Ir a la casa de los gritos no era una prueba de valor. No, no lo era. O al menos de eso quería convencerse Harry. Su padrino le había retado y él cumpliría el reto por mucho miedo que le causara. El Gryffindor observó a pocos metros de él aquel enorme árbol, el sauce boxeador era de las cosas más aterradoras de Hogwarts y lo mejor era no acercase a él a menos que quisiera morir de forma rápida y trágica.
Utilizando el encantamiento que su padre le había enseñado (para resultar ganador), logró petrificar aquel árbol y con extremado cuidado el de ojos verdes de deslizó por el pequeño boquetillo que había sido creado hace más de veinte año atrás. Aquel ducto era un atajo directo a la casa de los gritos, la cual hasta ahora (según informes) era la propiedad más embrujada de Reino Unido.
Se deslizó hasta que cayó en una pequeña entrada o salida, podían ser las dos. Las puertas crujían y se abrían solas para cerrarse con fuerza. Vale, ya estaba aquí. Ahora sólo tenía que buscar una fotografía que su padrino había escondido en una de las pocas habitaciones de aquella casa. Harry tragó ruidoso, odiaba ese lugar con sólo estar unos cuantos segundos ahí.
Harry caminó a pasos lentos, y esta vez, con su varita en mano. Susurró un lummus, el cual le ayudó a tener mejor vista en aquel oscuro lugar. Estaba en el primer piso, en la parte trasera de la casa así que para poder llegar a las habitaciones tenía que ir al Living y desde ahí subir por las escaleras. El ojo verde no perdió mucho en esa tarea. Caminó dando grandes pasos hacia aquel lugar, no había gritos. Ni nada que lograra asustarlo salvo el insistente rechinido de las tablas y de las puertas. El chico respiró profundo, ya estaba ahí. Sólo era subir las escaleras y asunto arreglado.
Todo por una nueva Saeta de fuego. Decidió apoyarse sobre la agarradera de la escalera, tenía temor de quedar atrapado entre uno de los escalones y no tener nada del que apoyarse pero... Harry jamás esperó hallar sangre sobre aquel largo objeto de madera.
La mano del Gryffindor tembló al sentir la humedad en sus dedos. ¿Sería una broma de su padrino? Tal vez lo estaba tratando de asustar pero cuando miró las tablas bajo él encontró aún más de aquel líquido rojo. —Tienes que calmarte, Harry.
El chico se calmó a sí mismo. Subió las escaleras y aunque sabía que aquello sería una mala idea, siguió el rastro de sangre que le llevó a una de las últimas habitaciones del corredor del segundo piso. La puerta estaba entre abierta, se asomó levemente y notó tirado en el suelo a una persona, porque lo era ¿No es así? Harry respiró profundo, empujó la puerta y entró en la habitación. No podía ver quien era ¿Su padrino tal vez?
Harry se acercó, su pulso se había acelerado. La persona en cuestión estaba sobre un charco de sangre. El Gryffindor se arrodilló a un lado de la figura, y con cuidado apartó el cabello que cubría su rostro.
Su piel era pálida ¡Demasiado! Aunque posiblemente sería por la sangre perdida. Tenía pestañas largas, y parte del rostro humedecido por el espeso líquido. Tenía su nariz algo alargada y labios delgados. Ese hombre no era su padrino. El Gryffindor entró en pánico, no era una broma ¡Esa persona tenía heridas! Y si no le ayudaba moriría.
— ¿Qué hago, que hago?—Murmuró, el pelinegro optó por levitarlo levemente y quitar la ropa de color negro que le cubría. —No vayas a morirte.—Dijo, aunque aquello era inútil. Ese hombre no podía escucharle.
A sus dieciséis años, Harry jamás pensó en afrontar una situación así pero, siempre había una primera vez ¿No es así? Quitó toda la ropa. Aunque aquello le costó cantante esfuerzo—bien ahora...—Rompió una parte de la tela que no estaba manchada y la humedeció con otro encantamiento. Toda su espalda y brazos estaban manchados. Comenzó a limpiar con el máximo cuidado posible pero...
Harry dio una especie de brinco al ver un tatuaje en el antebrazo de aquel hombre. Esa calavera con una serpiente en la boca sólo significa una cosa. —Mortífago.
¡Un mortífago! ¡Un jodido mortífago! ¿Es que acaso su suerte no podía ser peor? Se colocó de pie. Buscaría la fotografía y se iría de este maldito lugar antes que despertara aquel seguidor de Lord Voldemort y le matara.
Agarro su capa, su varita y dio media vuelta para salir de la habitación pero... El ojo verde se volteó. Si lo dejaba ahí, moriría. —No es tu problema, no es tu problema.—Se repitió.
Fue incapaz de salir de la habitación. Harry se maldijo internamente, su madre le había inculcado en ayudar a cualquier persona herida, enemiga o amiga. Tenía que ayudarlo. Sabía bastantes cosas sobre la medimagia, su madre era enfermera.
Lo primero que hizo fue buscar su varita y esconderla. Aunque sabía bien que ese hombre podía matarlo con sólo romperle el cuello. Lo levitó de nuevo hasta recostarlo en la cama polvosa de esa habitación, la gran mayoría de sus heridas eran en la espalda así que le colocó boca abajo. Harry no tenía mucho con que ayudarlo.
Había llevado un ungüento de díctamo por si se caía pero... era muy poco para las heridas del hombre. —Tendré que regresar a Hogwarts.
El pelinegro aplicó en su totalidad el ungüento sobre la espalda del mortífago y luego cubrió las heridas con largas tiras con la ropa del hombre que amarró a un costado de su espalda. —Estas casi muerto ¿Te dejaron así los aurores, hijo de puta?—Le preguntó. –Te lo mereces.
Harry se limpió las manos, el cabello del hombre era algo alargado así que sintiendo que aquello afectaría el orgullo del seguidor del señor oscuro, trenzo su cabello.—Regreso en unos minutos...—Ni siquiera sabía por le hablaba.—No vayas a irte.
El ojo verde rió y colocándose la capa de invisibilidad sobre su cuerpo dio media vuelta para regresar a Hogwarts.
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Primer capítulo del mortífago y yo. ♡
Espero que les haya gustado Ksdksksk
Si lograron leer la primera versión de este fic notarán que he cambiado y cambiaré varias cosas pero, si alguna quiere leer la primera versión. Los invito a escribirme a whatssap y unirse al grupo ♡ pueden encontrar el Link en mi perfil aquí en wattpad.
NOS LEEMOS LA PROXIMA SEMANA
Bye ♡
Corregido por: Onu :3 ♡
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El mortifago & yo
FanfictionFinalizando su sexto año en Hogwarts, Harry emprende una aventura en solitario a la casa de los gritos. Queriendo observar el lugar en donde uno de los mejores amigos de su padre había pasado sus transformaciones a hombre lobo. Pero en medio de su...