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Harry tomó nota de cada uno de los temas que estarían presentes en el examen final, y junto a sus compañeros suspiró largamente, finalizar el sexto año sería un gran logro, y con eso, el ya pensar que quería estudiar una vez cuando se entrará a séptimo e ir preparándose. El joven lo tenía claro: medimagia, quería ayudar a salvar vidas y también a traer muchas vidas al mundo. Sabía que su madre y padre no podrían objeción alguna, después de todo era su vida y nadie debía meterse en ella. Dentro de poco tendría diecisiete años y con ello, su mayoría de edad.

Harry pensó en Snape, y en las últimas propuestas que este sin descaro alguno le proponía, y entre ellas ser su "esposa" Harry no sabía si tomarlo como juego o simplemente tomarse en serio tales peticiones. Se había besado con el hombre, no sólo en una ocasión si no, la última vez que lo vio, luego curar aquella herida en el brazo, la sangre le habia dejado un poco atontado y Snape había utilizado sus labios para traerle nuevamente "al mundo".

Harry se mordió los labios, ya habían pasado casi una semana desde la última vez que le había visto, y las cartas que él le había enviado aún no habían sido respondidas. No quería verse como un exagerado pero estaba algo preocupado ¿Y si le habían herido gravemente? ¿Y si lo habían matado?

El joven Gryffindor negó, seguramente Severus estaba ocupado en su trabajo y por tales razones no le habia escrito. Tenía que dejar de pensar en cosas negativas y concentrarse en sus exámenes, sólo faltaban cuatro semanas para que el año escolar finalizará.

Sólo tenía que calmarse y pensar con la cabeza fría, aunque la idea de hablar con Dumbledore aún rondaba en su cabeza, no para decirle sobre Severus si no, para advertirle sobre el traidor.

El joven se mordió los labios. Tal vez.. si podía decírselo, aunque no mostrándose claramente. Le enviaría una nota y.. Harry negó, Snape luego leería a sus pensamientos y podría tomar la decisión de desmemoriarlo. Tal vez, por ahora, no jugaría con fuego.

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Anabelle gritó contenta al ver los avances de Severus en la crema que había pedido para su nueva línea de cuidado facial.—Excelente, Cariño, Excelente.—Murmuró complacida.—Si sigues así, podría incluso adelantar las pre-ordenes de los productos.

Severus rodó los ojos, había hecho lo que siempre hacia, buscar la misma receta y cambiar uno o dos ingredientes, la verdad ya tenía todo listo pero no quería verse envuelto en un nuevo proyecto en tan corto tiempo.—Posiblemente la próxima semana tenga la "receta" tal cual como deseas, y si lo hago..

Anabelle enarco una ceja.—¿Qué quieres?—Preguntó con interés.—Recuerda que está línea no sólo gira en torno a este producto. Hay cuatro más que aún debes hacer.

—Los tengo casi listos.—Replicó, los otros si le habían tomado algo más tiempo, y por tal razón, había estado encerrado día y noche en ese maldito lugar.—si lo hago, quiero al menos unas vacaciones. Siempre la pospones y creo que me las merezco.

Anabelle no vía muy contenta con eso, aunque sabía he el hombre tenía razón. El tiempo qué tenía su marca en el mercado era el mismo que Severus tenía trabajando para ella, era el mejor de todos y Anabelle no podía darse el lujo de perderlo.—Me parece un buen trato, pero, no te irás en una semana si no, cuando finalice el mes, y te daré dos meses de vacaciones ¿Vale?

El pocionista asintió, sin protesta alguna.

—¡Perfecto! Yo también me tomaré unas semanas de descanso, me iré a Italia o Francia, Will finalmente me pedirá matrimonio y quiero que sea en el lugar más romántico posible.—Exclamo contenta.—Además, también puedo hacer un estudio del mercado sobre el maquillaje a donde vaya.

El mortifago & yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora