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Harry suspiro algo melancólico mientras caminaba por la larga calle principal del callejón de Diagon. No había vuelto a hablar de su "misterioso enamorado" con su madre luego de que ella se expresara de tal forma sobre el. Era entendible que su madre estaba preocupada y que desconfiara de esa forma de su relación pero.. Bueno, el solo quería algo de apoyo y, si bien, tenia el de Hermione, quería también el de su madre.

—¿Estas caminando dormido, hijo? —La voz burlona de James le recordó a Harry que estaba en compañía de sus libros—¿A que hora te acostaste a dormir?

—He.. no lo recuerdo, aunque creo que pasada las dos de la mañana. El libro que me envio tu amigo tiene mucha información interesante, aun no lo termino. —Murmuro, habia recibido un obsequio parte de uno de los amigos de su padre—¿deberia enviarle una nota con las gracias? ¿Cómo es su nombre?

James negó, tratando de que Harry le restara importancia—Te dije que se ha ido de viaje, se la darás cuando regrese—No era como si pudiera decirle que ese "amigo" era un mortifago—Es un buen tipo.

Lily le dio un par de palmadas a su hijo en la espalda—¿Quieres un helado, cariño?

—Lily por favor, ya no es un niño—Susurro el hombre mayor mientras caminaba—¿Y Hermione? ¿Por qué no le has invitado? ¿Acaso discutiste con tu novia, hijo?

Harry se mordio los labios, tentado a decir que Hermione y el no tenían ninguna relación sentimental. —Se ha ido a visitar a sus abuelos, regresara una semana antes de entrar a clases.

James bufo—Bueno... Pueden comunicarse por cartas. Deberías comprarle algo bonito.

Harry asintió sin mucho ánimo mientras se ganaba una mirada comprensiva, pero al mismo tiempo apenada de su madre. Diagon estaba atiborrado como siempre, de una gran cantidad de personas que buscaban comprar, mirar y distraerse con la gran cantidad de artilugios que vendrían en cada uno de los locales existentes.

Mientras Harry caminaba tropezó inesperadamente, cayendo y aterrizando sobre su trasero. El rostro del joven enrojeció por el brusco tropiezo y, fuera de sus cabales decidió responder airadamente al culpable de su caída—¡Sabia que este mundo estaba lleno de idiotas, pero no tan grandes como usted!

—Oh. ¿Lo siento?

Harry alzo la vista con brusquedad al escuchar la voz conocida. Sue mejillas enrojecieron por la vergüenza al notar que Severus había tropezado con el. Tartamudeo inicialmente sin saber que responder, al sentir como su corazón comenzaba acelerarse con rapidez ¡Tenían tantos días sin verse! Ayer había recibido una nota por parte suya, pero... No era lo mismo que tocarlo. —Y-yo... b-bueno...

—¿Estas bien, Harry? —James estiro su brazo ayudando a su hijo a ponerse de pie y observando el rostro pálido de Snape que parecía estar burlándose del joven chico—Lamento las palabras de mi hijo.

—Nunca me habían dicho idiota de esa forma—La burla de Severus hizo enrejecer aun mas al chico de ojos verde. James bufo, al menos otro Potter era receptor del humor de Snape—Lamento el inconveniente, chico.

Harry asintió, Lily observo el rostro enrojecido de su hijo, incluso noto su actitud nerviosa, haciendola pensar que tal ves ese hombre.. ¿No.. o si? —N-no se preocupe, señor.

Severus hizo un gesto de despedida con la mano y, guiño el ojo para ambos hombres. Las mejillas de Harry enrojecieron y las orejas de James por igual. Lily resoplo, metiéndole un codazo a su esposo. Si, tenía que admitirlo, aquel tipo era bastante guapo, pero tampoco lo suficiente para cautivar a su esposo e hijo ¿Verdad?

—Sigamos con nuestro recorrido—Susurro la mujer.

Harry asintió, siguió su recorrido y metió la mano en uno de sus bolsillos, sonrió bobamente cuando noto que había una nota que antes no estaba ahí, dirigida exclusivamente para él.

El mortifago & yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora