿Sabes cuanto daría por escucharlo una última vez? -inquirió.
Analice su expresión. Hizo una media sonrisa conforme soltaba el humo del cigarrillo. Me miro.
-Al menos, me alegra compartir esto contigo -dijo en voz tan baja que apenas alcance a escuchar-, olvida lo que dije.
Salto del mueble y se dejó el cigarrillo entre los labios. Saco unas cuantas prendas y se enfundó en ellas.
Esperé sobre el colchón hasta que termino de vestirse. El camino hacia la clase fue en silencio, me tire en mi lugar habitual, Brayden vaciló un momento antes de ir a su lugar, dio la vuelta y se tiro a mi costado en la fila de al lado.
-Necesito poner más atención, ya casi es el examen -soltó.
Me concentre en la clase de hoy, en Brayden, en su atraso evidente de apuntes, si es que su asistencia era casi perfecta, pero sus apuntes eran vacíos. Estaba en problemas.
A la siguiente clase, me quedé frío, literalmente. Albish me sonrió a regañadientes cuando pase a su lado. Le hice una media sonrisa y entre en pánico. Me tire en mi asiento, despacio. Una oleada de calor desde la cabeza hacia abajo, me recorrió. Sentí la cara roja. Mierda. Maldije en mi interior y evité todos los pensamiento que pude.
Cuando la campana sonó. Brayden me espero en el pasillo en dirección a las escaleras. Termine de anotar y metí todo a la mochila, luego lo vi de pie en su sitio acomodando sus cosas.
-Jonathan... -escuche su voz decir mi nombre.
Me detuve con el corazón en un puño y lo observé, apreté la mandíbula.
-Quería preguntarte, ¿puedo sentarme en la mesa? Realmente no quiero incomodar te -su voz me provocó un escalofrío.
Era demasiado débil, no podía disimularlo, tenia ese maldito impulso recorriendo me como fuego. Quería, deseaba tocarlo.
-Yo no tengo ningún problema, no es necesario que me preguntes... -dije con la voz temblorosa.
-De acuerdo.
Sonreí y continúe caminando.
Brayden soltaba miles de carcajadas y me miraba.
-¿Cual es el chiste? -dije con hostilidad.
-Te temblaban las piernas, y las manos parecían maracas, esperaba que cualquier momento te derritieras fulminado como una chica enamorada y por primera vez correspondida.
-No es gracioso. Eres un idiota... -Me sentí mal al decir la última palabra-. Lo siento.
-Ni si quiera me importa, ¿ahora que quería? -pregunto adquiriendo un tono más serio.
-Pregunto si podía sentarse en la mesa.
-Claro, esta buscando cualquier excusa para hablar contigo. Debes estar consiente de lo que significa.
Frunci el entrecejo y le di una hojeada a mi mente, pero no estabas seguro de a que se refería.
-No -dije-. No se que significa, ¿que significa?
-¡Mierda! -soltó.
Comenzó a moverse por el pasillo. Le seguí rápidamente pisando le los talones.
-¡Dime...!
-Es obvio, esta intentando tener cualquier tipo de relación, volver a entablar una conexión... Es decir, volver a tenerte cerca, aunque no de la misma manera que antes, pero una mínima. Debes estar consciente de eso...
-¿Eso es malo? -dije. No estaba seguro de mi respuesta. Lo primero que deduje fue que quería regresar conmigo.
-Depende, si tu estas abierto a volver con él, a volver a dejarlo entrar a tu vida de esa manera, o, sí no quieres volver con él, no puedes darle esperanza.
Lo miré , y analice su expresión deduciendo que quería burlarse de mi. Pero sus ojos no me decían nada.
-¿Estás consciente de lo que eso significa? -pregunte. Pero era realmente una pregunta para mi mismo.
-Tu eres el que debe estar consciente de eso. Mírame, anduve con dos personas a la vez -soltó una risita-. ¡Soy lo mejor de lo mejor!
Puse los ojos en blanco y le di un golpe en el hombro.
-Me sentí mal antes, pero, si eres un idiota -lo fulmine con la mirada.
-Si, ya lo sé, creí que haciendo chistes me sentiría mejor, pero no, ahora estoy cabreado -Entre cerro los ojos.
Me formé en la fila de la barra. Brayden se quede detrás de mi recargado en el muro. Pego su cabeza a mi espalda.
-Espero que no estés considerando regresar con él -me susurró al oído. El siseo me dio cosquillas.
-No estoy considerando nada, ni siquiera quiero pensar en eso, en nada en realidad.
Asomo su cabeza por un costado haciendo una mueca.
-Hum. Hubiera jurado que el "si", estaba quemando la lengua -soltó-. Parece que eres más fuerte de lo creía.
Puse los ojos en blanco y me moví en la fila.
-¿Y si le dijera que si? ¿Cuál es tu problema? -mi voz estaba enfurecida.
-¿Estás dispuesto a vivir esperando que las cosas se pongan feas y que te deje? Escucha, por mi puedes hacer lo que quieras, no te conozco, ni siquiera lo conozco a él, pero, lo que tú me contaste... No es lo que yo hubiera querido, ni para mi, ni...
Tome una charola, me serví del menú. Brayden guardo silencio y se sirvió. Espero que terminará y luego nos encaminamos a la mesa.
-Ven, vamos a esa mesa -le ordené.
Me siguió hasta una relación las mesas fuera del salón. Me tire despacio y sus ojos me analizaron.
-No tienes que preocuparte por mi, puedes sentarte con tus amigos -me dijo. Dejo si charola.
-Brayden, ¿puedo preguntarte algo? -dije mientras intentaba formular la pregunta de manera adecuada.
Asintió despacio y luego intento analizar mi rostro.
Aún no me había quedado claro el punto en que estaba, había tenido una experiencia con un chico y una chica, eso lo convertía en que, ¿gay? ¿Hetero? ¿Bisexual?
-Si en algún momento... -No encontraba la manera de preguntar de manera sutil-... ¿Eres gay? Es decir, ¿te enrrollarias con un chico?
Frunció el entrecejo y luego se mordió del labio de manera provocativa.
-Yo seria gay por ti -Su mirada Soltó una carcajada.
-Hablo en serio, Brayden.
Debería estar consciente de sus respuestas.
-No lo se, jamás había pensado en algo como eso. Es decir, con Ryan, era mi mejor amigo, es normal sentir algo por tu mejor amigo, aún sin hablar más allá de eso. Me sentí mal después de lo que hicimos. Pero también en mi interior... lo disfrute. Lo amaba. Quizá, si en algún momento, me diera la oportunidad y conociera a alguien, hombre o mujer, no me importaría. ¿Por qué hablamos de mi? -Se saco un botón de la camisa y se hizo para atrás. Traía el cabello oscuro despeinado con las puntas en todas direcciones, se lo alboroto.
-No lo se, quería saberlo. Es extraño, eres demasiado extraño, aun no me queda claro, cuando nos conocimos estabas...
-Me odiaba y odiaba a todos. Te odiaba a ti, no de ese modo, yo estaba tan envuelto en mi rabia con la vida que no me daba cuenta, no quería hacerlo. De camino acá, intenté llevar las cosas más tranquilas.
-Aquella noche en la que desapareciste,en verdad me preocupe. Pero luego todo el mundo estaba buscándote y me preocupe aún más, cuando te encontré en ese sitio inconsciente... -hizo una pausa y su ojos tenía un brillo muy extraño-. Me sentí bien conmigo,en ese pequeño instante sentí que había hecho algo bien después de tanto tiempo...
-Me ayudaste. Incluso tuviste que desvestirme, y yo te trate tan mal e incluso intente todo para que dejaras de molestar...
-Me lo merecía por cabrón y además, estabas muy mal como para soportar mis estupideces.
-Lo siento.
-Ahora que tu sabes lo que sucedió, y que yo se que alguien lo sabe, tengo un peso menos en mi, estoy controlando todo el odio que tengo en mi...
Se apoyo sobre la mesa. Y bajo la barbilla hasta esta.
-Tenemos una hora sin clase y luego un muro que terminar, ¿cierto? -dijo-. Al menos me alegro que sea contigo.
Le dedique una media sonrisa.

QUÉDATE CONMIGO© #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora