VEINTISÉIS

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Después de la comida extraña y mi madre intentando disolver lo que dije en la camioneta, continuamos con el viaje, que también se torno algo incómodo.
Tenía la cara pegada al cristal con los ojos cerrados, la mayor parte del viaje estuve intentando dormir, me sentía cansado y con sueño. El frío comenzaba a brotar conforme nos avanzamos, la ciudad quedó atrás y nos adentramos en las calles. Los árboles se levantaban al frente, ya casi estábamos en casa.
Giro rápidamente y subió por la cochera de la casa. No estaba seguro que hora era, era tarde, de noche y las casa apagadas.
Me baje de un salto, y me abrace con los brazos, el frío soplaba demasiado fuerte, además de que estaba húmedo el pavimento.
Había olvidado lo que era estar en casa y el enorme cambio de clima de la escuela acá.
Fui por las maletas y me las colgué. Mi madre ayudó a que Brayden bajara de la camioneta.
-¿Me das mis maletas? -me pregunto con la voz baja.
-Te las voy a...
-No necesito que me ayudes, estoy bien, déjalas en el suelo -me ordenó de mala gana.
Puse los ojos en blanco y apreté la mandíbula.
Las tire en el suelo de una y me encamine por el camino a la entrada principal. Me recargue en el muro y mi mamá se apresuró a ayudarle a recoger las.
Ella las llevo hasta la entrada ignorando lo que decía él, llamaron a la puerta y casi de inmediato, Maggie abrió.
No entendía esa actitud de mala gana, y queriendo volver a lo que éramos, él quería que lo odiara de esa manera, pero, ¿como iba a hacerlo?
Mi madre regresó y abrió la puerta.
-¿Que diablos ocurre contigo? -me grito.
No respondí nada y me volví. Deje las maletas en el suelo y me encamine a la escalera.
-Te estoy hablando, Jonathan. Si tu supieras lo que le sucedió, sabrías... -comenzó pero la interrumpí antes que fuera por ese camino.
-Yo se lo que le sucedió, e incluso se más de lo que tú sabes. No quieras hacerme sentir mal, no lo compadezcas.
-Esos comentario sobre Albish y sobre lo que ocurrió -me miró fíjamente.
-Se que estas feliz de que no esté con él, ni siquiera preguntaste por él cuando nos vimos, no debes preocuparte por él -le solté.
-No se trata de eso -hizo una pausa-. Estaba consciente de que terminaron, Albish me lo dijo, es decir, yo se lo pedí cuando descubrió la nota...
-¡¿Qué?! -grite-. ¿Le pediste que terminará conmigo?
Sentí una oleada de calor, mi pecho se lleno de ese dolor que había sentido antes.
-Jonathan, Albish y yo teníamos un trato, y tú estabas consciente de eso, no iba a dejar que te fueras otra vez, que te pusieras en peligro. Estuve a punto de perderte una vez -repuso-. No me importa si me odias, debo hacer lo que me corresponde, y agradezco mucho que Albish cooperara conmigo.
Negué con la cabeza y me sujete del marco de madera de la escalera. Luego me eche a correr escalera arriba, me metí en mi habitación y cerré la puerta con seguro.
Otra vez me sentía fatal, la sensación de dolor en el pecho había brotado, como si lo que había vivido fuera un recuerdo fugaz a punto de esfumarse en la nada.
Mire por la ventana y la oscuridad penetrante se mezclaba en la negrura del bosque frente a mi. Me deshice de la ropa y luego me puse una sudadera y pantalones de franela, me hundí en la cama como nunca lo había hecho y espere que me calentara para dormirme.
A la mañana siguiente me sentía fatal. Me dolía la cabeza y estaba lloviendo, el viento empujaba mi casa y sentía que el techo crujía.
Me levanté de un salto y corrí a la ducha. Me enfunde en pantalones de mezclilla, una sudadera y me colgué la chaqueta enorme. Me puse mis botas de lluvia y luego baje.
Había un silencio en la casa, uno enorme. Me detuve en la sala y vi la hoja en la mesita.

JONATHAN. SALÍ A DESAYUNAR CON LAS CHICAS, MAGGIE ESTA CONMIGO. PUEDES ECHARLES UN OJO A BRAYDEN Y A MOLLY. NECESITO QUE ESTÉS ARREGLADO A LAS SIETE DE LA NOCHE, TE PRESENTARÉ A ALGUIEN Y VAMOS A CENAR.
Mamá.

¿Ahora seria niñera? Tome las llaves de la casa y salí por la puerta principal, me puse el gorro en la cara y me encamine hacia el bosque.
Estaba haciendo viento, y la lluvia era una llovizna pequeña.
Cruce los árboles despacio y sin más que una sensación de vacío en el pecho.
Mi madre le había pedido a Albish que terminará conmigo, es decir que se alejara por que yo fui quien termino las cosas. Pero, Albish realmente lo había hecho. Mi madre estuvo consciente de eso y no pensaba decirme nada, si no hasta que yo se lo grite. Es decir, al menos hubiera preguntado por Albish cuando la abracé.
Al parecer todos íbamos en serio, yo le había dado una última oportunidad a Albish, él y mi madre tenía un trato que estaban dispuestos a cumplir sin más, y así ahora estamos los dos.
Se que mi madre no quería tener que preocuparse por mi como la última vez, pero, siempre había otras maneras de hacerlo. Albish se alejo de mi por que ella se lo pidió, se lo consulto y ambos decidieron. Y yo tome la salida más fácil, o más bien por consiguiente, lo terminé de una vez antes de seguir dándole largas al asunto. Creí que lo había superado, y que se había terminado por todas, pero ahora me carcomía en ansias preguntarle a él...
Me detuve en la fila de rocas que había en mi camino, los árboles se levantaban en todas direcciones, todo cubierto por un musgo verde, la maleza y los helechos bajo mis pies y sobre todo el suelo. La llovizna seguía cayendo y el frío era helado.
Me encamine para rodear las rocas, me sostuve de ellas para no caerme con las piernas enredadas en la maleza. Seguí caminando sujetándose entre los troncos de mi camino.
Mire hacia atrás y la calle había quedado atrás hace mucho. Ya había caminado un buen tramo sin darme cuenta.
En todo caso, seguía pensando en esto y en lamentar me por lo que hice y lo que no, no me iba a regresar cinco meses atrás para decirle a Albish que no le diga a mi madre.
Las rocas enormes seguían apareciendo por todas partes, el lugar comenzaba a volver se más oscuro por la densa cantidad de árboles, las ramas que se enredaban unas con otras, el cielo gris y la llovizna tupida.
Esto era muy diferente a la escuela, el clima y todo lo demás. La playa, donde era el lugar favorito de Brayden...
Habían sucedido tantas cosas en tan poco tiempo. Admito que fue doloroso la parte en que me amenazaba, pero después simplemente me deje llevar por lo que creí sentir. Sabía por qué lo había hecho, y no me agradaba la idea de tener que estar odiando lo. Su actitud siempre había sido mala, y por más que yo no lo quisiera, me irritaba.
De pronto, vi la orilla de un lago, a unos metros frente a mi, se extendía unos metros hacia el pie de una montaña rocosa, los árboles sobre la orilla. Me acerque despacio hasta el sitio, y el cielo gris iluminaba un poco el agua, que parecía como sino tuviera color, como si estuviera en blanco y negro.
La verdad era que me sentía muy familiarizado con la escena, sentía que ya había estado aquí antes, no sólo lo sentía, una imagen fugaz recorrió mi mente, estar flotando sobre el agua. Blanco y negro. Albish en mi reflejo, su piel caliente contra la mía, trayendo me de regreso a la vida, como si estuviera despertando de un sueño.
Eso era, era ese sueño que tuve cuando la explosión me envolvió en la oscuridad, y tuve ese sueño. Desperté en el hospital y Albish estaba ahí conmigo.
Una punzada de dolor más atacó, y me abrace el pecho. Justo ahora quería tenerlo frente a mi.
Me recargue en el tronco en la orilla del lago, y miré el agua moviéndose con las gotas en miles de hondas por todas direcciones.
¿Como era posible haber soñado con este sitio? No estaba seguro de que fuera este sitio, pero tenía una gran similitud, el agua, el bosque. Había un clima frío, pero había sol, lo recuerdo. Flotaba y despertaba sobre un trozo de madera, mire el agua y mi reflejo era el de Albish, perfecto. Luego recuerdo que caí en el agua oscura, pero él me sujeto, su piel era cálida, y su cuerpo era como la luz que me iluminaba debajo de la negrura.
Metí las manos en los bolsillos y me encamine de regreso. Había una agonía en mi, y en la sensación del recuerdo, de despertar y verlo junto a mi, de tenerlo conmigo. Pensaba en una sola cosa, si mi madre no se lo hubiera dicho, si él no la hubiera contactado, ¿las cosas serían diferentes?
Él también dijo que cambió de trabajo, y que todo lo que hizo fue para engañar a nuestro acosador, pero que en realidad su plan no era dejarme, hasta que yo decidí terminar... Aún estaba el maldito misterio, ¿quién me había atacado? Al parecer había descubierto que uno de ellos, que me atacaron en el baño durante la tormenta, fue quien me atacó detrás de la casa de la Huerta, pero no se si era el mismo que me atacó después de terminar con Albish. También sabía que eran responsables de la muerte de Jackson.
Seguí caminado entre los árboles, despacio y con los pies firmemes para no caerme entre la maleza y el lodo que se hacía con cada paso que daba. Pase entre las rocas y gire, me sujete de los árboles para salir más rápido. Volví a meter las manos en la chamarra, estaba empezando a hacer más frío. El agua tampoco ayudaba, así que la chamarra se sentía más helada.
Salí al pavimento y miré en ambos lado, y luego vi un auto aparcado en la acera frente a mi casa. Levante la mirada y vi a un par de personas en la entrada. Tocaban la puerta.
Cruce la calle despacio, no reconocí el auto. Era un VolksWagen negro.
No alcanzaba a ver quien era con las capuchas sobre sus cabezas, me alarme un poco por que la cosa siempre era peligrosa.
Subí por él camino y le eche un vistazo al auto, había alguien sentado en la parte de atrás. No lo distinguí por la ventanilla húmeda y empañada.
Me acerque despacio y uno de ellos llamaba a la puerta.
-¿Puedo ayudarlos? -pregunté a regañadientes.
Uno de ellos se volvió de inmediato y vi el rostro de Samuel debajo de la felpa del gorro. Me sorprendió y me eche hacia él.
-¿Que estas haciendo aquí? -le pregunté . Lo rodeé con los brazos.
-Vaya sitio donde vives, ¿siempre es así? -me pregunto-. Es una larga historia, alguien quería verte e hizo todo lo posible para contactarme.
-¿Quien? -le eche una mirada al de atrás, pegado a la puerta.
Sus ojos me recorrieron encantado y sonrió. Una ola de felicidad me recorrió y me eche a correr contra él.
Kyle me rodeó con los brazos con tanta fuerza, aunque las chamarras eran duras una contra otra.
-No puedo creer que estés aquí -le susurre.
-Jonathan, recuperé mi memoria, recuperé todo y me siento muy mal por lo que sucedió aquel día. Fue muy extraño estar consciente de que estabas conmigo y luego ya no. En la escuela, ese día, sentí que te conocía, pero no lo recordaba del todo y Zarth, estaba empeñado en que me olvidara de ti por completo... Esta en el auto.
Mire al auto, la figura borrosa dentro.
-Ya entiendo. Espera, tenemos que entrar -saque las llaves de mi bolsillo y luego abrí-. Adelante, pónganse cómodos.
Camine hasta el auto, no importaba realmente nada de lo que había sucedió entre él y yo, quizá no volveríamos a ser amigos, pero no importa. Toque la ventanilla y el me miró.
Bajo un poco la ventanilla.
-Hola, quieres pasar, los chicos entrarán -le dije en voz baja.
Primero me miro con el ceño fruncido, pero luego asintió. Se colgó la chamarra, abrió la puerta y luego nos echamos a correr hasta la puerta abierta.
Me saque la chamarra y la arroje encima de una silla del comedor, fui hasta la cocina y rebusque en el refrigerador algo que pudiera calentar para darles, aunque no había nada. Encendí la cafetera, café era lo único que podía preparar.
-Tomen asiento -les dije. Me les uní y me senté cerca de Samuel.
-¡Recibí miles de llamadas! En el primer minuto que pise mi casa, Kyle y Zarth me estaban llamando, realmente no sabía donde vivías, me diste tu dirección, pero no sabia como llegar, así que acudimos a Albish -me explicó Samuel.
-Me hacia mucha ilusión verte -me dijo Kyle-. Se que estuviste en la explosión y sobreviviste de milagro. La verdad es que hiciste tanto ese día, nos sacaste de ahí, incluso a Albish.
Lo mire fijamente, su rostro que parecía un poco más tosco, tenía una barba poco tupida y esa sensación de alivio recorría mi piel. Por un momento creía que no lo vería otra vez, y me sentía fatal por lo que le ocurrió por mi culpa. Estaba bien y recuperaba su memoria.
Mire a Zarth, quien tenía la mirada clavada en el suelo.
-Me alegra saber que estas bien y ya recuperarte la memoria -le dije.
Me puse de pie y fui a revisar el café hacia la cocina. Kyle me siguió despacio y luego se detuvo en el umbral.
-¿Cómo estás tú? -pregunto-. Terminaste con Albish, ¿cierto? Samuel me contó un poco de lo que había ocurrido.
Lo mire por encima del hombro, mire fijamente su rostro con una mueca de dolor en el mio. Se acercó despacio hacia mi y me rodeo con sus grandes brazos, había olvidados lo alto que era, había olvidado su aroma y como era.
-No puedo creer que estés aquí -dije contra su pecho. Lo siento...
-No pasa nada... Se siente muy mal, como si hubiera dormido profundamente un buen rato, despertar, y saber que las cosas no son como pensabas -dijo-. ¿Estás bien?
Negué con la cabeza.
Recordaba todo, muy nítido. Haberle pedido que se quedará conmigo la noche que Rolan apareció, y que Albish no me dirigía la palabra durante los días en Mar. Que paso la noche conmigo, y yo estaba algo nervioso.
Me liberes espacio de el y fue a la estantería. Saque las tazas, las coloque en la barra, para luego servir el café.
L

levé las tazas hasta ellos. Kyle venía detrás de mi, nos encaminamos hasta las escaleras y nos sentamos en los primeros escalones. Le conté lo que había sucedido, lo que yo sabía, sobre Albish y Brayden, y lo que había sucedió con cada uno. Incluso le conté lo que mi madre me había dicho esa noche.

-¿Qué estás esperando realmente? -su pregunta era difícil. No tenía la respuesta.
-No lo se, yo esperaba que Albish se quedara esta vez, que las cosas no fueran tan complicadas, ya pasó mucho tiempo y sigo sin entender lo -su expresión buscan una respuesta en la mía.
-¿Y que hay con Brayden? Lo me dijiste de él no lo define, lo que hizo fue muy estúpido, pero quería salvar a su familia, y Protegerte a ti. ¿Estás molesto con él?
-No -negué con la cabeza-. Admito que me dolió, pero, no estoy molesto con él. Me recuerda a Albish, al principio, inestable y asustado, pero Brayden se refugia en el odio, a la vida, por lo que le pasó, se que puedo ayudarlo -me mordí el labio.
Recargue mi cabeza en su hombro, el punzante dolor incrementaba mientras la conversación me pegaba duro.
-No conozco a Brayden. Pero, por lo que entendí, el te ayudo a olvidar a Albish -Sonrió-. Deberías hablar con él, dile lo que sientes y que no estás molesto con él por lo que sucedió.
-¿Que fue lo que te sucedió? -le pregunté.
-Perder mis recuerdos, y no saber nada de ti, te hace creer lo que mejor escuchas. Zarth siempre fue muy amable y todo, pero siempre lo hizo a su manera. Como el hecho de que quiso borrar te de mi memoria. Pero cuando regresa a ti, todo se ve de distinta manera, por que ahora hay miles de versiones de ti, la que ellos me dijeron, la que él me hizo creer y la que realmente es -me explico-. Eso, es bueno, por que, te das cuenta de tantas cosas.

QUÉDATE CONMIGO© #2 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora