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Cuando la enorme ventana superior del techo del gran comedor se abrió, una cantidad descomunal de lechuzas sobrevoló el enorme comedor. Muchas lechuzas lanzaron sobre estudiantes específicos pequeños paquetes con cartas y pedidos especiales de sus padres, amigos y familiares. Un cuervo dejo caer un enorme paquete sobre el espacio libre en el que se encontraba Harry en la mesa del comedor. La enorme ave graznido frente a el chico de ojos verdes avisándole que ese paquete rectangular era para él.

Harry enarcó un ceja.—Que diablos..—El cuervo dio un brinco y subió al hombro de Harry, parecía estar esperando una respuesta del paquete enviado. El gryffindor se apresuró abrirlo, rasgo el papel descubriendo en su interior, un libro de medimagia.—¿Qué...?

"Lo necesitarás"—Leyó.

No había remitente pero no tenía que ser mago para saber quién lo enviaba, era ese mortífago que aún le confundía sus acciones. Ya habían pasado tres días desde que le había tenido cara a cara.—Este cretino..—Las mejillas enrojecieron y adentró su mano en su bolsillo en busca de un lápiz para escribir, por suerte Hermione le estiró uno, al ver la expresión de su amigo.—Gracias.

"En realidad, no lo necesito"

"Pero gracias, no puedo decirle que no a un libro"

"Imbécil"

Harry sonrió con orgullo al terminar de escribir, dobló el papel para amarrarlo rápidamente a la pata del cuervo, el cual graznido por última vez antes de marcharse.—No esta nada mal.—Murmuro él gryffindor al revisarlo. En este se encontraban a detalle la explicación y tratamiento de heridas, enfermedades y alergias.—Oh vaya...

Hermione soltó una risita al ver como su amigo curioseaba el libro. —¿Es de tu galán misterioso?—Preguntó sin verle al rastro, la comida comenzó aparecer en el comedor, así que Harry tuvo que posar el libro sobre sus piernas.

—¿Galán?—Repitió Harry enrojecido.—Mione, Estás creando una película en tu cabeza que no es para nada cierta.—Le murmuró al verla.—Ese tipo y yo, nada que ver.

Hermione río al tiempo que rodaba los ojos.—No tienes por que avergonzarte, Harry. Es común que te sientas atraído por alguien mayor, en el mundo mágico he notado mucho esto ¿Sabes?—Le exclamó, la castaña bebió algo de jugo.—¿Y bien? ¿Ya te ha dicho su nombre? Sigo sin entender como se conocieron..

Las mejillas de Harry continuaban encendidas.—No, no me lo ha dicho pero si llega a escribirme de nuevo, Le exigiré que me lo diga—Le respondió a su amiga. El gryffindor trato de controlar los latidos de su corazón.—Aunque el libro fue un buen regalo. Supongo que se siente agradecido.

Hermione bebió del jugo nuevamente, en el rostro de su amigo aún continuaba plasmada aquella sonrisa.—¿Estas contento?—Le preguntó aún con curiosidad.

—Mione, enserio ¡Para!—El gryffindor estuvo tentando de golpearla con el libro pero no quería dañarlo.—Ese cretino y yo, nunca. escúchame bien ¡Nunca tendríamos algo!

Hermione río levemente.—Hay un dicho muggle que dice: Nunca digas nunca.

[...]

Severus observó con ayuda de un espejo su espalda. Las cicatrices eran mínimas y parecían pequeños rasguños. El lord había estado callado la última semana y eso lo hacía sentir nervioso (aunque evitaba demostrarlo) aún así, su plan seguía en pie. Harry Potter sería una especie de ayuda y estaba seguro que este aceptaría su propuesta y sabía bien como hacerle aceptar

—¿Entonces.. si te gustó el libro?—Murmuró para si mientras leía la pequeña nota que había recibido por parte del chico de ojos verdes. Ojos.. que habían resultado un tanto encantadores pero sus ideas no eran de otro tipo, no, Merlín, no.

El mortifago & yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora