Después de tanto tiempo, seguía estando en mi. Olvidado, quizá. Pero que si podría salir en cualquier momento que él me provocará. En ese momento que me olvidé de lo que era para transformarme en lo que no había sido, pero el fuego ardía en mi y me hundía consumiéndose por mi piel.
Suspire y abrí los ojos despacio. La luz ya se filtraba por las ventanas y el calor bajo las sábanas me impedía despertar. Sus piernas enredadas con las mías y sintiendo sus masculinidad pegada a la mía. Mi cabeza estaba descansando sobre su pecho, su brazos aplastando me como si fuera a escapar de él en cualquier momento. Sus ronquidos me decía lo dormido que estaba y que no podía despertarlo, pero no quería hacerlo por que sinceramente me sentía tan bien.
Su piel con la mía como una misma, y siempre creí que sus brazos eran a la media para estar entre ellos. Lo sentía desde el momento en que supe que lo amaba.
No estaba seguro de cuanto iba a durar, quizás es temporal, y si yo quería quedarme con él esta vez.
Los ronquidos se fueron y levante la mirada, sus ojos abiertos miraban al techo y sus pecho se movía con sus reparación lenta. No dije nada y simplemente miré su rostro perfecto.
-Si la primera vez nos hubiéramos quedado así, hubiera sido mejor -dijo-. Pero, te hice daño y no te merezco.
-Cállate -le solté-. No arruines esto, simplemente disfruta este momento, que no se cuanto va a durar.
-Durará el tiempo que tu quieras, yo vivo para ti, y si tu me dices que ya no me quieres más...
-No. Esto durará el tiempo que tu quieras, siempre ha sido así, nunca se cuanto tiempo va a pasar para que me vuelvas a dejar, y así se pasa el tiempo -dije en voz baja-. Ahora sabes que aun tienes miles de cimientos en mi, después de tanto tiempo sigues provocado ese fuego en mi.
-No quiero ser el malo -repusó.
-No lo seas, no importa cuantas oportunidades te de, siempre te vas, esta vez creí que era para siempre, pero viniste a romper todo lo que había construido...
Me dio un golpe en la frente.
-Quise dejarte, y olvidarte. Pero no se puede hacer. Luego, él se enganchó a ti y se que tu eras feliz con él -respondió.
Me hice para atrás liberando me de sus brazos. Lo miré con el ceño fruncido.
-¿Brayden? - pregunté, me recargue con los codos.
-Te hace feliz... -irritó.
-Tu me haces feliz -apreté la mandíbula-. ¿No lo entiendes?
-Jonathan, no se cuando sucedió, pero, Brayden también te hace feliz, e incluso, creo lo hace mejor que yo, lo he visto. Si tu puedes ser feliz con él, hazlo -Pasó el dorso de su mano por mi mejilla.
-¿Entonces para que hiciste esto? ¿Me amas? -Alejé su mano de mi rostro y la apreté con fuerza.
-Te amo, más que a mi mismo.
-No lo creo, no sí me estas diciendo que Brayden me hace más feliz que tu, debería ser diferente, debería estar aquí intentando ser para siempre -Me sentía demasiado sensible en ese momento.
Se incorporó bruscamente para quedar frente a mi, me beso y luego dijo.
-Tengo miedo, soy un cobarde. Ya deberías saberlo, tengo miedo a perderte más allá de esto, lo que sentimos. Tengo miedo de que mueras por mi culpa, paso una vez, casi te perdí -Volvió a besarme-. No estamos a salvo, nunca lo estaremos, y si te tengo perder de esta manera, lo haría cada vez para salvarte, por eso no puedo, tengo miedo.
-Prefieres verme con alguien más, con tal de salvarme -Hice una mueca.
-Si tu eres feliz, yo soy feliz -respondió.
En ese momento me sentí tan mal, me sentí como estúpido, creyendo, por un instante que el en verdad estaría dispuesto a valer esto. Pero, no lo está, y no quiere ni siquiera intentarlo. No habría valido la pena nada de esto, haberme dado cuenta de que lo sigo amando y sigo sintiendo esto por él, no habría servido de nada estar aquí, o quizá si. Me había servido para darme cuenta de que el no está dispuesto.
Me alejé una vez más de él, me miró con una mirada llena de dolor, de verdad se daba cuenta de que esto estaba mal, y que me dolía. Salte de la cama y me encamine hasta las regaderas.
Abrí la llave de la regadera y me metí bajo el chorro con las lágrimas escurriendo me y perdiéndose en las gotas de agua y con un dolor en pecho creyendo que podía volver a sentir ese amor que te hace sentir bien.Me senté en mi sitio en clase de español, repartieron los exámenes y me alegre de que no fuera una perdida total mis decisiones. Y me preparé a él próximo examen de mate que venía, y yo con las ideas revueltas intentando, separarlas, unas de otras.
Mi sitio estaba vacío, Brayden aún no llegaba y tampoco Albish se encontraba en el suyo. Luego, cuando el resto de la clase llego, Albish se sentó en su sitio sin mirar en otro lado y a mi me dolió el pecho, como un vacío, que había sido llenado y arrebatado bruscamente. Me dolía como un malestar que estaba ahí.
Me apreté la cara con las palmas de mis manos y creyendo que de verdad había caído muy fácil.
El profesor comenzó a entregar los exámenes y yo me concentre en lo que había estudiado esa noche y comencé a responder lo que ya sabía. Eran diez ejercicios que respondí en la hora completa del examen. Quede satisfecho con el resultado y luego me retire al entregar la prueba. Me encamine al comedor sin ningún tipo de ganas.
Me tire en unas de las mesas de la esquina cerca del ventanal de las mesas de afuera y me recargue hacia atrás con las manos dentro de mi suéter y la vista perdida en el cielo.
Había disfrutado el momento, y me había enganchado en el fuego que no sentí hace tanto tiempo y que seguía rezagado en mi. La verdad es que me sentía muy sensible tirado a su lado está mañana y la conversación había sido algo pesada y su última respuesta había sido un desastre. Le dije que no lo arruinará y sin embargo lo hizo.
Saque la libreta y le eche un vistazo a los apuntes de Historia sin nada más que una sensación de vacío en mi pecho y el estómago nervioso por faltar ayer a Historia y hoy con su examen, Solis también era una maldita pesada.
Colgué la mochila en mis hombros para salir del comedor por la puerta trasera. La fila de árboles se alzaba por el patio y proyectaba una gran sombra, a pesar del sol que hacía, se sentía muy frío, un aire húmedo soplaba y movía las ramas encima de mi cabeza. El patio estaba vacío, así que me di una vuelta despacio con la cabeza echa un lío.
Me acerque al sendero en dirección a las canchas, mire la Arboleda por un costado que se extendía hasta el muro, luego mire las canchas donde se movían unas figuras en montón.
Entorné la mirada hacia el montón de chicos que parecían moverse de manera extraña, de pronto arrastraron un cuerpo por el suelo de concreto, atacando lo con cientos de patadas.
Miré en todas direcciones pero estaba vacío todo el sitio, entonces me eche a correr descendiendo por el sendero y mirando al grupo que se hacía más nítido mientras me acercaba. De verdad estaban golpeado a alguien.
Me dio un malestar en el estómago, asustado, me llego a la mente el grupo de descerebrados y a Brayden. Temí lo peor y debía hacer algo.
Apreté la mandíbula y los puños intentando tomar valor de algún lado antes de que me matarán.
Crucé la cerca y me sujete de ella para no caerme con la velocidad que tenía, mire al montón de chicos golpeando el cuerpo de Brayden. Sus manos rodeaban su cabeza. Y soltaba miles de quejidos.
Las patadas lo azotaban sin parar y el sonido era demasiado abrumador.
La sensación de nervios y terror, se volvía una rabia que se extendían por mi piel. Salte lanzando mi mochila al suelo y me acerque empujandolos a todos con los brazos bien abiertos.
Rodeé el cuerpo de Brayden lo arrastre unos metros, luego los mire.
Se quedaron quietos mirándome fijamente, aunque uno de ellos tenía la mirada tan pesada que me provocaba escalofríos. Sonreía de manera sombría y su mirada era penetrante, sí fuera una pistola ya me habría atravesado.
-Ya llegaste a salvar a tu novio -soltó uno de ellos.
-¿Y que si lo fuera? ¿Vas a matarme como a Jackson? -intente alzar la voz y mantenerla firme.
-Tu no sabes nada -respondió.
-Se más de lo que crees, y no les tengo miedo...
-No sabes con quien te estas metiendo -dijo aquel chico-, quizá creas que ya se termino, pero regresare para terminar con esto, ambos. No necesito que tengas miedo, no sentirás ni eso cunado haya terminado contigo.
Sonrió y luego se dio la vuelta. El resto lo siguió y se marcharon despacio.
Me quedé congelado mientras sentía como todo regresaba a mi cuerpo y me hacia un nudo en la garganta. Me temblaron las rodillas y mi corazón latía tan deprisa que me dio un mareo.
Me volví al cuerpo de Brayden, se veía inmóvil, con los brazos sobre el concreto. La ropa desgarrada y sucia, y el rostro lleno de golpes mientras la sangre escurría por su boca.
Me tire al suelo y lo moví un poco, pero estaba inconsciente, lo tomé por debajo de los brazos y lo arrastre, luego lo levante junto con mi cuerpo tomando fuerza.
Me recargue en la cerca y me pase su brazo por encima del cuello y lo rodeé con fuerza para empezar a caminar.
No estaba seguro sí debía mover lo, si quiera levantar lo. Pero no podía irme a buscar a quien me ayudara y regresar.
Camine despacio paso a paso con su cuerpo contra el mío, y subimos hacia el patio principal.
Me encamine hasta la enfermería y la chica salto de inmediato para ayudarme a mover lo hasta la pequeña habitación, lo dejamos en la cama y la chica le quito la ropa con unas tijeras.
Pregunto un par de veces lo que le había sucedido, pero yo me sentía extraño, hundiendo me en la realidad y sintiendo como todo se volvía tan lento.
Salí de la pequeña habitación y me fui directo al patio, me sentía cansado, y débil. Las rodillas me temblaron de nuevo mientras el dolor de mi pecho seguía ahí, incrementando con cada paso.
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QUÉDATE CONMIGO© #2 ✅
RomanceA pesar de tratar por mantenerse juntos, el peligro parece seguir cerca de ellos. En el primer indicio de peligro, terminar parece ser la mejor decisión para ambos. Brayden, su nuevo compañero se adentra de una manera muy extraña en la vida Jonathan...