QUINCE

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Había trazado una línea hacia mis objetivos prioritarios, clases, muro y la Huerta. Tomé fuerzas como pude para estar atento y no desviarme por el camino fácil y derrumbarme a pensar en Albish de la manera incorrecta.
Después de la Tregua conmigo mismo, y de la valoración de puntos sobre mi vida, volvía a transcurrir casi de manera habitual.
Samuel estaba consciente de la cercanía entre Alby y yo, y que estaba empezando a volverse un situación muy normal.
Incluso me cuestionaba sí estaba cómodo con la situación, y la verdad era que no, pero intentaba concentrarme en otras cosas o manteniendo la mente en estupideces como Brayden.
No había tenido ningún tipo conflictos, ni con Zarth ni con quienesquiera que estaba detrás de mi.
Había aprobado el parcial, no de la manera en que me hubiera gustado, estaba claramente seguro que eso sucedería: Solis.
Era sencillo pasar los días sin echar una mirada a las sensaciones cuando estaba seguro de hacía donde quería mi vida, Brayden contribuyó a eso y a no permitirme pensar en eso y mantenerme ocupado.

Era sábado por la noche y comíamos palomitas caramelizadas. Teníamos las piernas sobre el muro.
-¿Que hiciste en tu último Halloween? -pregunte.
-Pedí dulces con Hayley, y nos emborrachamos. Y luego fumamos algo que un chico compró, no estoy seguro de que era -Brayden jugueteo con sus dedos sobre mi pie.
Lo miré con extrañeza y sonreí.
-¿Y tú?
-Nada. Dormir temprano, creo.
Se echo a reír a carcajadas.
-Que puto aburrido eres, señorita no rompo un plato. Deberías ponerle algo de emoción a tu vida. ¿Has bebido? ¿Te has emborrachado alguna vez? -le lancé una palomita.
Mire fijamente al techo e imagine mi vida de otra manera, pero no podía y me sentía extraño pensando en cosas como emborracharme y fumar.
-No. No creo que sea necesario para divertirme...
-Ja, ja, ja. Eso es lo que dicen las personas que nunca lo han hecho.
Se incorporo de un salto y luego se abalanzó sobre mi y las palomitas salieron disparadas. Me tomó de las muñecas y las hizo para el borde del colchón, luego su rostro quedó a encima del mío.
Sus ojos adquirieron un brillo eléctrizante y un escalofrío me recorrió la nuca. También, su mirada reflejaba maldad, a punto de desbordarse por su boca.
-Es Halloween, seguro que habrá unas cuantas fiestas por el vecindario -Sonrió como si estuviera recordando sea lo que sea que estuviera a punto de ocurrir como un vago recuerdo-. Vamos a ir, nos colaremos en alguna fiesta y tu vas a disfrutar como nunca de eso, como si tu vida dependiera de eso, no importa nada ni nadie...
Mire fijamente sus ojos y sentí como me hundía en los matices. ¿Que podría pasar? Pense. Y me lo creí como una cubeta de agua helada.
-O eres una señorita, ¿cierto?
-Adelante. Espero que estés preparado para lo que va a ocurrir.
Se echo a reír a carcajadas y salto de encima de mi. Me incorpore despacio y observe como se enfundaba en una camisa floja color azul marino, un shorts y el calzado de tela. Me enfunde en una playera lisa blanca, jeans de mezclilla claros y me los enrolle hasta las pantorillas. Me calce y sentí como me temblaron las rodillas, se me revolvió el estómago y me sudaron las palmas.
Nos encaminamos por el patio hasta la salida secreta de Brayden, aunque la otra salida que estaba supervisada hacia el cine y la cafetería, hubiera sido la mejor opción.
-No, por que tendríamos una manera de volver mas tarde con la escalera del otro lado -Respondio.
No estaba completamente seguro de en que me estaba metiendo, supongo que sería algo muy extraño, temía el resultado que haría el alcohol en mi y la reacción que tendría.
-No quiero que te arrepientas, es una experiencia nueva, no te preocupes -se dio cuenta y me dijo luego de que cruzamos.
La playa estaba repleta de gente, unas fogatas iluminaban la penumbra.
Nos adentros por las primeras calles y el gentío se movía por las calles, la mayoría salía del cine. Luego, vi a Samuel que me saludo desde la distancia.
-¡Mierda! -grite con ahogo.
Brayden solo soltó un gritito ridículo y dijo:
-Si se quieren venir, no tengo problema, y tu tampoco, es otro punto más a probar de que realmente estas hecho. Y más con Albish entre ellos.
Recorrí la mirada entre la gente y ubique a Samuel y Jackson, Elio y Albish.
Tome una bocanada de aire y mi corazón casi se salio de mi pecho.
-Esto tiene que ser una broma -dije.
-No, esto es más divertido de lo que imagine.
Nos quedamos de pie sobre la acera y esperamos a que se acercaran a nosotros.
-Hola, ¿que hacen aquí? -pregunte.
-Hey, nada. Vinimos de último minuto para alcanzar a entrar a la última función, pero no lo logramos -respondió Samuel.
-¿Usted salieron del cine? -pregunto Elio.
-No. Vamos a colarnos en alguna fiesta, ¿se apuntan? -Fulmine a Brayden con los ojos luego de lo que respondió. Él, apretó los labios para no echarse a reír.
Samuel miro a Elio y luego a Albish, quien permanecia en silencio con las manos en los bolsillo. Levanto los hombros.
-No es mala idea -repuso Elio.
-Yo no tengo problema -Samuel continuo.
-Adelante -dijo Jackson.
-Esta bien -concluyó Albish.
Sus ojos me miraron por un momento y luego se apartaron.
Brayden aplaudió con gracia y enorme felicidad, realmente iba a disfrutar este espectáculo.
Sonreí de mala gana y nos pusimos en marcha entre la gente, camine más despacio para igualar a Albish.
Esa parte de mi estaba gritando, y al menos quería escucharlo y verlo de cerca.
-Hola.
Hizo una media sonrisa y luego respondió.
-¿Como estas?
-Bien, ¿y tu?
Sonrió. Y me miro fijamente.
-Bien, eso... Eso es lo que debo responder, pero, realmente, me siento tan mal...
Se detuvo y luego tomo mi brazo para que me detuviera. Deslizó sus dedos y tomó mi mano despacio.
Me tembló todo el cuerpo y respire profundo.
Lo observe fijamente mientras mi cuerpo llamaba a él, y pedía que me envolviera en su piel.
-No se cuanto tiempo más voy a resistir, te extraño, extraño todo tu ser, incluso ahora, extraño tenerte y hacer mío, como... Esa última vez...
Me quede congelado mientras sus palabras recorrían mis oídos y retumbaban en mi mente.
-... Se que te estoy perdiendo, cada día que pasa, un poco más. Se que tu aun lo sientes, lo puedo ver...
-Albish...
-Jonathan, no quiero que dejes ir esto, ¿no entiendes que tu eres lo único que me queda en esta vida?
Sentí que aquel muro que había construido y forjado con el tiempo, se había derrumbado en mi interior, y los trozos estallaron en mi.
Me liberé de su mano con delicadeza y lo primero que sentí que debía hacer era salir de ahí.
Me di la vuelta y camine con grandes zancadas entre la gente hasta alcanzar a los chicos. Camine sin nada más que un agudo dolor en mi pecho y con los ojos a reventar.
Me sentía desorbitado y desconectado de la realidad, mientras que mi interior estaba derrumbándose, mi realidad se venia abajo.
Brayden me echo una mirada por encima del hombro y luego se encamino hasta mi lado y me golpeó con el hombro.
-¿Estás bien? -pregunto en voz baja.
-No -solté un suspiro.
-¿Quieres que volvamos? Podemos volver, dímelo, estaba bromeando, si no estas cómodo podemos olvidarlo.
-No, esta bien... -Tomé una bocanada de aire-. Creo que ahora quiero emborracharme más que nada.
Sonrió de oreja a oreja y luego me envolvió con su brazo y me apretó contra su cuerpo.
-Dime si necesitas algo.
Asentí despacio.
Volví a respirar con fuerza y tome un poco del valor que me quedaba y me mentalice.
Estaba, quizás, lastimandome y lastimando a Albish. No quería lastimarlo, no quería hacerle daño.
Seguimos moviendonos entre las calles con gente y bastante movimiento. Nunca antes había visto tantas personas en una noche de brujas.
De pronto, vi a Brayden moverse hasta con un par de chicas bastante sensuales. Delgadas de piel bronceada, blusas escotadas y pantalones cortos. Una era rubia y otra pelirroja.
-Buenas noches, señoritas -dijo-. ¿Cómo están esta noche?
-Hola -respondió una de ellas. La pelirroja se echo a reír a carcajadas.
-Nos preguntábamos, si, había algo bueno que hacer por aquí, divertirnos.
-Hum. Depende de que tipo de diversión estés buscando... -respondió la rubia. Se agitó el cabello y luego miro a su amiga.
-Vamos a una reunión, pequeña... -hizo una pausa la Pelirroja-. Tenemos todo tipo de diversión, solo si están dispuestos a hacer todo, incluso lo más extraño que se imaginen.
Brayden soltó una carcajada.
Mire a Samuel que parecía entusiasmado, Jackson sólo miraba a Samuel y luego a Elio que frunció el entrecejo. Me dio terror mirar más atrás y miré a las chicas.
-Perfecto -respondió Brayden-. No tenemos problema.
-Mi nombre es Elena -dijo la rubia. Señaló a su amiga-. Ella es Jennifer. Entonces vamos.
Elena tomó del brazo a Brayden con entusiasmo y comenzaron a caminar. La otra chica, Jennifer. Camino despacio detrás de ellos. Los seguimos con un poco de duda, algunos más que otros, Samuel se adelanto y le hizo compañía a Jennifer.
-¿Estamos seguros de esto? -pregunto Jackson-. No me da mucha confianza. - No, pero suena un tanto incitador y Misterioso y con dos chicas tan sexys, no debe de ser malo -Elio agitó las manos.
Mire por el rabillo del ojo a Albish, quien caminaba un par de pasos más atrás.
Nos adentramos entre las calles en dirección a la playa. Hacía una zona rocosa, la luz de la fogata iluminaba todo, y la música era el punto en que ya habíamos llegado.
Entonces vi unos cuantos asientos blancos elegantes, un colchón con un par de chicos. Uno más sentado en la arena. Dos chicas en los asiento cerca de la fogata.
-Hermosuras, ¿cuántos trajeron? -pregunto uno de los chicos.
Era alto y fornido, melena color arena.
-Los encontramos por ahí, pidiendo diversión de la buena -Elena tomó a Brayden de la mano y lo sentó en uno de los asientos y ella se sentó en sus piernas.
-Eso me parece perfecto, pónganse cómodos y disfruten este noche como ninguna otra.
Jennifer se sentó en en lugar con Samuel. Los otro dos chicos se acercaron.
Me senté cerca de Elio y luego Jackson, quien estaba un tanto incómodo. Albish se sentó a un lado de las chica y frente a mi.
-Mi nombre es Milton, ellos dos son, Eric y Johan y mis hermosuras, María y Ailaan. Ya conocen a Eli y a Jenny. El objetivo de esta reunión es disfrutar plenamente de todo, alcohol, drogas, placer, de cualquier tipo, no nos importa géneros ni sabores, el punto es disfrutar.
Mire en todas direcciones y me senti un poco extraño, primero por lo que decia el chico y luego por que Albish tenía la mirada en el suelo.
Nos pasaron unos vasos con un líquido transparente. Olí, pero no olía a nada en particular.
-Beban lo.
Samuel le dio un sorbo gigantesco e hizo una mueca. Elio probó un poco y Jackson no probó nada.
Albish se lo bebió de un trago. Elena le dio de tomar a Brayden.
Le di un sorbo despacio y el calor me quemó la garganta. Instintivamente quize escupir lo, pero ya lo había tragado en el ardor. Apreté la mandíbula y luego le di otro sorbo para terminarmelo.
Cerré lo ojos y luego mire al frente.
-Genial. Iniciamos con el juego tradicional de la botella, inicia con una ronda de besos, luego cambia a otra como a baile, prendas y tragos.
-¡Adelante! -gritaron.
Otros más gritaron en aullido. Y los aplausos.
Milton colocó una mesa al centro de todo y una botella. Luego la giro con fuerza.
Mire a cada uno de los chicos sentados en el círculo y me pregunté que, tendría que besar a una chica o a un chico, o a Albish.
Me apreté el pecho luego de que lo pensé y me quedo un mal sabor de boca.
La botella se detuvo y la punta me señaló casi a propósito y señaló a uno de los chicos.
Las chicas soltaron un gritito y aplaudieron a coro.
El chico, Eric, se puso de pie y se encamino hasta mi posición. Me tembló el cuerpo y el corazón se me aceleró.
Eric se agacho un poco y luego repentinamente sus labios me besaron, se movieron despacio y luego se incorporo.
Realmente no se sintió de verdad, un beso y ya. No un beso como los que me hacían sentir hervir en el fuego.
Mire a Brayden y me guiñó el ojo. Albish me miro sin ningún tipo de expresión.
Me puse de pie y gire la botella torpemente. Giro un poco y luego se detuvo. Señalando a Elio y a Ailaan. Elio se puso de pie y beso en la mejilla a la chica.
-A hhhh -soltó Elena.
-Se vale -dijo Milton.
Ailann giro la botella con fuerza y luego apunto a Jackson y a Elena.
Jackson abrió los ojos como platos, Elena se levanto de un salto y se acercó al chico que parecía asustado. Lo tomo por las mejillas y lo beso.
Elena giro la botella y torpemente giro dando brinquitos, se detuvo en línea recta apuntandome a mi y a Albish.
Me miro fijamente y se hizo para atrás en el asiento.
Se me doblaron las rodillas cuando intente levantarme, tome una bocanada e aire y tomamos valor de mi dolor y diciéndome a mi mismo que debía besarle como Eric a mi, un beso que no significara mucho.
Me puse de pie y camine despacio hasta su posición, lo miré y me maldije a mi mismo. Maldije a la vida y la todo el universo por conspirar de esa manera.
Me miro con su mirada de dolor, y ese rostro perfecto que llamaba a mi.
Me incline despacio y me acerque hasta su rostro. Su mano me tomo por detrás de la cabeza y me empujó hacia él.
Sus labios se movieron bruscamente mientras su legua tocaba la mía, su aliento me quemó como aquella bebida. Y me retire con fuerza.
Regrese hasta mi sitio y gire la botella, me sumergí en aquella sensación y en su sabor. Lo miré fijamente y el también, era evidente que nos deseábamos y no estaba seguro de poder controlarme.
Después de un rato.
Nos pasaron unas cervezas, no dude en beberla, aunque no era muy agradable los primeros tragos.
-La siguiente ronda es de baile sensual y provocativo, la botella los elige, pero esta vez, también toman un shot antes de bailar.
Le di un sorbo a la cerveza y mire fijamente a Albish, quien también me miraba.
La botella giro y se detuvo en Samuel y María. Pusieron una música para la ocasión y María se colocó en frente de Samuel, comenzó a moverse lento con las caderas. Piernas. Recorrió su silueta con las manos y luego se sentó encima de Samuel.
Samuel estaba demasiado entusiasmado con lo que estaba viendo.
La botella giro una vez más y se detuvo en Brayden y en mi. Mire en su dirección y el sonrió, con el dedo índice me hizo una seña provocativas para que me acercara.
Los nervios me atacaron y sentí esas ganas de vomitar y de no hacer nada, no quería hacer el ridículos con mis piernas torpes.
-Adelante -grito Maria.
-Vamos, venga -siguió Elena. Se incorpora de la pierna de Brayden e hizo un ademán para que me acercará.
Me incorpore despacio y camine hasta donde estaba Brayden. Me quede de pie frente él y nos dieron nuestros shots, me lo tome con fuerza esperando que me diera valor.
Comenzó la música y me prepare, recordé lo que había hecho María y me moví, lento, despacio conforme la música sonaba. Seguí el ritmo y me agite con las manos por mi cabeza, descendí despacio por mi pecho y luego lo miré.
Se mordió el labio y sonrió. Sus ojos me recorrieron por todo el cuerpo. Sonreí mientras me sentía extraño, me incline y me subí sobre sus piernas, luego me acerque despacio hasta su rostro. Entonces, le dio un sorbo a su trago, se acercó a mis labios, con un movimiento sutil paso el líquido hasta mi boca y repentinamente me hice para atras.
Escuche los aplusos de fondo y el solo se río.
Camine de regreso hasta mi lugar y me quede mirando el cielo y preguntándome que Diablos estaba haciendo.
Luego mire a los bailes de los demás hasta que nos pasaron otro vaso con alcohol, era Vodka. La ronda trataba de quitarle una prenda uno a uno como eligiera la botella.
Le di un sorbo a mi cerveza y a mi bebida esperando a ver como la vida conspiraba en contra mía. Mientras que sentía un hormigueo extraño en las piernas, sentía los ojos desorbitados.
La botella se detuvo en mi y en Jennifer, mire a mi alrededor y todo el mundo me miró, Jennifer se acercó con paso majestuoso hasta mi posición. Me tomo de la mano para levantarme, pero mis piernas adormecidas fueron muy torpes, casi me voy de bruces. Comenzó a levantarme la playera despacio hasta por encima de mi cabeza y la saco por completo. Luego, tome un poco de valor de lo que aun tenia y metí mis manos por debajo de la blusa, toque el borde de su sujetador, lo desabroche, y luego deshice el nudo del cuello y tire de el.
Me eche a reír y levante la prenda como si fuera una bandera.
Me tire en mi sitio y me bebí la cerveza a fondo, luego la bebida de Vodka. Como si no importara nada.
Albish estaba sentado frente a mi, sus ojos me miraban como si quisieran decirme algo, más allá de las palabras. Incluso mi piel emanaba aquel fuego que sentía por él, quería abalanzarme contra él y derretirme como uno mismo.
Observé a Elio quitarle la blusa a Elena, luego esta se sentó encima de Brayden y vi como le daba un beso.
Maldita, pensé.
Entorné la mirada, me palpitaban los oídos o la cabeza. Seguramente el alcohol ya había hecho efecto en mi y me preparaba para lo que pudiera venir. Y ya había empezado.
Tome otra cerveza y disfrute como le quitaban la camisa a Albish, se la quito un chico, Johan, era su nombre.
La botella me señaló a mi y a Brayden, y me solté a carcajadas. Brayden se acercó hacia ami y me tomo de los brazos, tiro de mi para levantarme y luego.
-¿Que tal si nos echamos al mar? -Desabrocho mi pantalón y tiro despacio.
Desabotone su camisa despacio y vi su pecho delineado, sentí su piel tibia, un pensamiento atravesó mi cabeza y sin pensarlo lo acaricié con el dorso de mi mano.
-En, 3, 2..., 1 -dije.
Me tomo de la mano con fuerza y nos echamos a correr hacia el oleaje que se estrelló contra nosotros.
Me deshice como pude de mi calzado y mis pantalones.
Los arroje con fuerza y luego me apoye de sus hombros y me subí. Me sujeto por las pantorrillas y nos adentramos más en el mar.
-¿Estás borracho? -pregunto.
-No, creo que no. Nunca he estado borracho, ¿como debo saber que lo estoy? -respondí.
-De acuerdo. Me retracto de lo que dije, sabes como divertirte, y disfrutar. Antes de llegar estabas a punto de derrumbarte...
-Albish me dijo que me extrañaba y... Quiero tener sexo con él, cuando lo bese, fue...
-No puedes tener sexo con él, ¿que significaría? Después de lo que te dijo eso sería muy malo -respondío. Y luego mi mente viajo muy rápido.
Sentí la necesidad de detener mis pensamientos.
-¿Entonces puedo tener sexo contigo? -pregunte.
Se río. Y luego se detuvo para bajarme de encima de él. El agua me llegaba al pecho, se colocó frente a mi.
-Estas borracho, ahora lo se -Levanto mi cabello con sus manos mojadas.
-No estoy borracho...
-Lo estas, no pedirías eso si estuvieras sobrio, Jonathan, no te fijarias en mi de esa manera.
Analice su expresión y luego pensé lo que estaba diciendo, pero no estaba claro.
-Hum -solté con desdén e intente alejarme de él.
Vi al montón de chicos en el agua. Albish estaba en la orilla, con el chico, Johan, el chico intento empujarlo y Albish se resistió. Luego, lo levanto con fuerza y ambos se adentraron en el mar.
-No te vayas -Me sujeto del hombro y me atrajo hacia él.
-¿No tendrías sexo conmigo? -Le pregunte y lo miré fijamente.
Sonrió y entorno los ojos.
-No lo se, jamás lo había pensando, ni siquiera... Si, si tendría sexo contigo -respondió.
Mire por encima del hombro y Albish seguía haciendo el idiota con ese chico.
-Jonathan, será mejor que nos vayamos -me dijo.
Me volví hacia él y una vez más, deslicé mi mano por su pecho húmedo, ascendi despacio y tome su cuello entre mis manos.
-Jonathan, no quiero que suceda en estas circunstancias -susurró.
-¿Podemos olvidarnos de todo? -le dije.
Deslizó sus manos por mi espalda y descendió hasta mis piernas, me levanto con fuerza y lo rodeé con mis piernas por la cintura.
Encerré con mi puño un mechon de cabello detrás de su nuca, lo empuje hacia mi sus labios se enlazaron con los míos, despacio, y luego se movio con fuerza. Su aliento me quemó. Sus labios se movieron con brusquedad como si quisiera arrancarlos de un tirón.
Me olvide de todo lo que mi mente pensaba y le di paso al deseo que me recorría cada cavilacion nerviosa de mi cuerpo. Nunca habia deseado a Brayden, nunca lo había visto de esta forma y sin embargo había un fuego quemandome.
Abrí los ojos despacio y vi sus ojos grises, el cabello húmedo, bajo la luz de la luna. Su rostro perfecto y sus dulce aliento aliento...
Me aparte con brusquedad y salí disparado entre el agua que no me permitía avanzar como quería.
Tome mi pantalón de la orilla y mi calzado. Salí corriendo por la playa sin dirección fija hasta que ya no pude más y me tire en la arena tibia roto y llorando. Me sentía tan estúpido como lo era posible.

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