40.-

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Habían pasado casi dos semanas. Las cuales, cada dia habia sido abordada por un nuevo reto, los momentos difíciles parecían no querer desaparecer. Harry, observó a su madre revisar los signos vitales de Severus para asegurarse que, se encontraba un tanto más cómodo luego de que el filtro potente que se había realizado hiciera efecto.

—De una escala, del uno al diez ¿Cuánto te duele? —preguntó Lily algo inquieta.

—Yo.. —La voz de Severus demostraba un agotamiento puro, incluso la medimaga y su hijo se sorprendían que pudiera hablar—Diría que un seis.

Lily suspiró con cierta decepción—Al menos es un tanto más tolerable—Murmuró ella haciendo anotaciones en la propia historia clínica que ella llevaba—Buscare una forma de potenciar aún más la poción mientras encontramos una cura, terminaré de preparar la sopa que necesitas y luego, te daré un filtro de paz.

Severus soltó algo parecido a una risa, aunque se escuchó más bien como un quejido de dolor—El filtro de paz...—Susurro, tragando con fuerza—Es drogarse.

Lily rió y asintió, se marchó dejando a su hijo al cuidado del hombre.

Harry esperó ansioso a que su madre cerrara la puerta y, una vez y lo hizo, se aseguro de escuchar como los pasos se alejaban para apresurarse y tomar asiento en la orilla de la cama junto a Severus. El joven, deslizó con cuidado sus dedos sobre la cabellera azabache—¿Realmente es tolerable, Sev?

—Un.. tanto—Respondió, respiro y le dolió. Le dolía todo, era como si su cuerpo estuviera entumecido—¿Tu... estas bien?

Harry asintió, aunque un par de lágrimas salieron de sus ojos, traicionando su aguante. El gryffindor soltó un sollozo mientras se controlaba de abrazarlo con fuerza, aun así, Harry se acurruco con cuidado aun lado del mortifago—Lo siento, Sev.

El Snape suspiró—No... no lo ha sido, Harry—Le aseguro, severus estiró su brazo con gran dificultad y, sostuvo la mano del joven—Son las consecuencias de mis actos, tome... malas decisiones y este es mi castigo.

Harry sollozó nuevamente, mordiéndose los labios con fuerza—E-estas muriendo, esa maldición te está matando. E-escuche a mi mama decirlo, papá está buscando una forma de detenerla pero ella... está destruyendo desde adentro, Severus.

—No.. no nos preocupemos por eso, H-harry—Severus cerró los ojos levemente, incluso le dolía parpadear—Lo importante es que... pronto será derrotado el señor tenebroso.

El chico acarició el pálido rostro, transmitía todo el sufrimiento, todo el dolor que sentía. Harry besos los labios de Severus—Te amo. Te amo, P-por favor, S-severus, no te mueras, te prometo que... haré cualquier cosa. Cualquiera pero... no puedes morir.

Severus sonrió—Solo tienes que seguir con vida, esposa. Es lo único que... debes asegurarme.

Unos rápidos pasos se escucharon, Harry se acomodó rápidamente en su asiento, la puerta fue abierta con cierta brusquedad. Las ojeras en el rostro de James eran notorias, el hombre vestía su típico traje de auror, y en sus manos sostenía unos cuantos libros que por sus portadas no eran los más "sanos" posibles.

—T-tu... ¿No tienes delicadeza, imbécil? —Exclamó Severus, molesto por la forma en que ahora se había acostumbrado a hablar—Ni siquiera me dejan morir en paz en esta habitación.

—No vas a morir—Gruño James—Lamento la ausencia estos últimos días, Dumbledore y yo estábamos resolviendo unos cuantos asuntos molestos—Expresó al mortifago—El ministerio está al tanto de como regrese y, saben que hay un traidor me ayudó a escapar, estaban exigiendo un nombre y una condena.

El mortifago & yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora