El mortifago & yo

45.2 (FINAL)

Las ojeras eran notorias en el rostro de Severus, los dos últimos días habían sido difíciles y tormentosos, no había logrado dormir , y mucho menos al recordar que, bajo él, en el primer piso, se hallaba el féretro de James Potter.

Jamás en su vida había experimentado aquella sensación tan extraña que le embargaba. Si bien, estaba relacionado con la muerte luego de matar y  ver morir a muchas personas pero.. Ver morir a alguien cercano y, que considerabas como un amigo era un gran golpe, además que.. bueno, James le había dicho que le amaba.

Había leído carta que James había dejado para él.

Una carta llena de sus verdaderos y sinceros sentimientos.

No es como si sintiera lo mismo, sus sentimientos hacia el auror solo fueron de amistad pero, aparte de Harry, James había sido la segunda persona en decirle tales palabras. Además que, de algún modo se sentía culpable, malditamente culpable de su muerte. Le había prometido a Harry que protegería a su padre, y se había prometido así mismo que evitaría que alguien cercano al chico muriera, aunque tuviera que dar su propia vida.

Pero, jamás creyó que James fuera capaz de dar su propia vida por la suya.

Maldita sea..

Se sentía tan impotente, triste, confundido y culpable. Muy culpable.

—¿Snape?—La puerta de su habitación se abrió levemente, Remus Lupin observó al ex  mortífago—¿No planeas despedirte de James?—Pregunto.

Severus respiro ruidoso—Soy incapaz de ver el rostro de su esposa e hijo. Ha sido mi culpa.

Lupin suspiro y, se acercó al hombre, tomándose siento aún lado suyo en aquella orilla—No, no ha sido tu culpa—Le murmuró—Escucha, él te amaba. Estoy seguro que en algún momento te lo habrá dicho y, no ha sido tu culpa nada de lo que ha sucedido. Cuando te conocí y, te vi junto a James quería morirme por qué pensé que el había cometido una gran estupidez, y aunque no me aleje mucho al describir que el en verdad te quería más de lo pensado, el mismo escogió su decisión y, no puedes simplemente encerrarte aquí, ve, baja, y agradécele que sigues vivo.

Severus se mordió los labios—Lily, ella, de seguro debe odiarme.

Remus negó—En la guerra hay perdidas, y no debemos ver a James como una de ellas, ese idiota regresará dentro de poco, seguramente en un enorme retrato y, no habrá quien lo aguante. Lily está más calmada y Harry está con ella, ambos han ido a descansar así que, no habrá nadie que te moleste mientras te despides.

Severus asintió—Gracias—Murmuro—Pensé que me odiabas.

—Lo hacia—Se burló Lupin—Pero, solo eres una víctima más de toda esta mierda, amigo. Gracias a ti, a James y a Dumbledore, podremos darnos un gran descanso al saber que Lord Voldemort ya no está.

Severus asintió nuevamente y, salió de la habitación, de alguna forma fue escoltado por Lupin al piso de abajo, uno de los lugares utilizados como la sala de reuniones que se asemejaba más a una sala privada había sido el lugar escogido para que el féretro de James permaneciera hasta su funeral que, sería el día de mañana.

Severus fue dejado solo, Lupin con la mirada le indico que esperaría a fuera, el pelinegro respiró profundo y, se acercó al ataúd de color de marrón oscuro con unas cuantas decoraciones doradas.

Los ojos de Severus picaron al observar el pálido rostro del auror fallecido, James parecía estar dormido dentro de aquel cajón.

—Idiota—Fue lo único que logro decir en ese instante.

Algunas lágrimas escaparon de los ojos de Severus. Maldita sea, no recordaba la última vez que había llorado por la muerte de alguien. Tal vez, cuando su madre murió.